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Muchas personas creen que los hombres son más propensos que las mujeres a padecer de enfermedades cardíacas; sin embargo, esta afección también amenaza la salud femenina, como nos informa la Dra. Carolyn Landolfo: “A pesar de que todas las mujeres tienen riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, éstas son más comunes durante la menopausia que a otras edades, porque es cuando el riesgo se acelera. Las mujeres más jóvenes, especialmente las diabéticas y las fumadoras, también tienen riesgo de desarrollar enfermedad coronaria antes de empezar la menopausia”.

La Dra. Landolfo habla en esta entrevista sobre cómo afecta la menopausia al corazón femenino, los factores de riesgo más comunes y los síntomas de un ataque cardíaco, entre otras enfermedades. La Dra. Carolyn Landolfo es cardióloga en Mayo Clinic de Jacksonville, Florida, y se especializa en enfermedades del corazón femenino, ecocardiografía y problemas de las válvulas cardiacas.

¿De cuáles enfermedades cardíacas deben mantenerse alertas las mujeres?

A fin de comprender los problemas cardiacos, uno necesita entender cómo funciona el corazón. El corazón es un músculo que bombea sangre oxigenada al cerebro y resto del cuerpo. El corazón necesita tener su propio suministro de sangre para funcionar debidamente. Las arterias coronarias, “la fontanería” del corazón, proveen ese suministro de sangre. El corazón tiene electricidad que lo hacer latir normalmente. El corazón también tiene válvulas que, igual que las puertas, controlan la circulación de la sangre por las cámaras cardiacas.

La enfermedad cardiaca más común es la enfermedad de las arterias coronarias. Esta afección implica la acumulación dentro de las arterias de colesterol, calcio y otras células, lo que se conoce como placa ateroesclerótica, y eso puede llevar a sentir dolor en el pecho o hasta a un ataque al corazón cuando el suministro de sangre disminuye. Hay varias afecciones capaces de debilitar al músculo cardiaco y disminuir la función de bombeo. Cuando eso ocurre, se considera que la persona sufre un fallo cardiaco congestivo. Existen muchas afecciones que afectan la electricidad cardiaca y que pueden provocar la sensación de latidos irregulares: el corazón puede latir muy rápido, muy lento o fuera de ritmo. Además de estos problemas, las válvulas del corazón pueden presentar fuga o permanecer cerradas y, a menudo, necesitan ser reemplazadas. Todas estas afecciones y otras más pueden afectar a la mujer.

¿Es cierto que las mujeres mayores de 50 años tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiacas? ¿Cuál es el riesgo a otra edad?

El riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria aumenta con la menopausia. A pesar de que todas las mujeres tienen riesgo de presentar enfermedades del corazón, éstas son más comunes durante la menopausia que a otras edades, porque es cuando se acelera el riesgo. Las mujeres más jóvenes, especialmente las diabéticas y las fumadoras, también tienen riesgo de desarrollar enfermedad coronaria antes de empezar la menopausia.

Las mujeres jóvenes corren riesgo de otros tipos de enfermedad cardiaca, como el desarrollo de un espasmo en las arterias coronarias, la existencia de problemas congénitos del corazón y la presencia de una enfermedad coronaria rara y fulminante, llamada disección espontánea de las arterias coronarias, que puede ocurrir después de dar a luz.

¿Cómo afecta la menopausia al corazón?

Según nos acercamos a la menopausia, sabemos que los niveles de estrógeno se reducen y que el riesgo de enfermedad cardiaca aumenta. Durante la menopausia, los factores de riesgo, como la presión alta y el nivel alto de colesterol LDL, tienden a empeorar. Todo esto va cambiando según envejecemos y por ello, las mujeres debemos prestar atención a los síntomas.

