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El presidente Donald Trump no hará pública su declaración de impuestos relativa a 2016, confirmó la Casa Blanca, aunque miles de personas protestaran en todo el país para exigir que lo hiciera lo que todos sus predecesores han hecho.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que la última declaración de impuestos de Trump, que tiene de plazo hasta mañana para entregarla al órgano fiscal del país, se encuentra bajo auditoría, algo que una y otra vez se ha refutado en los medios, ya que no ha presentado ningún comprobante.

Aún así, Spicer insistía: “Estamos bajo la misma auditoría que ha existido (desde hace tiempo)”.

Preguntado por si Trump nunca hará públicas sus declaraciones de impuestos, Spicer respondió: “Tendremos que responderles más tarde sobre eso”, implicando que no tenía una contestación para ello.

El asunto es más grave dadas las actividades del magnate, en las que se han ido hilvanando una serie de transacciones especulativas de dudosa legitimidad con personajes rusos, además de haber convertido la Casa Blanca en una administración de banqueros y familiares.

Es por eso que el pasado fin de semana se desarrollaron una serie de protestas, ya que dentro de las prácticas trumpianas está el intento de rebajar los impuestos al 2% de los millonarios más acaudalados, al tiempo que intenta retirar fondos a la seguridad social y a la protección del Medio Ambiente.

Por otro lado, su propaganda electorera de no cobrar sueldo de presidente se ha visto cuestionada por los considerables gastos que ha hecho pagar a los contribuyentes por sus descansos de fin de semana en su mansión en la Florida. Estos gastos en los primeros 80 días de su gobierno están calculados en alrededor de 20 millones de dólares, según CNN.