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    SANTA FE, (NUEVO MEXICO, EEUU).- Vista de la fachada de la catedral de San Francisco de Asís en Santa Fe ( Nuevo México), construida en el estilo clásico francés. Santa Fe, fundada en 1610 por Don Pedro de Peralta y un grupo de colonizadores españoles procedentes de México, es la ciudad mas antigua de Estados Unidos. La capital del estado de Nuevo México, cuyo lema es "La tierra del encanto".

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    [1595] Plano del fuerte de Santa Elena. Manuscrito, aguada en colores sepia, marrón, verde y azul, papel: 44 x 59 cm. Enmarcado: 58,5 x 73,5 cm.

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    [1804, agosto, 26] Diseño de uniforme de las fuerzas de Caballería que guarnecen la línea de frontera de las nueve Provincias Internas de Nueva España. Soldado de cuera. Por Ramón Murillo. Manuscrito, aguada de colores, papel: 21 x 29,5 cm. Enmarcado: 37 x 42 cm. Sevilla.

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Nuevo México, el quinto Estado más grande de los Estados Unidos, tiene una historia íntimamente ligada con las antiguas culturas indígenas y el legado administrativo, político, religioso y cultural que fraguaron los españoles en estas tierras.

La presencia española duró 309 años y comenzó oficialmente el 12 de abril de 1513, fecha en que Juan Ponce de León arribó a las costas de Florida y tomó posesión de las mismas en nombre del rey de España. En 1822 la bandera española se arrió definitivamente en California.

Ahora, en su capital, Santa Fe, una exposición ofrece los testimonios recogidos por aquellos que se embarcaron en la aventura de establecerse en esta zona de América.

La muestra, “El Hilo de la Memoria: España y los Estados Unidos”, está organizada por la Fundación Rafael del Pino, junto con el Archivo General de Indias y SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior), en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y Cultura. Permanecerá abierta hasta el próximo mes de enero de 2011, para viajar luego al Museo de Historia de El Paso (Texas, EE.UU.), antes de volver a España.

Los documentos del Archivo General de Indias, que se han trasladado con exquisito cuidado a Nuevo México, muestran la trayectoria de estas relaciones intercontinentales y saca a la luz documentos únicos que desvelan la importancia de la presencia española en los territorios actuales de Estados Unidos, durante el período que va desde el siglo XVI al XIX.

DOCUMENTOS ÚNICOS E IRREPETIBLES.

Desde el Atlántico hasta el Pacífico, esta zona sur de Norteamérica está salpicada de nombres de origen español que dan testimonio de su paso. Misiones, fortificaciones y ciudades, en las que los primeros europeos que se establecieron, además, dotaron a sus habitantes de una organización político administrativa.

Los documentos muestran, en idioma español, las primeras relaciones que se establecieron entre los nativos y los españoles. Además, se exponen los primeros trabajos cartográficos y crónicas acerca de la organización económica, política y social de los pobladores de aquellas tierras.

Falia González, archivera el Archivo General de Indias y comisaria de esta exposición, describe a EFE el material que se ha trasladado hasta Santa Fe: “La cartografía que traemos es extraordinaria. Gran parte de los mapas que se exhiben son los primeros que existen sobre el territorio de los Estados Unidos y son piezas únicas e irrepetibles, como también lo son los relatos que enviaban los exploradores y conquistadores, muchos de los cuales son informes de gran valor etnográfico, pues describen muy pormenorizadamente la forma de vida social y económica de las tribus nativas, además del espacio geográfico”.

“Así pues, la historia de los Estados Unidos se empieza a escribir en español. También podría destacar un documente firmado por el propio Napoleón Bonaparte y una carta autógrafa de George Washington, primer presidente del país”, añade la comisaria.

“El Hilo de la Memoria: España y los Estados Unidos” no es sólo una exposición que saca a la luz la historia, es también un intento de volver a poner la base, a través de los orígenes comunes, del hermanamiento de dos culturas. Y, desde los ojos de la memoria, tirar de la madeja para desenredar la naturaleza de una evolución conjunta que ha hecho que estas dos naciones, lejanas por el océano que las separa, permanezcan cercanas en el entendimiento.

“El objetivo es mostrar, a través de los documentos, la actividad de los españoles en las tierras que durante tres siglos fueron parte de España, hasta que se integraron a los Estados Unidos en el siglo XIX. Es la visión de una España al otro lado del mar. En Nuevo México la herencia y el legado hispánico siguen muy vivos hoy en día. Los descendientes de aquellos españoles son más numerosos que en ningún otro estado y están muy orgullosos de su historia. Además, este año se conmemora el 400 aniversario de la fundación de Santa Fe, la capital estatal más antigua del país, y entre los documentos que se muestran está ‘La Instrucción’, que con este fin se dio a su fundador, Pedro de Peralta”, explica Falia González.