En cuanto a la terapia de reemplazo hormonal, durante años se recetaron hormonas para prevenir la enfermedad cardiaca; pero ahora sabemos que la terapia de reemplazo hormonal NO reduce su riesgo y que en aquellos casos en que se las empieza a usar tarde, puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca y de accidente cerebrovascular. Por lo tanto, apoyamos el uso de la terapia de reemplazo hormonal solamente para controlar los síntomas de la menopausia, pero no la recomendamos a largo plazo debido al riesgo de presentar cáncer de mama y coágulos. Aunque como cardiólogos, no recomendemos la terapia hormonal para prevenir la enfermedad cardiaca, durante la menopausia se la puede utilizar de manera controlada para aliviar los síntomas. Más adelante en la vida, cuando una mujer tiene problemas de resequedad vaginal, se le pueden recomendar las cremas tópicas de estrógeno que son seguras.

Hasta el momento, todavía se cree que las hormonas naturales protegen, de manera que la menopausia prematura es un factor de riesgo para la enfermedad cardiaca. Sin embargo, cuando una mujer fuma o tiene diabetes, los beneficios del estrógeno natural se neutralizan.

¿Cuáles son los factores de riesgo femenino más comunes?

Los factores de riesgo más comunes para la enfermedad cardiaca incluyen la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión, los niveles altos del colesterol dañino y un historial familiar de enfermedad cardiaca prematura. Todas las mujeres, no importa su edad, necesitan mantener estos factores de riesgo bajo control para prevenir el desarrollo futuro de una enfermedad cardiaca.

Las mujeres que sufren de hipertensión, incluso presión un poco alta antes de la menopausia, corren mucho riesgo de desarrollar problemas cardiacos más adelante. Por ello, es importante prestar atención a lo que llamamos pre-hipertensión, o presión sistólica (la cifra de arriba) entre 120 y 130 mmHg. La presión sanguínea sistólica superior a 130 mmHg actualmente se considera hipertensión leve.

De igual manera, el riesgo es mayor cuando el colesterol malo (LDL) es muy alto y/o el colesterol bueno (HDL) es bajo. El nivel del colesterol es uno de los factores de riesgo que tiende a ser igual de importante en ambos sexos. Los niveles altos de triglicéridos (grasa) también son un factor de riesgo importante, especialmente en las mujeres.

Con las mujeres, ahora también prestamos atención a un indicador de inflamación llamado proteína C reactiva. Cuando alguien tiene un nivel alto de la proteína C reactiva, además de colesterol total alto, entonces el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca en el futuro aumenta significativamente.

¿Cuáles son otros factores de riesgo para las mujeres?

Otros factores de riesgo que pueden exponer a las mujeres a la enfermedad cardiaca son, entre otros, los ciclos irregulares de la menstruación y el síndrome poliquístico en los ovarios. En el caso de las mujeres en edad reproductiva, se sabe que quienes tienen presión alta durante el embarazo pueden tener mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca más adelante.

¿Qué sucede con las mujeres que desarrollan diabetes gestacional?

La diabetes gestacional es un factor de riesgo para desarrollar diabetes más adelante, lo cual presenta un riesgo importante para el desarrollo de la enfermedad cardiaca.

¿Qué sucede con las mujeres que padecen artritis reumatoide?

La artritis y otros problemas, como el lupus, son afecciones inflamatorias. Dado que la enfermedad cardiaca también es una afección inflamatoria, el proceso de la ateroesclerosis (placa en las arterias) se puede acelerar debido a los problemas artríticos. Estas afecciones por sí solas no son lo único que aumenta el riesgo, pues los tratamientos también lo hacen. Los pacientes que toman corticoesteroides durante un periodo largo pueden acelerar el proceso de ateroesclerosis.

Los síntomas de los problemas del corazón, ¿son diferentes entre hombres y mujeres?

Los síntomas de la enfermedad coronaria sí pueden ser diferentes entre los hombres y las mujeres, aunque depende de la situación. Durante un ataque al corazón, por ejemplo, ambos sexos tienden a presentar síntomas similares, tales como dolor intenso o pesadez en el pecho, una sensación de opresión y estrechez que no es necesariamente dolor, sudor y náusea. El dolor puede irradiarse hacia el brazo, la espalda, el cuello o la mandíbula.

