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Orlando (EEUU), 22 jun (EFE).- El presidente Barack Obama retomó hoy la bandera de la reforma migratoria para cimentar el apoyo del electorado hispano, un bloque que será definitorio en una contienda que se perfila cada vez más reñida.

Obama ofreció hoy un discurso ante la 29 conferencia anual de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO, en inglés) en un momento fundamental para su campaña de reelección, en el que su promesa incumplida de la reforma migratoria se ha convertido en arma arrojadiza.

El mandatario defendió la directriz del viernes pasado de frenar la deportación de estudiantes indocumentados de hasta 30 años de edad y que vinieron a EE.UU. cuando eran menores, si bien reconoció que es un parche temporal al problema migratorio.

“No es amnistía… no es una solución permanente, es una medida temporal”, reconoció Obama, al insistir en que es el Congreso el que debe aportar una solución bipartidista a largo plazo.

En junio de 2008, siendo candidato dijo ante NALEO que él sería un “socio” de la comunidad latina en la Casa Blanca y que la reforma migratoria sería una máxima prioridad en su primer año de mandato.

Cuatro años más tarde, ante el mismo foro, el mandatario se volvió a arropar con la reforma migratoria, que sigue siendo una asignatura pendiente en el Congreso por falta de consenso político.

Tras llegar a la Casa Blanca, Obama invirtió casi todo su capital político en lograr la aprobación de la reforma de salud en 2010 y, durante su mandato, ha deportado a más de 1,5 millones de inmigrantes indocumentados.

Como parte de su estrategia electoral, los republicanos señalan que Obama no ha cumplido con su promesa migratoria y, encima, durante su mandato los hispanos han registrado más desempleo y pobreza.

A raíz de las crisis inmobiliaria y financiera tras la recesión de 2007, la tasa de ejecuciones hipotecarias entre los hispanos se sitúa en el 11,9 %, en comparación con el 9,8 % de los negros y el 5 % de los blancos.

El legislador republicano por Texas, Quico Canseco, dijo que ante este panorama “la comunidad hispana no puede tolerar cuatro años más” de Obama y que Romney, por contra, ofrece “un mejor camino” para sanar la economía y ayudar a los hispanos.

En declaraciones a Efe, el analista político Larry J. Sabato, director del Centro para Políticas de la Universidad de Virginia, dijo que, sin duda, la directriz de Obama supone un golpe de astucia que ha elevado el entusiasmo de los hispanos por su reelección.

“Obama recibió el 67 % del voto hispano en 2008 y le está yendo bien prácticamente en todas las encuestas con los latinos. Romney no ha podido crear fisuras allí, aún con el mal estado de la economía”, observó en entrevista telefónica.

En su opinión, “la decisión de Obama sobre inmigración le ha dado un mayor impulso entre los hispanos. Esta es una área positiva para Obama, en unos momentos en los que no tiene muchas”.

Ya antes del anuncio, Obama se había marcado otro tanto al pronunciarse a favor del matrimonio entre homosexuales y, durante la contienda, ha querido pintar a Romney como un candidato que defiende a los ricos y es incapaz de comprender y atender las vicisitudes que atraviesan la clase media, las mujeres y las minorías.

Consciente de la importancia del voto hispano, la Casa Blanca ha destacado los logros de Obama a favor de esta minoría, desde los recortes de impuestos sobre las nóminas hasta préstamos para pequeños empresarios hispanos, y una reforma sanitaria que beneficiaría a nueve millones de latinos sin seguro médico en los próximos dos años.

Y aunque la medida migratoria insufla bríos a su campaña, Obama sigue afrontando una lucha cuesta arriba por la lenta recuperación económica.

Obama no causó la crisis, pero sus medidas no han logrado sanar por completo la economía: el desempleo se ubica en el 8,2 % -el 11 % entre hispanos-, el crecimiento económico se ha ralentizado, y en muchas zonas, incluido un estado clave como Florida, el precio de las casas sigue a la baja.

No es coincidencia que Obama realizara hoy su cuarto viaje este año a Florida, que afronta uno de los niveles más altos de ejecuciones hipotecarias en la nación.

Aunque Romney ha suavizado su tono respecto a la reforma migratoria -ahora dice que la apoya-, las encuestas señalan que Obama tiene casi asegurado el voto hispano.

Su perenne reto será la economía. Según una encuesta reciente de Bankrate.com, seis de cada diez estadounidenses dicen que sus finanzas personales serán un factor importante a la hora de marchar a las urnas. EFE