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El reto de Río, mantener el entusiasmo entre los Olímpicos y los Paralímpicos

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Río de Janeiro, 25 abr (EFE).- El gran reto que afronta el comité organizador de Río 2016 ante los Juegos Paralímpicos es mantener hasta su inauguración el entusiasmo con el que se cerrarán los Juegos Olímpicos dos semanas antes, y que debe traducirse en una mayor venta de entradas.

Así lo considera Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Brasileño y vicepresidente del Internacional (IPC), que opina que el deporte paralímpico “es necesario” en toda Sudamérica para dar visibilidad a los discapacitados e incorporarles a todos los ámbitos de la sociedad.

“Los Juegos serán un gran catalizador. Decir que convertirán a Río en una ciudad 100 % accesible no sería cierto. Tampoco lo fueron Londres, ni Sochi, ni ninguna otra ciudad olímpica. Pero los Juegos sí darán una gran visibilidad, en Brasil y en toda la región de Sudamérica, a las personas con minusvalías”, dijo Parsons en un encuentro con periodistas tras la prueba test de natación.

“El mapa del transporte se ha transformado de forma increíble en términos de accesibilidad en Río. Y estamos trabajando con los hoteles para hacerles cambiar esa idea de que las habitaciones accesibles tienen que ser las de menor precio, las que no tienen vistas al océano, las de los pisos bajos… Necesitamos héroes que sirvan de referencia para que los discapacitados llenen las escuelas, los clubes deportivos y en el día de mañana sea habitual verles como deportistas, como jefes, como maridos o esposas, como empresarios”, señaló.

El dirigente deportivo subrayó que “Sudamérica es una parte del mundo en la que el deporte paralímpico crece y es necesario”. Río presentará, dijo, “unos Juegos menos exuberantes y más racionales en materia de gasto”.

“El país vive un momento muy especial, pero esto no afectará dramáticamente a los Juegos. Quizá a nuestro estado de ánimo. En cuanto llegue a Brasil la Llama Olímpica cambiará la percepción”, anticipó.

El desafío “es mantener el entusiasmo por los Juegos en el periodo de transición”, dijo Parsons en referencia a los 17 días que pasarán entre el 21 de agosto en que acabarán los Olímpicos y el 7 de septiembre en que empezarán los Parlímpicos.

“La experiencia dice que el público de los Paralímpicos es básicamente local. Vamos a hacer campañas de comunicación en colegios, iglesias, comunidades. Después de hacer frente al desafío del transporte en ese periodo de transición, nos centraremos en las entradas”, afirmó.

Esa quincena entre unos y otros Juegos no puede reducirse más, indicó: “Es poco flexible. Mientras salen los olímpicos, al final solo quedan cinco días para hacer los cambios necesarios en las instalaciones, que son muchos”.

Tampoco es partidario Parsons de que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos lleguen un día a disputarse de forma simultánea.

“Para ser sincero, si ambos confluyeran, al final del día toda la atención se habría ido a los Olímpicos. No le veo el punto. La inclusión significa tener las mismas oportunidades, no competir a la vez. Si se juntasen ambos Juegos, uno de ellos encogería”, afirmó.

Respecto a la confusión que puede generar en el público el exceso de categorías para dividir los distintos grados de discapacidad, Parsons no se mostró preocupado.

“Las categorías siempre van a existir, como existen en el judo o en el boxeo según el peso. Lo contrario sería injusto. Siempre se pueden simplificar, pero lo que quiere el público es una buena competición y punto”, comentó.

Los Juegos Paraímpicos de Río se disputarán entre el 7 y el 18 de septiembre. Reunirán a 4.350 deportistas de 176 países en 528 pruebas. Los deportes que debutarán en esta edición son el piragüismo y el triatlón. EFE