Skip to content
 Un cliente observa los televisores puestos a la venta en una tienda de Sharp en Tokio (Japón). La televisión forma parte importante de la familia contemporánea, tal vez más importante de lo que debería.
Un cliente observa los televisores puestos a la venta en una tienda de Sharp en Tokio (Japón). La televisión forma parte importante de la familia contemporánea, tal vez más importante de lo que debería.
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La Campaña para la Niñez Libre de Comerciales (CCFC en inglés) desde 1996 ha promovido una semana sin aparatos de entretenimiento, buscando concientizar a la gente de la importancia del control de la tecnología dentro del hogar.

La idea es la de alentar a los niños a explorar la naturaleza y a pasar más tiempo entre familiares y amigos; ya que debido a aparatos como los Nintendos, Play Stations, teléfonos inteligentes, TVs, etc., en los últimos años hemos estado provocando una generación de niños que prefiere juegos virtuales a salir a la calle con amigos como fuera lo tradicional hasta apenas el principio de este milenio.

En promedio, los niños en edad preescolar pasan 32 horas enfrente de una pantalla, ya sea de TV, de videojuego o de celular. Aunque que estos aparatos no solo son de la preferencia infantil; el interés sobre ellos arrasa también con resto de la familia. Tanto así que si un padre de familia lleva a un niño inquieto a un restaurante o lugar público, es bastante común ver que este prefiere proporsionarle un celular al niño que enseñarle reglas de comportamiento.

Esta es una campaña a nivel nacional en Norteamérica que busca crear consciencia en la población acerca de lo negativo de nuestros hábitos de conducta modernos, a la vez que educa sobre aspectos positivos que conllevan el limitar el uso de tecnología para el entretenimiento de los niños y la familia en general. Específicamente del uso de la TV, pero tomando en cuenta el uso de otros aparatos para esparcimiento.

Según la página turnoffyourtv.com, un niño en EE.UU. mira en promedio 20,000 comerciales al año y pasa casi el doble de tiempo viendo TV que estudiando en la escuela.

Además, un infante común puede tener a la semana un promedio de 38.5 minutos de conversación provechosa con sus padres. Y es que hasta cuando comen, el 66% de familias estadounidenses acostumbran a tener el televisor prendido.

El problema es que la TV es un aparato que brinda un entretenimiento pasivo que además ocasiona el sedentarismo. Y es que mirarla requiere estar inmóvil o tener el mínimo de movimiento, a la vez que arresta la atención total de la persona, la pone en un estado donde el análisis no es importante, mucho menos el uso de la inteligencia, y por ende, se absorbe con gran facilidad y sin filtros todo lo que repetitivamente vemos en TV, algo así como un lavado de cerebro auto infligido.

Al crear esta semana, la organización CCFC lo hizo esperando que cualquier persona pudiese evaluar su vida sin el entretenimiento de este tipo y que pudiese aplicar su criterio en cuanto a prioridades, o simplemente analizar si es realmente necesario tener el televisor prendido por tantas horas al día.

El hecho de que se pueda llevar una pantalla en el bolsillo a todas partes y que se saque a la menor amenaza de aburrimiento es algo muy de este siglo. Por eso, a todas horas, el ruido nos rodea, el exceso de información nos abruma, y el entretenimiento nos enajena.

Pero pensemos en el hecho de que la meditación estimula el crecimiento neuronal -algo comprobado ya. Y es que como en la música es tan importante el silencio como el sonido, en la vida también lo es el darse tiempo para pensar sin que haya ruido de fondo que llene nuestros pensamientos… apaque ya la tele.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com