Con cierta semejanza a la rueda, probablemente el origen de la pelota estuvo cuando las personas descubrieron que podían empujar, arrojar, patear y esconder un objeto esférico. Primero algo duro, como una piedra, posteriormente algo más suave.
Este origen filogenético del balón, a nivel de especie, probablemente tiene su similar con el descubrimiento ontogenético que hace el niño de las pelotas.
Evan Coria, un niño de un año de edad, descubrió los posibles movimientos de un balón casi al mismo tiempo que empezó a caminar. Con su pequeña mano lo hace girar sobre el suelo y luego aplaude. Viendo las reacciones de los adultos, luego comparte el balón, lo arroja y hasta lo poen en una cubeta.
En los Juegos Olímpicos se pueden observar la mayor parte de las posibilidades de juego de los balones.
La tenista estadounidense Serena Williams, durante el partido disputado contra la danesa Caroline Wozniacki, levanta ligeramente la pelota y la golpea con toda su fuerza hacia el terreno contrario, tratando de que pase la red y que la pelota llegue a un lugar donde no se la puedan regresar. En el tenis, como en el tenis de mesa y el volleyball, el juego es poder regresar el balón sin que caiga en el suelo.
En otro juego, las estadounidenses Katie O’Donnel y Michelle Vitesse disputan la pelota frente a la jugadora australiana Megan Rivers durante el partido de hockey femenino. En este caso, como en otros juegos donde se arrastra el balón, el objetivo no es brincar una red sino depositarla en un marco con red del equipo opuesto.
Las posibilidades de movimiento de la pelota han generado todo tipo de juegos.
El Ollamalitzli que jugaron las culturas prehispánicas mexicanas, que consistía en hacer pasar por un aro de piedra una pelota de hule fue la base de lo que hoy es el basquetbol o baloncesto. Aunque es probable que lo que hace el ala pivot de Argentina, Luis Scola en la canasta rival de Túnez, no se parezca mucho en velocidad a lo que hacían los habitantes del altiplano de México.
DE MESOAMERICA AL MUNDO
Si tomamos como la base de los juegos la capacidad de golpear y hacer rebotar una bola, debemos estar agradecidos con los nativos de Mesoamérica (México) que desde hace 3,500 años (1,600 a.C.) fueron los primeros en vulcanizar el hule, mezclando latex de los árboles con sustancias de la planta que hoy se conoce como la “Morning Glory”.
Según los profesores del Instituto Tecnológico de Massachussets, Dorothy Hosler y Michael Tarkanian, aunque Charles Goodyear inventó el proceso de vulcanización moderno en 1839, los Mayas, Mexicas y Olmecas ya sabían de este proceso. Creaban hule mezclando la sustancia de los árboles de latex (Castilla elastica) con el jugo de los arbustos “Morning Glory” (Ipomoea alba species) (Sean Williams, “The Independent”, 1, jun., 2010).
GOLPEAR O LANZAR
Los juegos de pelota se distinguen por el predominio de golpear y/o lanzar el esférico. En sus orígenes, es muy probable que lo primero haya prevalecido, debido a lo duro y rudimentario de las bolas.
Se dice que el antecedente del Hockey tiene alrededor de 4,000 años. Con tan solo un palo y una bola se entreteníam en Roma, Egipto o Sudamérica.
Y mientras que Mexicas, Mayas y Olmecas jugaban a pasar una bola de hule por un aro, los Araucanos en Chile jugaban a algo semejante al Hockey con un palo que le decían “la chueca”.
El tipo de material de las pelotas han generado cambios en los juegos. Del Ollamalitzli al tenis de mesa hay grandes cambios en el tipo de material.
Pero también el tipo de escenarios y las condiciones de vida han cambiado los juegos.
Por ejemplo, el Waterpolo desarrollado en la Gran Bretaña a partir del Rugby era un deporte que se jugaba en los ríos, pero solamente al popularizarse las albercas adquirió una estructura parecida a la de hoy.
En 1880 s, el juego creo las primeras reglas entre las cuales se establecía que no se podía atacar a un jugador si este no estaba en posesión de la pelota.
PSICOLOGIA DEL JUEGO
Las bases psicológicas de los juegos de pelota es el proceso de “ida y regreso”, “lanzamiento y rebote”. También se integra el esquema de “control Vs liberación” como lo hacen con gran habilidad Lionel Messi en el futbol soccer y Koby Bryan en el basquetbol.
Para entender mejor el placer que se origina en la infancia de dar y recibir son muy ilustrativos los estudios del psicólogo Jean Piaget sobre la “reversibilidad”.
Piaget considera que los orígenes de la inteligencia están en acciones motrices de los niños con el mundo exterior. Algo que el bebé inicia tirando objetos al suelo que luego le regresarán, para volverlos a tirar.
Saber que “todo tiene una ida y un regreso” luego lo integrará a otras esferas de su vida, incluyendo el deporte.
A nivel más de divulgación, John Fox en su libro “The Ball: Discovering the Object of the Game” (Entrevista de Kai Ryssdal, Marketplace, 15 mayo, 2012) comenta cómo ese juego de “toma y dame” está incluso emparentado con la conducta animal de los delfines y perros.
