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Miami, 12 oct (EFEUSA).- Retratan con sus cámaras bandadas de pájaros, paisajes urbanos y duros, fotografían el mundo sin que la enfermedad empañe su genio. Son una veintena de enfermos mentales cuya obra se exhibe a partir de hoy en Miami (Florida) en la muestra “Visionarios de la luz”.

Esta sorprendente exhibición de fotografía “ousider” se vuelca en el trabajo de un grupo de personas maniaco-depresivas, autistas o esquizofrénicas, pero capaces de armar una visión aguda de la realidad que conmociona, inquieta y sacude la zona de confort del espectador.

No se acomodan a ninguna posición estética etiquetada. Carecen muchos de formación académica y, en la mayoría de los casos, utilizan cámaras fotográficas de bajo coste, pero su mirada extrema, expresiva y reveladora del mundo que nos rodea no deja a nadie indiferente.

“Yo no sufro de locura, la vivo cada minuto”. Esta frase pintada en el muro exterior del hospital psiquiátrico de Buenos Aires José T. Borda, conocido como El Borda, es el centro de una las fotografías más impactantes y sintetiza, como un diagnóstico, el alma atormentada de los creadores.

Su autor es un paciente argentino que se negó a que su nombre apareciera en el catálogo de la exhibición, explicó a Efe Juan Martín, uno de los organizadores de la muestra y director ejecutivo de la institución Naemi, volcada en divulgar el trabajo artístico de enfermos mentales.

“Lo más fascinante de la muestra es lo transgresores que son las fotografías y trabajos, con una búsqueda que va más allá de lo común y en casos como el del cubano Jorge Alberto Hernández, ‘El Buzo’, en lo macabro hasta incomodar” al espectador, destacó Martín.

Le llaman popularmente “El Buzo”, explicó Martín, porque tiene la costumbre de rebuscar en la basura, de donde extrae cajas de latón y madera sobre las que incrusta fotos pequeñas en blanco y negro, rostros caracterizados con rasgos diabólicos de largas orejas, cuernos o garras.

Es lo que capta “El Buzo” a través del ojo de la cámara, “un mundo de mentiras, de hipocresía, de máquinas de sexo y de muerte. Un mundo gris, sin color, con personajes a los que puedo matar, darles vida, darles nombres o quizá olvidarlos, ignorarlos como Dios hace con el hombre”, dijo Hernández a Efe en un correo electrónico.

Hernández, natural de La Habana y diagnosticado de esquizofrenia, retrata en sus fotos “la mentira, que es lo único real en la vida”. “Las personas mienten siempre. Lo demás es ficción”, escribió.

La exposición, que estará abierta en la galería SaludArte de Miami hasta el próximo 10 de noviembre, recoge fotografías de una veintena de enfermos mentales de Estados Unidos, España, Cuba, Argentina, Reino Unido y Chile.

La enferma estadounidense Bárbara Rutherford, radicada en Texas, trabaja sobre todo con “collages” en los que incluye otros elementos como la pintura y el texto. En “Sonoro silencio”, un caballo sobre un fondo nevado convive con otras figuras de apariencia onírica pintadas con colores muy vivos.

Otro enfermo que prefirió mantener el anonimato a toda costa es el español autor de la obra “El horizonte”, una extraordinaria fotografía que capta el misterio fugaz de un crepúsculo en que centenares de pájaros cruzan el aire sobre tejados y pinos.

También está presente la obra del estadounidense Alak Arkley, músico, escritor y fotógrafo que murió en el año 2000 y que construyó composiciones inestables, inquietantes, como la de un chico caminando junto al mar y al borde en un acantilado.

“Ese niño tonto” es su título.

“Es la primera exhibición internacional que se hace de arte outsider con enfermedades mentales y va a viajar a un museo de Pensilvania y a otro de Nueva Jersey”, dijo con entusiasmo Martín, quien se mostró convencido de que el arte “si bien no cura, ayuda de forma extraordinaria a que liberen su yo, les devuelve interés en la vida”.

La inglesa Kirsty Wagstaffe procede de una familia de artistas y sus imágenes están llenas de contenidos autobiográficos, muy deudoras del psicoanálisis y del mundo de los sueños y el inconsciente.

En esta exposición, Wagstaffe presenta cuatro obras que forman parte de las serie “Represión”, en la que aborda el tema de la depresión y cómo hablar de ello sigue resultando hoy complicado y perturbador. Sus fotografías retratan en la muestra a una modelo desnuda que se contorsiona bajo una especie de sudario que transparenta su anatomía. EFEUSA