FLORIDA, EN BUSCA DEL AGUA MILAGROSA.

El 27 de marzo de 1513, día de Pascua Florida, la fiesta que conmemora la Resurrección de Cristo, Juan Ponce de León (1460-1521) avistó la costa Atlántica de lo que es hoy la Península de Florida, de ahí el nombre que recibiría después el territorio.

Se dice que Ponce de León supo por relatos de los nativos puertorriqueños que en una isla, de nombre Bímini, existía un agua que renovaba las energías perdidas y que, enamorado de una mujer más joven, deseaba ir a buscarla.

El 23 de febrero de 1512 firmó un contrato con la Corona para descubrir y poblar la isla. La búsqueda de estas supuestas aguas mágicas le llevó finalmente a descubrir el actual Estado de Florida, aunque nunca halló la fuente.

“El Archivo conserva el ‘asiento’ (contrato) que Juan Ponce de León hizo con el rey en 1512 para emprender esta expedición, cuya consecuencia fue la llegada a estas costas y convirtiéndose en la primera visita registrada de un europeo a tierra norteamericana. Sin embargo, el documento más significativo que se muestra no es éste, sino una carta autógrafa del propio Ponce de León, de 1521, en la que relata el descubrimiento de la “isla”, Florida, y anuncia que está preparando una nueva expedición para volver allí”, dice la comisaria.

LABOR DE LAS MISIONES Y DESMANES DE LOS GOBERNANTES.

Las misiones católicas evangelizadoras, compuestas por franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas, aglutinaron la tarea de expandir el cristianismo como una de las estructuras elementales para cohesionar la labor que los españoles se habían propuesto llevar a cabo en tierras americanas.

Para Falia González, “el papel de las misiones fue esencial, porque la evangelización era la base justificativa para la soberanía española en América, por lo tanto la actividad religiosa y la política viajaron de la mano, unidas en un esfuerzo combinado. Pero en las misiones también se ejercía un completo programa de aculturación, pensando que el adoctrinamiento no se podría conseguir si no existía una base económica bien fundada, por ello a los indios se les enseñaban, entre otras cosas, agricultura y oficios. Sin embargo, la creación de un sistema misional estable en cada región varió mucho dependiendo del estado cultural de los indígenas que la habitaban”.

Sin embargo, en cuanto a la labor política y administrativa de virreyes y gobernadores ejercida por los españoles y sus descendientes, la historia nos muestra muchas situaciones de desmanes y abusos de autoridad, que empañan la colonización.

Aunque, según explica la archivera del Archivo de Indias, “no creo que se pueda generalizar. Como en todas las épocas y todos los lugares, hubo de todo: capaces e incapaces, honrados y venales. Eso sí, a todos, al finalizar el período de su mandato, se les sometía a un juicio de residencia, que podía ser público o secreto, cuyo fin era investigar y conocer cómo había desempeñado su cargo, para tratar de eliminar la corrupción y los abusos, y se castigaba al interesado si había lugar a ello”.

A pesar del tiempo transcurrido desde el siglo XIX, cuando los españoles abandonaron estas tierras, Nuevo México ha sabido mantener su carácter cosmopolita, y no sólo ha conservado el legado de la cultura española, también las costumbres y la idiosincrasia indígena de aquellos pueblos que también la poblaron.

“En pocas palabras, diría que lo que caracteriza a estas tierras es su carácter fronterizo. El sur de los Estados Unidos era la última frontera del imperio, allí donde se acababan los caminos. No eran tierras ricas, por lo que fueron difíciles de poblar. En el siglo XVIII se promovió mucho la inmigración bajo la idea de que un territorio densamente habitado sería una buena barrera de contención frente al expansionismo inglés y francés, cuyo objetivo era llegar a la rica zona minera del norte de México”, explica Falia González.

En la actualidad, Nuevo México se ha convertido en uno de los estados más peculiares de Estados Unidos, no sólo por su paisaje y su clima suave, también por sus costumbres tradicionales y sus inigualables construcciones de adobe, que atraen al turismo interior, y a los amantes de la historia y de la cultura.

Finalmente, Falia González habla de su convicción sobre el éxito de esta muestra tan especial: “yo espero y confío que tendrá una excelente acogida porque los documentos de la exposición abren una ventana a un pasado que es en gran parte desconocido para el gran público. También lo creo porque hemos recibido numerosas peticiones de distintas instituciones de los Estados Unidos para que la exposición viajase a otros lugares, que no se han podido aceptar, únicamente por temas de conservación documental”. EFE-REPORTAJES.