Skip to content

TRABALENGUAS: ¿A dónde van los pederastas, si su pederastía es tan pederasta que irrespeta a los respetuosos?

Author
PUBLISHED: | UPDATED:

¿A dónde irá un pederasta cuando muere, pajarracos?, ¿a dónde puede ir el alma atormentada de un ser que en vida se robó la inocencia de niños indefensos? ¿Dónde terminará, si es que hay algo más allá después de la muerte, el espíritu de un ser que se escondió detrás de una sotana y que, traicionando la fe, el amor y el respeto de pequeños que lo veían como un Dios los agredía y los marcaba de por vida?

Que cada quien responda esas preguntas, pajaritos. Yo no supe de repente que contestarle a la Mafufa cuando ayer, en pleno desayuno, la incisiva bruja me bombardeaba con sus dudas llenas de rabia e indignación. Y no, no es que nos guste hacer escarnio de un muerto, de alguien que ya no puede defenderse. “Los muertos, le dije yo a la Mafufa tratando de calmar su ira, merecen respeto y hay que dejarlos descansar, que ya serán juzgados”.

“Pues sí -me respondió la bruja sin bajar su indignación- pero cuando esos muertos se fueron sin pedir perdón, sin reconocer o pagar por sus errores, sin intentar al menos subsanar las almas y los cuerpos que dañaron, no merecen descanso”.

En fin, pajarracos, el tema viene a colación por el escándalo que, a un año de fallecido, vuelve a rodear a la polémica figura del fundador de los Legionarios de Cristo, el Padre Maciel. Esta vez no fueron las denuncias de pederastia en su contra, por los atroces abusos que cometió contra decenas de niños en los colegios y escuelas de esa organización, sino por un hijo que tuvo en vida con una mujer que fue su amante.

El asunto pareciera casi del ámbito privado, de la vida personal. Incluso, si se le compara con la monstruosidad de los ataques contra niños estudiantes de los colegios que dirigía y que siempre fue negado por el fallecido sacerdote y por sus seguidores, lo del hijo pareciera casi anecdótico. Sin embargo, lo curioso es que, sobre ese caso, los Legionarios sí salieron a reconocer el desliz del Padre Maciel como uno de sus errores en vida.

¿Y las violaciones y ataques contra niños no fueron un “error” del sacerdote michoacano?

No sé, pajaritos, habrá quien insista que es injusto hablar ya, para bien o para mal de los muertos. Pero en este país, donde los muertos votan y pueden definir elecciones aún desde las tumbas; cuando muchos difuntitos siguen cobrando puntualmente sus pensiones o ayudas del gobierno, que tampoco se desgarren las vestiduras porque un muerto que en vida fue polémico, y dejó horrorosos crímenes pendientes y sin pagar, hoy vuelva a ser motivo de escándalo.

Respeto mucho las creencias de cada uno de ustedes; si creen en el infierno y el paraíso, si profesan la reencarnación o se identifican con los karmas y con las vidas pasadas; incluso si piensan, como el presidente Calderón que el cielo y el infierno se encuentran ubicados entre ser oposición o ser gobierno. Yo quiero pensar que si hay una ley divina, que si la justicia cósmica existe, que si lo que creemos los duendes sobre la bondad y la maldad y la manera en que todo lo que hagamos o dejemos de hacer tiene consecuencias infalibles para nosotros, hay alguien que no debe estar muy en paz en donde quiera que esté.

EL BAÚL DEL DUENDE-

Unos por muertos y otros por vivos pajarillos. ¿Escucharon a Barack Obama reconocer ante su país: “Metí la pata”, luego de que el político que nombró como su secretario de Salud, Tom Daschle, terminara renunciando a la designación tras verse envuelto en escándalos fiscales? “Metí la pata, cometí un error y seguramente no será el último que cometeré durante mi mandato”, dijo Obama en un insólito arranque de sinceridad nada habitual en un presidente. “Me siento frustrado conmigo mismo y con mi equipo”, siguió el presidente de los Estados Unidos. Qué barbaro, pajarracos, yo quisiera saber cuando en este país, en nuestro México lindo y querido, vamos a oír a un político, del nivel del presidente, de un gobernador, de un secretario de estado o un congresista importante decir “Metí la pata, me equivoque, perdón”. No, pajaritos, aquí solo nos dicen: “Todo fue legal”, “No es mi voz, me editaron”, “Tergiversaron mis declaraciones”, “mis parientes tienen sus propios méritos para trabajar en el gobierno”. ¿A que le tiras cuando sueñas mexicano?…Me voy pajarracos, pero ¡Regresaré! Ja, ja, ja.