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  • El entrecruce de sensaciones visuales y auditivas crea imagenes creativas...

    El entrecruce de sensaciones visuales y auditivas crea imagenes creativas que no existen en el mundo externo.

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    La base del arte se encuentra en el entrecruce de distintas senso-percepciones que acuden al cerebro por diferentes vias sensoriales.

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Los sentidos crean sensaciones que forman parte de un mundo intangible, pero su captación se basa en un proceso cerebral que las separa. Cuando estas percepciones se cruzan entre sí se denomina sinestesia, en los artistas, una suerte de facultad para atravesar los límites de la realidad.

Ya en la Antigüedad, filósofos griegos como Aristóteles y Pitágoras especularon con que debía de existir alguna correlación entre la escala musical y los colores del arco iris.

Newton relacionó cada tono de la escala musical con cada uno de los siete colores primarios del espectro. Con el paso del tiempo, aclarar las relaciones entre la música y las imágenes siguió siendo un tema recurrente en las artes, la ciencia y la filosofía.

La pintura comenzó a experimentar con técnicas completamente innovadoras cuando artistas de Alemania, Francia, España, Italia y Rusia se inspiraron en las formas abstractas de la música para tratar de lograr un lenguaje propio; de la misma forma que surgieron músicos como Debussy que se inspiraron en imágenes y pintura para componer.

Kandisnky, Klee, Delaunay o Jackson Pollock son algunos de los pintores que más intensamente reflejaron en sus obras la interacción de las percepciones musicales con las formas y los colores. En la música, Eric Satie y más recientemente John Cage han creado bellas composiciones basadas en el sonido y el movimiento.

SINESTESIA EN CLASE

Mª José de Córdoba, profesora del departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada (UGR), explica que “la sinestesia se ha conocido a través del arte, por la literatura, la filosofía, la pintura y la interrelación entre ellas”.

De Córdoba es autora, junto a un equipo de profesores de la UGR, del libro “Sinestesia, los fundamentos teóricos, artísticos y científicos”, en el que los investigadores reúnen su experiencia en el estudio de este fenómeno perceptivo.

Mª José de Córdoba, además de su labor como docente, es artista, y su obra creativa se ha desarrollado a través de la facultad sinestésica que posee. De su trabajo relacionado con el estudio del Arte, explica que investiga “qué es lo que hay de real o no en la conexión creatividad-sinestesia”.

En este trabajo de investigación, Mª José realiza varios test entre sus alumnos “para saber qué tipo de posibles capacidades sinestésicas tienen; un test de originalidad, que es un aspecto de la creatividad y un test de programación lingüística, porque entiendo que los que son sinestésicos también utilizan en su lenguaje una programación, un sistema de representación sensorial sinestésico”.

Del resultado de estos test, la profesora realiza una comparativa y determina varias categorías entre los alumnos que son posibles sinestésicos y comprueba “los que no lo son, cuáles son más creativos y cuáles son los que tienen ese sistema de representación sensorial a través del lenguaje sinestésico”, señala.

“Esto me sirve a mi para fomentar a través del concepto de la sinestesia las múltiples inteligencias que tienen mis alumnos, porque la mayoría dicen que sí experimentan una serie de sensaciones, pero no son conscientes de ellas hasta que yo no les hablo de qué es la sinestesia y su utilidad en el proceso de creación. Mi trabajo consiste en hacer pasar del inconsciente al consciente todo ese tipo de percepciones multisensoriales que ellos tienen”, subraya la educadora.

La sinestesia, de esa forma, se transforma en el artista en una herramienta de trabajo. Como subraya De Córdoba: “Cuando ellos son conscientes de que experimentan esas percepciones, utilizan ese tipo de información para poder enriquecer sus obras. Evidentemente, también fomentan el hecho de continuar siendo más conscientes sobre lo que perciben. Ellos mismos descubren que la sinestesia tiene muchas categorías, distintas intensidades, y que la mayoría son de corte conceptual”.

La sinestesia abre un abanico de posibilidades, porque, dice la docente, “cuando tú experimentas una sensación con muchas más etiquetas sensoriales resulta ser más rica”. Y expone un ejemplo: “Ante la visión de una bolsa de patatas fritas hay personas que solo ven la bolsa de patatas fritas, otras que pueden visualizar las patatas que están dentro de la bolsa. Pero hay otras que no solo ven esto sino que se dan cuenta de cómo es esa bolsa, qué textura tiene, si las patatas son más grandes o más pequeñas, incluso quién peló las patatas o quién las cortó”.

COMPRENSIÓN CIENTÍFICA

Juan Lupiáñez es profesor de la Facultad de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, y explica de forma científica la sinestesia:.

“Sabemos que en el cerebro adulto áreas cerebrales concretas llevan a cabo análisis particulares de aspectos concretos del mundo que percibimos: color, forma, olor, organización espacial y temporal, etc.

Con posterioridad, en lo que se conocen como áreas de asociación, el producto de estos análisis de la realidad se pone en común dando lugar a nuestra experiencia integrada de la realidad, como una unidad coherente multisensorial, sin que tengamos acceso consciente a los análisis iniciales que realiza el cerebro”.

Cuando se tiene conciencia sobre estos procesos iniciales se está hablando de un sinestésico. Como subraya Lupiáñez, “estas personas llevan a cabo análisis de forma cruzada entre diferentes aspectos de la realidad, bien dentro de una misma modalidad (por ejemplo, forma y color) o entre modalidades sensoriales (p. ej., color y olor o color y sonido).

Añade el profesor que ese peculiar proceso cerebral concede a los sinestésicos “unas características particulares en su forma de ver el mundo, que pueden explotar de forma adecuada, como una elevada creatividad, facilidad para el arte y la metáfora, etc.”.

Lupiáñez ejemplifica este proceso: “De igual manera que el visualizar un problema nos puede ayudar a resolverlo, porque nos facilita la representación de los elementos que lo constituyen, y de esa forma nos ayuda a establecer las relaciones adecuadas para su resolución, el añadir una capacidad extra a ciertas percepciones puede ser de gran ayuda en ciertos ámbitos”.

Paul Gauguin lo dejó expresado bellamente: “El color es tan oscilante como las ondas en la música, siendo capaz de expresar lo más universal así como lo más vago. A través de arreglos en las líneas y los colores, llego a sinfonías y armonías que no evocan nada real en el sentido usual de la palabra y no expresan ideas, sino que buscan provocar pensamientos, como la música”. EFE-REPORTAJES.