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A mediados del siglo XVIII, cuando tuvo lugar el nacimiento del héroe epónimo de Morelia, Don José Ma. Morelos y Pavón (30 de septiembre de 1785), las condiciones generales de la economía en Michoacán estaban concentradas en menos del cinco por ciento de la población, representado por hacendados y acaudalados terratenientes; mientras que el 95% restante lo representaban labriegos, indígenas y criollos hambrientos.

Esta situación angustiante daría lugar para que a los 49 años de edad, Morelos encabezara en Apatzingán (1814) la primera Constitución de América (que nunca llegaría a ser aplicada en realidad), así como su famosa carta de “Los Sentimientos de la Nación”, que si bien buscaba también la equidad y la justicia de los mexicanos, terminó igualmente siendo letra muerta y tema de discurso hasta nuestros días.

El martes pasado, en ocasión del Día del Trabajo, el gobernador Fausto Vallejo Figueroa se refirió en un acto público a las exigencias de respeto que merece Michoacán, tanto de parte de la Federación, como de los estados circunvecinos y del resto del país, a la vez que tocó un tema con el que se le ha estigmatizado a nuestro Estado desde la primera mitad del siglo XX, por no decir que desde los tiempos que vivió José Ma. Morelos: “Michoacán -dijo el Jefe del Ejecutivo estatal- debe dejar de ser el Estado torpe, como nos conocen; y sólo con trabajo, capacitación y respeto entre nosotros mismos podremos lograr lo anterior”.

Su antecesor, Carlos Torres Manzo, quien gobernó a partir de los 5 l años (de 1974 a 1980), llegó a Morelia tras dejar la ya desaparecida Secretaría de Industria y Comercio, logrando destacar como el mejor gobernador de Michoacán en la segunda mitad del siglo pasado; sin embargo, durante su sexenio de grandes logros y un apoyo federal sin precedentes, jamás pudo erradicar del todo la estereotipada imagen del “Estado torpe” que se arrastraba del pasado por parte de enemigos políticos y detractores que desgraciadamente ahora se han multiplicado.

Por eso la nueva referencia que hizo del mismo mote Fausto Vallejo en la presente semana.

Carlos Torres Manzo prácticamente se encuentra retirado de la política (a los 88 años de edad); sin embargo, mantiene muchos vínculos amistosos y familiares con michoacanos de todos los estratos sociales, aquí, y en el centro del país; a la vez que es bien reconocida la admiración que como maestro le profesan Fausto Vallejo, Jesús Reyna, Ausencio Chávez y decenas de políticos de esa generación.

No obstante, resulta incomprensible que los grandes contrastes sociales y la vergonzosa concentración de la riqueza que prevalecían en Michoacán en el siglo XVIII sigan siendo motivo de uno de los mayores estigmas de nuestros días, tal como lo evidencian reportes del INEGI, según los cuales más de dos millones de michoacanos (la mitad de la población total) se encuentran en el rango de la pobreza.

Y si en el año 1765 -cuando nació Morelos, en la vieja Valladolid- la economía estaba concentrada en el 5% de los habitantes del Estado (en cuyo porcentaje la Iglesia católica ya ocupaba un papel preponderante desde entonces), habrá que preguntarnos si realmente se puede hablar de desarrollo económico y de un mejoramiento en las condiciones de vida, cuando el pasado fin de semana (sábado 28 de abril), “El Universal” publicó que, según la Universidad Tecnológica de Texas y el movimiento Ocupa Wall Street, el uno por ciento de los multimillonarios de los Estados Unidos concentra más de la mitad de la riqueza de ese país, a la vez que sigue librando una intensa batalla para seguir gozando de sus excepciones fiscales.

Ciertamente todo un caso para investigadores y sociólogos contemporáneos, ante los cuales en tierras de Don Vasco (Michoacán) nos dedicamos a celebrar el Día de la Santa Cruz y, de lo que quede, el Día Internacional de la Libertad de Expresión, por cuyo segundo motivo hubo felicitaciones desde el número Uno del poder en el Estado, hasta los más humildes y modestos albañiles, con los que se reunió a comer ayer el alcalde Manuel Nocetti Tiznado.

Efemérides y circunstancias que se habrán de repetir hasta el cansancio en el presente mes de mayo, incluyendo -a propósito de medios- la instalación de la Junta de Gobierno del Sistema Michoacano de Radio y Televisión (SMRTV), que encabeza Fausto Vallejo y de cuyo organismo es titular la colega Lupita Santacruz.

Mientras tanto, enhorabuena también a Jaime López Martínez y a Arturo Herrera Cornejo por la reaparición del programa “Respuesta”, de la XELQ (de cuyo contenido me honro en formar parte), especialmente en estos días de tantos e inverosímiles contrastes para el gremio.

Y es que mientras en la capital del país le apremian al presidente Felipe Calderón a publicar la Ley de Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas (avalada el lunes en la Cámara de Diputados con el voto unánime de todos los partidos); en Viena, el Instituto Internacional de Prensa (API), daba a conocer que el presente año podría ser “el más mortífero” de los últimos 15 para los periodistas; en tanto que en Madrid, la agencia española AFP consigna que más de 6 mil periodistas han perdido su trabajo en España desde el inicio de la crisis.

Esa es la advertencia que lanzó este jueves el gremio peninsular, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, bajo el lema: “Sin periodismo no hay democracia”.

Curiosamente, y coincidiendo con esa misma fecha, resulta reconfortante para el autor de estas líneas que se reproduzcan en varias publicaciones latinas en Los Angeles, California, donde existen casi dos millones de connacionales, predominantemente michoacanos.

Esto abre un nuevo campo de acción, gracias a “Impacto USA”, que ha mostrado interés por los temas sociales y políticos generados en tierras purépechas, lo cual es motivo de nuestro mayor agradecimiento, a pesar del “guayabazo”.