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Siendo un desorden nervioso definido apenas en 1976, la fibromialgia es una enfermedad muchas veces malentendida no solamente por pacientes, sino entre los mismos médicos y científicos que investigan esta enfermedad considerada crónica y cuya procedencia y cura aún son desconocidas.

Pero la controversia radica en el tipo de síntomas que presentan muchos pacientes (depresión, fatiga crónica, disturbio del sueño, ansiedad, adormecimiento muscular, anormalidades en vejiga e intestino, dolor crónico, etc.). Muchos de estos, son también presentados por otras enfermedades como los síndromes de fatiga crónica o de intestino irritable, o los dolores musculares crónicos.

Por la misma causa, este padecimiento es muchas veces mal diagnosticado por doctores que por carencia de experiencia en el tema, fallan al encontrar las causas de los síntomas en este tipo de pacientes.

Los pocos estudios que se han hecho no solo para esclarecer los orígenes, sino también para encontrar la cura de dicha enfermedad, han sido hasta hoy inconclusos. Aunque muchos concuerdan que algún trauma psicológico pudiera ser la causa de la fibromialgia, también se cree que puede deberse a un trauma físico en el cuello específicamente.

Se ha experimentado hasta el momento con distintos tratamientos y drogas, pero hasta la fecha, no hay uno cien por ciento seguro para combatir los síntomas, mucho menos para erradicar este mal. Generalmente, el tipo de tratamiento aconsejado para fibromiálgicos es una mezcla de terapia cognitiva (para cambiar conductas, actitudes y hábitos), terapia medicinal (a través de droga y antidepresivos y opioides), y físico (por medio de ejercicios aeróbicos moderados; pero continuos, como yoga, etc.).

Por otro lado, los pacientes con fibromialgia son muchas veces incomprendidos. Sus cambios de humor, su falta de interés, sus dolores repentinos, continuos y sin razón aparente; lleva a muchos a juzgar erróneamente a los enfermos. Muchos piensan que es simplemente algo psicosomático que puede ser causado por depresión, estrés u otros factores psicológicos. El problema de esta conclusión es que los estudios hechos han mostrado que al curar la depresión y bajar los niveles de estrés, no desaparecen los síntomas, aunque sin duda, se atenúan hasta un poco.

Es por todo esto que en una persona con fibromialgia, existe además la frustración de no saber a ciencia cierta qué es lo que tiene, puesto que los médicos a menudo dan distintos diagnósticos y generalmente erróneos. Por dicha causa, un paciente puede pasar años de su vida tratándose con analgésicos o antidepresivos antes de encontrar la causa real de sus síntomas.

Algunos estudios han apuntado que la falta de magnesio puede favorecer la aparición de este mal que aunque solo una pequeña parte de la población lo presenta -sobre todo el sector femenino-, la cantidad de este tipo de casos va en incremento.

En el presente, los experimentos hechos con hormonas de crecimiento han dado resultados promisorios, aun es necesario más estudio sobre su uso. Por otra parte, el uso de Quercetin, un farmacológico anti-inflamatorio encontrado en productos naturales ha sido útil en el tratamiento. Por otro lado, los Flavonoides naturales hallados en las alcaparras, los ligustros o alheñas, la col rizada (kale), el berro, las cebollas rojas y en frutos como las ciruelas negras, los arándanos, etc., han mostrado gran ayuda cuando de combatir los síntomas se trata.

Pero a fin de cuentas, la acción del mismo paciente para tratar esta enfermedad al ejercitarse, cambiar de hábitos, tener una dieta balanceada y una actitud positiva, ayudan mucho a sobrellevar y hasta en muchos casos, reducir la incidencia de dolores y molestias. Lo fundamental es que el paciente se auto-eduque y trate de comprender más este tipo de padecimiento para tratar de tener una mejor calidad de vida.

Para más información, visite niams.nih.gov y arthritis.org

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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