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Los Ángeles, 18 nov (EFEUSA).- El guatemalteco Walter de León, que fue baleado en la cabeza por un oficial del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD), quiere ser la voz de aquellos que no pudieron sobrevivir a los disparos de los agentes.

“Me dieron otra oportunidad para que yo hablara por las personas que ya no pudieron hablar, porque ellos no despertaron o murieron instantáneamente”, dijo a Efe De León, de 48 años.

El inmigrante sobrevivió un tiro que le destruyó la parte superior derecha de su cabeza el pasado 19 de junio. El disparo fue hecho por un agente latino que, según el primer reporte de la Policía, pensó que De León escondía un arma debajo de una toalla que llevaba en sus manos.

“En cada aspecto de este caso no se siguió ningún protocolo, ningún procedimiento, los oficiales están parados ahí básicamente esperando que se desangre”, explicó a Efe Ben Meiselas, abogado del inmigrante, que estudia demandar a la ciudad por el uso de fuerza excesiva.

Un vídeo grabado por un conductor aumentó la polémica. Las imágenes muestran el momento en el que los agentes dan la vuelta al guatemalteco, herido y sangrando, para esposarlo. Aunque De León no recuerda esos momentos asegura que él merecía respeto: “Yo no soy un animal, soy un ser humano”.

Según Meiselas, los expertos consultados sugieren que una persona que ha sufrido un trauma en la cabeza no debería voltearse porque podría sufrir consecuencias más serias.

“Ellos no tuvieron piedad de mi cuerpo. Dicen los médicos que tal vez por eso perdí mi ojo”, indicó De León.

El guatemalteco, que trabajaba como empleado de mantenimiento, pasó quince días en coma y tuvo que pasar por nueve intervenciones quirúrgicas. Sin embargo quedó ciego, perdió la audición en un oído y parcialmente la del otro, no puede caminar y está paralizado de su lado izquierdo.

De León quiere que la sociedad conozca su caso para que cambien las prácticas policiales. “Que busquen entrenamiento, que les digan como tratar cada situación, no pueden usar un mismo sistema para cada llamada”, afirmó.

Según un reporte de la Comisión de Policía del Departamento de Los Ángeles, en lo que va del presente año 45 agentes se han visto involucrados en un tiroteo, el doble del año pasado.

La tarde del suceso, el hispano caminaba por el vecindario acaudalado de Los Feliz cuando los policías intentaron detenerlo porque supuestamente actuaba de manera sospechosa.

Rollin Binzer, amigo de la familia y quién conoce al inmigrante desde que tenía 5 años, no entiende qué despertó el interés de los oficiales. “Él es totalmente pacífico, nunca lastimó a nadie, nunca atacó a nadie, no puedo imaginar lo que ese oficial estaba pensando”, dijo.

El LAPD identificó a Cairo Palacios como el agente que disparó a De Léon, mientras el nombre del segundo oficial no fue revelado porque se le considera testigo del suceso.

De acuerdo a Meiselas, su investigación apunta a que el agente que disparó no estaba bien entrenado, pues, a la escasa distancia que estaba De León, tendría que haber distinguido que el hispano no llevaba ningún arma bajo la toalla.

Mientras, la pesadilla del inmigrante, padre de dos adolescentes, no termina. Sin poder trabajar, moverse, y comer por si solo, De León necesita atención todo el día y depende de su madre, Elisa, de 79 años, y su hermana Yovanna, madre de cuatro hijos.

“Es difícil todos los días, no solo para mi, para mi mamá, para toda la familia, porque es algo que nos impacta a todos, no solo a él”, lamentó Yovanna, que tuvo que dejar de trabajar para cuidar a su hermano y llevarlo casi todos los días a sus citas médicas.

Las dificultades económicas que ha sufrido desde entonces esta familia centroamericana se tradujeron en una orden de desalojo para abandonar el apartamento en el que viven.

“Mi hermana ahorita me ayuda, pero yo no tengo forma de ingresos”, dijo De León.

Ante esta situación, la familia busca el apoyo de los hispanos para que el inmigrante pueda continuar con su recuperación y se convierta en la voz de la comunidad para lograr un cambio en la forma en la que actúa la Policía, para lo que han recurrido a la plataforma de donaciones Give Forward. EFEUSA