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Martha metió la llave en la cerradura y se aseguró que la puerta de su departamento quedara bien cerrada. Se consideraba una mujer precavida.

Los Ángeles es una gran ciudad y hay que tomar sus precauciones, nunca sabe uno, acostumbraba decirle a su hermano cada vez que lo visitaba en Guatemala.

Antes de salir, volvió a contar su dinero, 12,000 dólares repartidos en 6 sobres con el logo del Banco de América, 2,000 dólares en cada uno. Los guardó en el mismo lugar que tenía destinado para las emergencias.

Vivir en Los Ángeles era uno de sus logros, el otro, haber trabajado durante décadas en un centro para personas mayores. ¨Ahí estuve muchos años hasta que me retiré y pude ahorrar mi dinerito.¨ Asegura que fue el aspecto indefenso y de sufrimiento de aquella mujer de casi 80 años, lo que la conmovió. ¨Yo estaba parada en la esquina de Pico y Vermont, cuando ella se me acercó, temblorosa, mal vestida, llorosa, me suplicó que la ayudara que andaba buscando un Centro Comunitario.¨

Martha agrega que en el momento en que le explicaba a la desconocida que no era de esa área, que no conocía ningún centro, un hombre pasó frente a ellas, ¨en cuanto lo vio, le dijo que se acercara y también le dijo lo mismo, y el hombre dijo que él conocía un lugar y se ofreció a llevarnos. ¨Yo no quise dejar sola a esa mujer con aquel hombre y pensé en acompañarla, nada más.¨

Ya en el auto, la mujer aseguró ser indocumentada y ser la dueña de un boleto ganador de la lotería, con un valor de 270,000 dólares. El hombre lo tomó y acto seguido marcó una supuesta oficina donde un individuo le repitió en voz alta los números ganadores que coincidían con los del boleto. ¨Mire si hasta puso la bocina para que yo lo oyera, lo que ya no me checó es cuando me dijo que nomás necesitaban mostrar un dinero para que le dieran el premio. Que con diez mil dólares era suficiente.¨

A pesar de que todas las células en su cuerpo le alertaban el peligro y el sentido común le aconsejaba salir de la situación, Martha hizo todo lo contrario, los condujo a su casa y le entregó al hombre, los 6 sobres con el dinero guardado. ¨Me siento tan mal, cómo pude haber hecho eso, pero como me dijo que era cristiano y que iba a dar el 30% de lo que la señora le iba a dar.¨

¿Cuál fue la promesa de la mujer a cambio de ese favor? ¨Ella me dijo que me iba a dar 20,000 dólares, pero más que el dinero, yo lo hice por ayudar a esa mujer´.¨ Martha vio como el hombre aseguró el sobre en la guantera y se dirigieron a la supuesta oficina donde los esperaba un cheque por 270 000 dólares. Lo que pasó después, lo recuerda como un mal sueño. ¨Se fue rumbo a la Virgil, que según él iba al correo y sin más, ni más la mujer dijo que se estaba sintiendo mal, que le iba a dar un ataque, que necesitaba agua para tomarse una pastilla, yo le ofrecí mi agua, ella dijo, no tiene que ser pura y el hombre se paró en una tienda y me dijo, bájese y vaya por el agua, cuando salí, se habían ido.¨

Descripción física de los defraudadores: Latino, estatura mediana, delgado, con acento centroamericano, tez morena clara, labio superior hundido, como si le faltaran los dientes de enfrente, edad aproximada de 35 a 40 años.

Mujer latina con acento centroamericano, dijo ser de Nicaragua. Obesa, tez blanca, ojos claros.