Skip to content
Carton/foto editada
Carton/foto editada
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La frase “aprobado por la FDA” (agencia de alimentos y fármacos en inglés) solía significar algo en el pasado.

Aunque en el presente, dicha frase no tiene relevancia alguna, esto desde que en 2009, científicos y físicos de dicha agencia escribieran una carta al presidente Obama describiendo los diferentes niveles de corrupción existentes dentro de dicha agencia de gobierno.

Aunque definitivamente, esta no fue la única vez que la honorabilidad de la FDA ha sido puesta en cuestión; mas en el 2012, la agencia no tuvo más remedio declarar auténtica la mencionada carta, la cual decía, entre otras cosas, que la “FDA esta inherentemente sesgada a favor de la industria farmacéutica. Considera a esta industria como su cliente cuyos intereses debe representar e impulsar. Considera que su misión principal es aprobar tantos de sus medicamentos como le sea posible, independientemente de que sean o no seguros o necesarios”.

El problema se agrava con incidentes han confirman plenamente lo que decía aquella carta. Sin embargo, no han habido cambios.

Según el diario Los Angeles Post, hoy en día, esta agencia de gobierno ni siquiera conduce estudios clínicos sobre ninguna de las drogas que autoriza; sino que depende directamente de los estudios que las mismas compañías proveen para probar que sus productos son seguros.

Es absurdo. No se puede confiar que compañía alguna realice estudios objetivos sobre sus propios productos. Es una simple y básica cuestión de negocios.

La agencia FDA fue creada precisamente para comprobar -realmente hacerlo- que dichos productos son seguros para consumo humano.

Lo que sucede hoy en día es un descaro que debería ya haber llegado a su fin; pero la verdad es que desde entonces, todo sigue igual.

Aunque lo que sí cambió, es que la FDA ahora no solo aprueba -de forma criminal- drogas y medicamentos; sino que también se encarga de aprobar plantíos transgénicos a pesar de la evidencia científica que demuestra que pueden posar como un peligro si continúan usándose.

Es curioso hacer notar que estas mismas compañías (farmacológicas y agricultoras) están entre los más grandes contribuidores de campañas políticas de ambos partidos en EEUU. Entonces, no es de extrañar la ausencia de acción por parte de las autoridades, y desgraciadamente, de parte del mismo presidente de la nación, al cual fue dirigida la carta.

La realidad es que hoy en día, existen millares de productos farmacológicos que no deberían haber salido nunca al mercado.

Y si pongo como ejemplo las vacunas que esta agencia, en detrimento de nuestros niños, aprueba sin tón ni son, la cosa llega a niveles moustruosos.

Hoy en día existe un debate entre los que creen que todas las vacunas son completamente seguras a pesar del proceso de aprobación actual; y entre los que se niegan a aceptar el status quo y no piden que paren de vacunar a sus niños, sino que el gobierno se encargue ya de verdaderamente evaluar esas vacunas y de aprobarlas para su venta en el mercado cuando se les puede considerar realmente seguras. Nada más y nada menos. Después de todo, uno busca pagar por una medicina que cure su enfermedad, no una que lo deje peor o lo mate.

Ooviamente, esto va más allá de la supuesta locura de los anti-vacunas o de la ingenuidad de los que creen en la ‘buena fe’ de las compañías que las crean y en el buen funcionamiento de la FDA.

Se extiende a cada producto creado supuestamente para preservar la salud.

Quien mire a Latinoamerica y piense que, políticamente, este país está muy por encima de los paises hispano-hablantes cuando de corrupción se trata, desgraciadamente se equivoca. Aquí tambien se cuecen habas… o debería decir, mazorcas de maíz transgénico. ¿Y qué decir de las vacunas para su niño?… lo único que me queda desear es: ¡buena suerte nosotros mismos!

El siguiente video ilumina sobre lo que hablo de forma más detallada.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

NOTAS RELACIONADAS:

– Son seguros… hasta probar lo contrario

– Cuidado con los tóxicos “permitidos”