En la fotografía que presentaron para proponer un nuevo estadio, la autopista 110 se ve limpiecita, como se ven limpias las montañas en el horizonte.
Pero la realidad es otra: casi a cualquier hora la autopista 110, al acercarse al centro de Los Angeles parece un enorme estacionamiento y ese aire que en la foto se ve transparente se ve tan gris que parece una nata de plomo sobre el Downtown.
Aún así, la MLS, junto con Los Angeles Football Club anunció la posible construcción de un estadio a un costo de 250 millones de dólares para sustituír el Sports Arena.
Como un disco rayado, al igual que cuando se había anunciado otro proyecto semejante pero para el futbol americano cercano al Nokia Theatre, los “cheerleaders” hablaron de creación de empleos, de desarrollo, bla, bla, bla- En aquella ocasión, uno de los cheerleaders era el ex alcalde de Los Angeles Antonio Villarraigosa. En esta ocasión, el alcalde Erick Garcetti fue un poco más precavido y no salió al ruedo.
El problema no es la construcción de un estadio, sino el lugar. ¿Se va a construír un estadio en medio de esa nata gris de la contaminación y el tráfico? ¿really?
El Magic Johnson, uno de los impulsores, así como el empresario Henry Nguyen, no tienen ningún problema en llegar hasta el downtown. Si lo quieren, pueden llegar en helicóptero, y luego irse a jugar golf a Palm Springs. Pero quienes sufrimos por la arterioesclerosis que tienen las autopistas, lo que menos nos interesa es agregar motivos para inundar de autos el downtown.
Si quieren ser recordados como impulsores de buenas iniciativas, los millonarios deberían contribuir a corregir los errores de sus antecesores, y ayudar a que las ciudades sean más habitables.
En una nota publicada por Los Angeles News Group, David Carter, del USC Sports Business Institute, dijo que este proyecto se haría en perjuicio del estadio de la MLS en Carson. ¿Por qué castigar a otro proyecto que acaso ha hecho un poco mejor las cosas?… It’s the money!… Dude.
jose.fuentes@impactousa.com
