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Pumas derrota a Chivas, califican a la Liguilla; gol de “Danielito” Ramirez deja haciendo biscos a La Volpe

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MÉXICO, D.F., abril 21 (EL UNIVERSAL).- Apenas tiene 20 años, pero desde este domingo Daniel Ramírez será recordado por haberle dado a los Pumas el pase a la Liguilla del torneo Clausura 2014 frente a Chivas, en Ciudad Universitaria.

El solitario gol que desató los “Cómo no te voy a querer” en la tribuna surgió de los botines del máximo artillero del torneo Sub 20 en 2013, un canterano universitario al que se le notan las ganas de trascender.

“El Flow”, como lo apodan, salió de la banca en el segundo tiempo y, fiel a su costumbre de anotarle a los equipos grandes (ya lo hizo ante América en la pasada fecha ocho y ante Cruz Azul en el Apertura 2013), cimbró las redes rojiblancas tras una maniobra llena de descaro: tras un pase filtrado de Efraín Velarde se internó en el área, se quitó de encima a “El Tepa” Solís, luego a Gerardo Rodríguez y disparó fuerte para decretar el 1-0, al minuto 55.

El triunfo fue un oasis en medio de la pobre campaña del equipo azul y oro, que con 25 puntos se catapultó al tercer lugar general a costa de un Guadalajara que ni bajo el mando de Ricardo La Volpe muestra mejoría. El conjunto tapatío cayó al sitio 11, urgido de ganar a Monterrey en la última jornada y en espera de que Pachuca, Morelia, Atlas y Querétaro no sumen para tener posibilidades de acceder a la “Fiesta Grande”.

En medio del certamen lleno de altibajos de Pumas, el tanto de Daniel Ramírez llenó de alivio a su técnico José Luis Trejo, quien fue blanco de críticas por la falta de resultados, por traer refuerzos veteranos y por relegar a los canteranos.

Más este domingo el estratega se ufanó de lograr la calificación con ocho jugadores de cuna felina en la cancha. Y es que las circunstancias lo obligaron a alinear a jóvenes promesas como Ramírez y el defensa Luis Quintana luego de las ausencias por lesiones y expulsiones de sus centrales Darío Verón y Marco Antonio Palacios, así como de su delantero Martín Bravo.

Y así, la tropa del Pedregal jugó con el ímpetu que hace mucho tiempo no se le veía. Tuvo el control del esférico y los arribos de mayor peligro, propiciado también por el pobre nivel de los rojiblancos, que lucieron como un equipo partido, sin punch al ataque y mermados en lo físico.

Ahora Pumas enfrentará a Cruz Azul con el reto de vencer al tercer equipo “grande” en este certamen, luego de sus triunfos ante América y Chivas, lo que le permitiría afianzarse en los primeros cuatro sitios.