El gobierno mexicano está actualmente bajo un fuerte escrutinio no solo de sus ciudadanos, sino de la prensa internacional, esto por los hechos ocurridos en Ayotzinapa, Guerrero; donde 43 estudiantes fueron secuestrados por policías, supuestamente entregados a narcos y asesinados por estos últimos, aunque dada la poca claridad y las contradicciones sobre los hechos, todo podría apuntar a un crimen de estado.
Lo sucedido está aún por esclarecerse, ya que la versión de 3 de los supuestos culpables sobre la ejecución de los jóvenes normalistas y la cremación de sus cadáveres ha sido puesta en tela de duda por los mismos familiares de los desaparecidos.
Un video en Youtube muestra que el presunto lugar donde se llevó a cabo la cremación no tiene rastro alguno de incineración. El hecho de que haya llovido durante el presunto incineramiento de los estudiantes también contradice las declaraciones de los detenidos
En medio de una investigación obviamente fallida con la cual se pone en evidencia un sistema judicial inepto para hacer frente a investigaciones criminales; México se encuentra al borde de lo que pudiera ser una reforma que si es realmente necesaria en este país y que termine con la corrupción dentro de las instituciones de gobierno. Aunque la verdad, creo que algo así está lejos de ser realidad.
Desde la noticia de la desaparición de los normalistas, la investigación para esclarecer los hechos ha llevado al descubrimiento de gran cantidad de cadáveres no solo en Guerrero. En el mismo estado de México, ocultados en las aguas negras mientras drenaban el canal de Rio de los Remedios en Ecatepec, han sido hallados entre 21 y 43 muertos. Aunque por su lado, el Gobernador del estado, Eruviel Ávila, ha tratado de esconder o subestimar los recientes hallazgos.
Como dicen, el que busca encuentra. Y desgraciadamente en México, gracias a una absurda guerra contra el narco donde la población ha sido tomada como rehén, este tipo de hallazgos no son algo raro en la actualidad.
En medio de toda esta controversia, el presidente Peña Nieto y su hijastra Sofía Castro, generan notas periodísticas, el primero por su salida del país en medio de este grave problema, y la segunda afirmando frívolamente que no es momento de hablar de Ayotzinapa mientras un reportero la entrevistaba en los premios Arlequín 2014. “Ahorita no es momento, ahorita venimos a disfrutar y a recibir mi premio”, dijo.
La verdad, es que el momento de hablar sobre la violencia e inseguridad sufrida en México ha sido una constante desde hace ya varios años no solo en el subconsciente colectivo. Realmente es tema continuo de conversación.
Por su parte, el presidente, según Los Angeles Times, abandona su palacio estando este en llamas, al salir del país hacia a China.
Como algo curioso menciono que mientras tanto, en otra parte del mundo, el director mexicano Alfonso Cuarón, siendo homenajeado el 11 de noviembre en el MOMA de Nueva York, usó el foro no para hablar de cine o de su premio, sino para denunciar la apatía y hasta la posible coalición de gobierno y criminales.
La verdad es que hay un vacío total dentro de las instituciones mexicanas. La actitud tomada por el presidente y su familia son solo síntoma de ello. También lo son las incoherentes investigaciones que lo único que dejan en claro, es el hecho de que México sí quiere y precisa reformas; pero dentro de sus instituciones… y su gobierno.
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