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Austin (TX), 2 feb (EFEUSA).- Cientos de personas testificaron hoy en el Capitolio de Texas contra un proyecto de ley que busca castigar a las denominadas “ciudades santuario” en ese estado sureño a partir del mes de agosto.

El proyecto de ley, el SB4, penalizaría a los gobiernos locales y a las universidades del estado sureño que decidan no cumplir las leyes migratorias federales para favorecer la situación de los indocumentados, protegiéndolos de la deportación.

Más de 500 personas, buena parte de ellos indocumentados, se registraron para testificar frente a los miembros de la Comisión de Asuntos Estatales del Senado de Texas sobre el proyecto de ley promovido por el senador republicano Charles Perry.

De ser aprobado, el proyecto recortará los fondos estatales a las localidades que no comparten sus datos con las autoridades migratorias federales para proteger a los indocumentados.

“El objetivo de este proyecto de ley es criminalizar nuestras comunidades y forzar a los cuerpos de policía locales a trabajar como si fueran agentes de inmigración”, señaló a Efe el director regional en Houston de la asociación United We Dream (Juntos Soñamos), el mexicano Oscar Hernández, de 28 años.

Hernández, que ofreció su testimonio en el Capitolio estatal, lamentó que los políticos quieran “arruinar” los sueños de los ciudadanos mediante leyes discriminatorias que promueven el miedo entre estos grupos minoritarios.

La organización United We Dream entregó durante la audiencia del SB4 una petición firmada por más de 3.000 personas para que no prospere este proyecto de ley.

La inmensa mayoría de los testimonios ofrecidos hoy, unos 250, mostraban su desacuerdo con el proyecto de ley de Perry, que tacharon de racista, denigrante y discriminatorio, entre otros adjetivos.

Tan solo media decena de personas, según los medios locales, mostraron su apoyo al SB4.

Otra de las personas que testificó en contra fue María Sánchez, de 57 años, miembro de la asociación Educando a Nuestra Gente de El Paso (Texas) que reclamó a los senadores que tomen una decisión “sabia” para tratar a los inmigrantes “con la dignidad que se merece cualquier ser humano”.

“Tenemos que conseguir que las personas indocumentadas crean en los cuerpos del orden y no tengan miedo a llamar a la Policía cuando sus derechos son violados por temor a ser deportados”, añadió Sánchez, quién hizo su parlamento con lágrimas en los ojos.

Estudiantes, profesores, abogados y profesionales de diferentes sectores de toda Texas hicieron llegar sus preocupaciones al respecto de este polémico proyecto de ley.

No obstante, a pesar de la presión ejercida hoy en el Capitolio estatal, el SB4 será probablemente aprobado y firmado por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quién afirmó este martes que terminar con las “ciudades santuario” es una emergencia para la presente sesión legislativa.

En total, de los 150 legisladores y 31 senadores que debaten actualmente los proyectos de ley en Texas, 34 son de origen latino, es decir, menos del 20 %, una representación alejada de la realidad ya que casi cuatro de cada diez habitantes del estado sureño son hispanos, según la Oficina del Censo de Estados Unidos. EFEUSA