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Fotografía de 1908 en la que se observa el sector de Curb, antigua denominación para Wall Street, en Nueva York (EEUU), y que forma parte de la muestra que se puede ver en el Museo de las Finanzas de esta ciudad hasta el próximo 20 de marzo. La fascinante y colorida historia de la Bolsa de Nueva York, desde su creación en 1792 como consecuencia de una crisis, hasta la que en 1929 originó la Gran Depresión o la actual que hoy vive el parqué neoyorquino se podrá evidenciar en esta exposición que llevará como nombre 'Trading on the Street (Negociando en la calle)'.
Fotografía de 1908 en la que se observa el sector de Curb, antigua denominación para Wall Street, en Nueva York (EEUU), y que forma parte de la muestra que se puede ver en el Museo de las Finanzas de esta ciudad hasta el próximo 20 de marzo. La fascinante y colorida historia de la Bolsa de Nueva York, desde su creación en 1792 como consecuencia de una crisis, hasta la que en 1929 originó la Gran Depresión o la actual que hoy vive el parqué neoyorquino se podrá evidenciar en esta exposición que llevará como nombre ‘Trading on the Street (Negociando en la calle)’.
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Nueva York, 5 feb (EFE).- La fascinante y colorida historia de la Bolsa de Nueva York, desde su creación en 1792 como consecuencia de una crisis, hasta la que en 1929 originó la Gran Depresión o la actual que hoy vive Wall Street, forman parte de la muestra que en el Museo de las Finanzas se puede ver hasta el 20 de marzo.

“Esta exposición, ‘Trading on the Street (Negociando en la calle)’, muestra la historia de Wall Street, cómo se ha comerciado con el dinero y las acciones a lo largo de su existencia desde finales del siglo XVIII hasta el presente”, dijo a Efe la comisaria de la exhibición, Lina Akhtar.

El escenario de esas crisis se puede ver en ese museo, ubicado como no podía ser de otra manera en pleno corazón del distrito financiero, entre las calles Wall y William, apenas a una manzana del NYSE y en un edificio construido en 1927, que albergó hasta 1998 el Banco de Nueva York, el primer banco de esta ciudad.

“Esta crisis no es la primera que vive Wall Street, y con esta muestra se puede ver hasta el crash de 1792”, indicó Akhtar, que señaló el “especial interés que en la muestra despiertan dos figuras que intentaron manipular el mercado para su propio interés y que causaron graves crisis en Wall Street”.

Se trata, explicó la experta, de Jason “Jay” Gould (1836-1892), que “intentó manipular el mercado del oro para obtener más ganancias”, y de su archienemigo Cornellius Vanderbilt (1794-1877), que para hacerse con el control de los ferrocarriles Erie Railroad, “dio lugar al conflicto que se llamó la Guerra Erie”.

Pero la primera de las crisis de Wall Street fue en 1792 y en ella tuvieron un papel relevante los especuladores de la época como el entonces ex secretario del Tesoro William Duer (1743-1799) y su talento para la especulación financiera.

La tormenta de 1792 dio lugar, primero a una ley para prevenir nuevas situaciones de crisis, y después a los acuerdos de Buttonwood, firmados en mayo de ese año por una asociación privada de inversores y que está en los orígenes del actual NYSE.

“Es interesante saber que NYSE se creó en respuesta a una crisis en 1792. Entonces las transacciones se realizaban en la calle, todo el mundo podía comprar y vender acciones, hasta que medió el Gobierno y prohibió ese mercadeo público”, señaló.

En esta muestra, el museo de las Finanzas estadounidenses -afiliado del Instituto Smithsonian- se pueden ver toda una serie de grabados que muestran la actividad de los “brokers” desde mediados del siglo XIX a la actualidad, pasando por fotografías de escenas cotidianas de la vida en torno a las calles financieras o la introducción de nueva técnicas, como el teléfono o el telégrafo.

Esas nuevas tecnologías cambiaron la manera de dar las órdenes de compra-venta de títulos, sustituyendo progresivamente a los mensajeros encargados de ir y venir de una lado a otro del distrito financiero con los encargos de operar y, sobre todo, contribuyeron a que la bolsa de Nueva York se situara como una de las más importantes del país.

Entre los objetos expuestos en el museo neoyorquino están uno de esos primeros teléfonos, así como una de las cintas de cotizaciones de la bolsa de principios del siglo XX o uno de los contenedores del sistema de tuberías que años antes se utilizaba para enviar información a los inversores y corredores de bolsa.

También se han incluido ejemplos de los otros métodos tecnológicos -como los sistemas informáticos- que progresivamente en las últimas décadas del pasado siglo cambiaron la bolsa y algo tan inherente a ese tipo de operaciones como es la misma información hasta una Blackberry, la terminal de telefonía celular que identifica a los ejecutivos de empresas.

La muestra, según la comisaria, “da profundidad histórica a la imagen que se tiene de la bolsa, de alboroto en el parqué. De ese modo hemos querido mostrar que la raíz de esa imagen y de la bolsa reside en cómo ese mercadeo de acciones también se realizaba en esta misma calle, en Wall Street, como si de un mercado se tratara”.

“Ahora, con la crisis y la recesión, existe un interés por conocer Wall Street, pero se trata de una fascinación que siempre ha existido… El caos, la expectación, y también conocer cómo algunos inversores tenían el poder de cambiar el mercado según les convenía”, señaló Akhtar. EFE