Miami, 12 feb (EFE).- La comparación entre parejas y las grandes expectativas inspiradas por las películas románticas pueden convertirse en lastres para las relaciones amorosas, según expertos y veteranos enamorados que recomiendan prestar atención al funcionamiento del vínculo propio.
Para el conferencista brasileño Renato Cardoso, autor del libro “Matrimonio blindado” junto a su esposa Cristiane, la celebración de San Valentín será motivo de discusión esta semana para muchas parejas que, precisamente, se llevan decepciones debido a sus altas expectativas.
“Al principio de nuestro matrimonio, mi mujer esperaba un romántico, un Don Juan como en las películas, y nos causaba un problema que vemos todos los años”, dijo el también terapista en entrevista con Efe.
Cardoso defendió que cada pareja debe tener “su propia cultura”, decidir sus tradiciones y trabajar para entender la forma de expresar amor del otro.
De esta manera, agregó, no cabe aspirar a la imagen “ideal” que proyectan otras parejas, sean reales o ficticias. “No puedes querer comparar tu matrimonio a los matrimonios de otras personas”, destacó el experto.
Por su parte, la consejera de parejas Gladys Diaz corroboró que muchos creen que una relación puede tener éxito sin mucho esfuerzo, pero como “todas las cosas que valen la pena” hay que dedicarle atención, paciencia y empeño.
“Piensan que las cosas ocurren fácilmente, que no hay discusiones ni malentendidos y que las dos personas simplemente saben cómo hacer funcionar bien la relación”, explicó.
Pero esas expectativas no realistas pueden conducir a pensar que si tienen dificultades en su relación, “es mejor dejarla y tratar de nuevo con otra persona”.
Para evitar llegar a este extremo, desgranó Cardoso, es clave “saber discutir” sobre los problemas y descubrir las raíces que hacen brotar esas emociones negativas tan “naturales” dentro de una relación.
“Cuando uno está enojado es importante saber cómo comunicarlo y poner el enfoque en el problema, no en el otro”, añadió.
Cardoso apostilló que las parejas hoy se casan menos por el “miedo a firmar un compromiso, por si las cosas no van bien y quieren una manera fácil de salir”.
La opción de convivir previamente y el hecho de que muchas mujeres prefieren terminar sus estudios y establecer sus carreras antes de entrar en un “compromiso de por vida” influye en esta tendencia, agregó Díaz.
“Cuando entras en el matrimonio tienes que tener un sentido del compromiso, no puedes hacerlo pensando en la puerta de salida”, resolvió Cardoso, quien cree que hoy el divorcio se ve como una “solución a los problemas” cuando debería ser la “última opción”.
De la misma opinión es Ulises Isalgue, un excirujano de 88 años que comparte “amistad, amor y felicidad” con Rebecca Labrador, una exmaestra de su misma edad a la que conoció cuando ambos estudiaban en Cuba, su país de origen.
Tras emprender diferentes caminos en la vida, Ulises y Rebecca quedaron viudos y se reencontraron en su retiro en Miami, donde recordaron sus tiempos de compañeros y desde entonces han hecho vida en común.
“Uno no se casa para divorciarse, se casa para compartir la vida con la otra persona y después, debido a las cosas de la vida, viene la separación que es imposible de evitar y se convierte en viudo”, relató el excirujano.
“Pero no hay nada peor que la soledad, y no hay nada mejor que encontrar otra alma a la que unir la de uno para ser feliz”, reveló.
El mayor consejo que pueden seguir las parejas, resolvió, es “estar enamorados, tener los mismos sentimientos y deseos, y la necesidad de estar unidos”. EFEUSA