Los síntomas difieren entre hombres y mujeres cuando la afección no se presenta de manera repentina sino que se desarrolla lentamente con la obstrucción progresiva de las arterias. En tales situaciones, los hombres tienden a presentar los síntomas normales, como opresión en el pecho que a veces se relaciona con el esfuerzo. Por otro lado, las mujeres también pueden presentar los síntomas normales; pero es más probable que se quejen de síntomas que aparentemente no tienen nada que ver con el pecho. Por ejemplo, son más propensas a sentir que les falta el aire (síntoma predominante en las mujeres), a tener problemas para dormir o a sentir molestia en la espalda, brazo o solamente en el cuello.

Lamentablemente, muchas veces estos síntomas se atribuyen al envejecimiento, a la menopausia o al estrés. Las mujeres con frecuencia suelen negar sus propios síntomas, de manera que las señales de advertencia pasan desapercibidas o son ignoradas por los médicos. Uno de los verdaderos problemas es que las mismas mujeres minimizan sus síntomas y no reconocen que éstos pueden vincularse a una enfermedad del corazón. Por eso digo en los grupos femeninos y a mis pacientes que si notan algo poco usual, por ejemplo, que no pueden hacer tanto, que se cansan más fácilmente, o que sienten que le falta el aire al realizar una actividad que antes podían hacer sin presentar síntomas, entonces deben preguntarse: “¿Puede esto estar relacionado con el corazón?” Cuando ese pensamiento pasa por la mente, entonces es hora de someterse a una revisión.

¿Qué exámenes deben realizarse las mujeres para encontrar respuestas?

Las preguntas que una mujer debe hacerse son: ¿Padezco alguna enfermedad del corazón? ¿Qué riesgos tengo para las enfermedades cardiacas? ¿Cómo puedo saber que no padezco una enfermedad del corazón? En general, los exámenes para detectar la enfermedad cardiaca dependen de muchos factores, entre ellos los síntomas, los factores de riesgo y la edad. Supongamos que una mujer acude a un “chequeo del corazón” sin presentar síntomas: lo mínimo que ella necesita es que se le revise el colesterol, la presión arterial, el peso y la glucosa sanguínea. Personalmente, también suelo revisar la proteína C reactiva como parte del panel de los lípidos. Los exámenes radiológicos que se recomiendan a una mujer, en realidad, dependen de los factores de riesgo, la edad y los síntomas.

Las mujeres deben mantenerse informadas sobre los exámenes existentes. Cuando una mujer no presenta síntomas, probablemente no necesita una prueba de estrés, por ejemplo; pero, si tiene un historial familiar fuerte, o si uno o más de los factores de riesgo es predominante, entonces probablemente se le ofrezca una variedad de pruebas.

¿Cuándo es recomendable realizar exámenes radiológicos del corazón?

Existen diversos exámenes para diagnosticar la enfermedad cardiaca. Cuando una mujer consulta debido a que siente opresión en el pecho, falta de aire o cualquier otro síntoma poco usual, hay que preguntarse si tiene placa en las arterias. En ocasiones, recurrimos a la prueba de esfuerzo (en la cinta de andar) a fin de descartar una obstrucción grave que pueda obstruir la circulación de la sangre. La mayoría de gente piensa que obtener resultados normales en una prueba de esfuerzo significa que no hay obstrucción, pero no es así; lo que ese resultado quiere decir es que no existe una obstrucción que reduzca la circulación de la sangre hacia el corazón.

La segunda pregunta ante la ausencia de una obstrucción debe ser si existe acumulación de placa. La respuesta a esa pregunta es un poco más difícil. Por lo general, una tomografía computarizada es capaz de mostrar el calcio acumulado en las arterias. Cuando alguien desarrolla placa en las arterias y ésta permanece allí durante un periodo de tiempo, se produce acumulación de calcio. El problema se puede identificar porque el calcio es visible en una radiografía. Otro método para identificar la ateroesclerosis prematura es realizando un ultrasonido de las arterias carótidas, que también ayuda a encontrar la placa en otras áreas. Cuando alguien tiene exceso de placa acumulada en las arterias carótidas, y muestra paredes arteriales muy gruesas, entonces es posible que esa misma placa esté también presente en las arterias del corazón.

Información sobre Mayo Clinic

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