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Si no fue un mal sueño, ni una pesadilla Donald Trump será nuestro próximo presidente y Sí va a construir un muro entre México y Estados Unidos porque así asegura su reelección en cuatro años. Sí, también se va asegurar que la mayoría de los que lo construyan, sean mexicanos, como un premio de consolación a tantos vituperios.

Si, su primer acto de gobierno será solicitar al congreso una de las tantas propuestas que tienen ya aprobadas para eliminar Obamacare con el que se quedarán sin seguro médico más de 20 millones de personas.

Si, por supuesto, uno de los invitados especiales a la ceremonia de inauguración será Vladimir Putin y el Presidente de México Enrique Peña Nieto ocupará también un espacio especial, porque fue el primero que lo hizo ver presidenciable.

Si, toda su familia gozará de los privilegios que vienen acompañados con la Presidencia y la mayoría de los puestos a nivel de gabinete serán ocupados por sus amigos y compañeros de golf, todos multimillonarios.

Si, muchos mexicanos y centroamericanos que afirmaron apoyar a Clinton, votaron por él, y el as que aseguraba tener bajo la manga fueron las mujeres que rechazaron a una mujer que durante 30 años se dedicó al servicio público y lo eligieron a él.

Si, también muchos Pastores Evangélicos y Sacerdotes Católicos arengaron a sus fieles para votar contra Clinton por considerar que una mujer con ese poder iba en contra de lo que dictaban las Sagradas Escrituras. Esta opinión la hicieron pública, una y otra vez.

Y Si, las consecuencias de no habernos unido como familia y votar contra el que insultó a nuestros padres y a todo lo que representamos, van a ser lamentables y el daño alcanzará a varias generaciones venideras.

Debo decir que mi pronóstico inicial fue muy acertado, cuando hace un año les dije en mi programa de radio que Donald Trump ganaría las Primarias Republicanas, en lo que me equivoqué al final fue en apostarle a la buena conciencia y a la madurez de la mayoría de los residentes de este gran país.