Jorge Ramos no es santo de mi devoción. Su estilo de reportaje se me hace muy agresivo y protagonista. Pareciera que más que entrevistar, busca derrotar a un oponente sin limitarse a hacer preguntas, sino argumentando de forma incisiva.
Sin embargo, en esta última ocasión, le aplaudo el haber increpado a un Donald Trump, el cual está moviendo al país al son de su promesa de una presidencia que se va a centrar en echar del país a los inmigrantes indocumentados, en construir una barda en la frontera con México y quitar la ciudadanía a los descendientes de hispanos aquí nacidos.
Y es que un personaje como Trump amerita ese estilo peridístico. Unas ideas tan huecas y prejuiciosas como las suyas, merecen ser questionadas y expuestas.
Pero sobre todo, debería decir que centrar todo un debate político en un solo tema no es solamente simplista, sino manipulador.
El tema de la inmigración es el más hablado actualmente en estas pre-elecciones.
Y se ha vuelto una conflagración que poco a poco va incendiando hasta al más apático.
Como muestra un botón. Un video que muestra a un Jorge Ramos después de haber sido corrido de la conferencia de prensa, siendo embestido por un seguidor de Trump muestra de manera efectiva esto último.
“Esto no es sobre tí. Lárgate de mi país. Lárgate.” fueron las finas palabras del proselitista del seudo-candidato.
También podemos ver la contestación de Ramos, “soy ciudadano americano. Esto es sobre los Estados Unidos”.
Gracias a la magia del video y la omnipresencia de Internet, podemos ver este tipo de escenas que muestran las consecuencias de permitir el lenguaje de odio e intolerancia que ha traído Trump a la mesa electoral.
Ser candidato y sobre todo, llegar a ser presidente de una gran nación requiere de una persona que esté al nivel.
Anteriormente dije que Trump era una simple cortina de humo. Pues bien, no es de humo, es de gas. solo que no sé si elegir hilarante o pimienta. ¿Está este candidato realmente está para dar risa… o para llorar?
