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  • Un mural muy memorable de "Banksy" fue el de un...

    Un mural muy memorable de "Banksy" fue el de un mendigo pidiendo cambio cuando los movimientos de los indignados estaban en pleno revuelo.

  • Uno de los trabajos de "Robbo", más acorde con el...

    Uno de los trabajos de "Robbo", más acorde con el estilo neoyorquino. En Nueva York se originó el grafiti como algo más vistoso y complejo.

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Es difícil definir lo que es arte. Aunque sin duda, se le puede ver como un medio de expresión que toma facetas distintas y que apela a la sensibilidad de la gente. Cuando esa expresión incluye muestras de pensamiento profundo, ingenioso y de una técnica perfeccionada; entonces, dicho arte cobra credibilidad y comienza a adquirir cierto valor entre aquellos apreciadores de este tipo de práctica milenaria.

El problema con el arte en sí comienza cuando algo considerado como artístico cobra notoriedad. Entonces la pregunta común es: ¿es esto arte?

El mundo del grafiti definitivamente, ha sido asolado desde años atrás por ese tipo de preguntas.

El grafiti, conformado de líneas caprichosas, tridimensionales, confrontantes e invasivas; se apodera de lugares públicos, forma mensajes coloridos y recuerda marcas territoriales pandilleriles, comenzó a transformarse en algo digno de ser tomado en cuenta en la década de 1980 en Nueva York.

Con un envase de aerosol como instrumento y una pared ajena como lienzo, el artista del grafiti vive en una línea muy delgada entre la expresión artística y la proscripción, pues bien sabido es que, dicha forma de expresión no es amparada por la ley, ya que irrumpe y hasta destruye de manera ilegal e indiscriminada la propiedad pública y privada. Y el problema del grafiti es básicamente ese, que cualquiera puede tomar una lata de aerosol y pintar lo que le venga en gana sobre cualquier muro sin haber demostrado a través de un talento ser merecedor de exponer un trabajo en vía pública.

Y ya que hablamos del grafiti como un problema, no puedo más que acordarme de mis viajes a Guanajuato, México, una ciudad muy colonial preservada para el disfrute del turismo. No puedo negar que me hizo sentir molesto el ver algunos muros de casas en esta hermosa ciudad, literalmente ‘rayados’ con leyendas ofensivas y nombres de desconocidos que, paradójicamente, pretenden ser notados a través del anonimato, marcando un territorio que en realidad nos pertenece a todos, y lo peor del caso es que, lo hacen sin ninguna muestra de talento.

Aunque en sí, el grafiti es considerado como una muestra de rebeldía ante el poder, el status quo y el sistema.

Los que han elevado su nombre a través de esta práctica, generalmente utilizan muros gigantes de edificios o casas simplones y sin vida, con presencia en la calle, y hasta tirados al olvido. Invaden, por otro lado, edificios comerciales y publicidad puesta en espacios públicos, la cual es en sí, un cierto tipo de grafiti legalizado y sin médula.

Uno de los artistas más notorios en el mundo del grafiti, cuyo seudónimo es ‘Robbo’, se hizo notorio en su natal Gran Bretaña pintando lugares así. Pasarían muchos años antes de que este pudiera ser considerado como un virtuoso y comenzara a presentar muestras de su trabajo en galerías de arte.

Otro notorio artista inglés autodenominado ‘Banksy’ y que es némesis de Robbo, comenzó a generar revuelo por su uso del esténcil en sus trabajos callejeros. Sus imágenes, potentemente cargadas de crítica social y política y con un fuerte sentido de burla e ironía, lo convirtieron en toda una sensación mundial. Hoy en día, además de que se preservan varios de los trabajos que hizo en la calle, sus obras se exhiben alrededor del mundo y han sido compradas por actores como Brad Pitt y cantantes como Cristina Aguilera.

La evolución de estos ‘pintores públicos’ de grafiteros a artistas callejeros, fue sorpresiva para muchos, ya que este tipo de expresión es considerada igual o más subversiva que el punk. Y aunque aún hoy en día muchos se preguntan si el grafiti puede en realidad ser estimado como arte, podríamos decir que “la belleza está en los ojos del espectador”.

Aunque eso sí, si alguien se quiere sentir artístico pero carece de talento o está falto de mensaje, lo mejor es que se reserve esas muestras para sí mismo, sobre todo si pretende hacerlo en patrimonios de la humanidad, ¿no lo creen?

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