“90% de envenenamientos por químicos suceden en casa”. Este es un hecho duro de debatir, ya que cualquier infante regular pasa la mayoría del tiempo dentro de su casa.
La gran variedad de productos que nos ayudan a mantener limpias nuestras casas, pueden sin duda parecer como una gran ayuda para el ser humano moderno, el cual puede adquirir de todo con gran facilidad e irremediablemente carece de tiempo.
Es por eso que el uso de limpiadores, pesticidas y desinfectantes en casa ha incrementado junto con el aumento de la variedad de estos en el mercado. El propio mueble debajo del lavabo de mi casa está lleno de ellos.
Aunque en mi hogar no hay niños aun, tratamos de escoger rigurosamente aquellos productos que usaremos en casa para limpieza y desinfección. Buscamos aquellos que tienen menos ingredientes cancerígenos o neurotóxicos. Además, los usamos con discreción, portando guantes y manteniendo una entrada de aire que facilite su dispersión.
Sin embargo, no solo los limpiadores caseros contienen ingredientes tóxicos. Aunque resulte sorpresivo, también los cosméticos y los productos de la piel contienen estas sustancias nocivas.
La siguiente, es una lista de algunos de estos ingredientes incluidos en gran cantidad de cremas y cosméticos
Bensoyl Peroxide, Dioxin, DMDM Hydantoin & Urea, Phthalates, PEG (Polyethylene glicol), Triclosan, Sodyum Lauryl Sulfate, Paraben (Methyl, Butyl, Ethyl, Propyl), Propylene Glycol, Butylene Glycol, FD & C Pigmentos de Color, PABA (Avobenzone, benzphenone, ethoxycinnamate).
Muchos de estos compuestos pueden producir efectos como irritación de la piel, esterilidad, degeneración neuronal, depresión, daño a ciertos órganos, desbalance hormonal, abortos, fatiga, insomnio- y por supuesto cáncer.
La lista continúa, pero a grandes rasgos, esos son los daños más comunes causados por este tipo de tóxicos, los cuales aplicamos a nuestra piel o cuero cabelludo puesto que son considerados ‘productos de cuidado personal’. El problema es que nuestro cuerpo termina absorbiendo un 60% de los químicos presentes en estos.
La verdad de las cosas es que con la corrupción y la facilidad con las que las agencias de gobierno encargadas de aprobar nuevos productos lo hacen, es más común que aquello que nos es proveído en los supermercados, contenga sustancias perjudiciales para nosotros.
En el caso de muchos productos (cosméticos), los efectos se van dando a la larga, cosa por la cual es difícil hallar culpables al incremento de enfermedades neurodegenerativas (depresión, autismo, Alzhéimer, Parkinson, deshabilites de aprendizaje, etc.) y cáncer, y posiblemente otras cosas que aun se desconocen.
El problema principal radica en que los niños están más expuestos a este tipo de afecciones por estar en desarrollo; entonces, de nosotros depende que puedan crecer lo más sano posible.
En esta semana de la prevención contra el envenenamiento, hagamos consciencia y eduquémonos al respecto. Y sobre todo, ¡aprendamos a leer las etiquetas!
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