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Puede mentir, amenazar, desvirtuar, disminuir, ridiculizar y también alardear y eso fue lo que hizo con sus invitados el miércoles pasado. Sin calcular las consecuencias, el Presidente presumió de los sistemas de espionaje de Estados Unidos y compartió información de alto contenido secreto con oficiales rusos, el Secretario de Relaciones Exteriores Sergéi Lavrov, y el embajador Sergéi Kislyak. Un regalo para Vladimir Putin.

Lo que pudo haber pasado como una reunión de rutina con dignatarios extranjeros, se convirtió en una bomba noticiosa, que en menos de un minuto recorrió el mundo. ¨Trump revela información secreta a rusos en la Casa blanca.¨ Donald Trump comparte datos secretos con los rusos.¨ Fueron algunos de los encabezados.

Si la información que compartió hubiera sido autorizada por el Servicio de Inteligencia, no hubiera habido problema, el problema fue que lo hizo por propia iniciativa. El Presidente, sin ningún reparo, ni precaución, compartió con pelos y señales, según el Washington Post, detalles de una operación de espionaje en contra de la organización terrorista ISIS, lo que pone en peligro la seguridad de los involucrados y también a los habitantes de la ciudad donde se realiza. Les soltó así como de manera casual el nombre de la ciudad.

Seguro de que no importa lo que haga o lo que diga, nada le va impedir seguir con su mandato presidencial, ya lo dijo en una ocasión, ¨puedo salir y dispararle a alguien y me van a seguir queriendo.¨ Así de seguro está el Presidente de la lealtad incondicional del congreso republicano y de los que votaron por él. La realidad es que tiene razón. No importa lo que haga, desde despedir al Director del FBI James Comey, por considerarlo un respondón e insubordinado que insiste en investigar posibles nexos entre su equipo de campaña y el Kremlin para acabar con Hillary Clinton; así como el despido de 36 abogados que trabajaban en una dependencia federal, les dieron un día para limpiar su escritorio, con tan poco tiempo es muy probable que muchos no hayan alcanzado ni a llevarse las fotos de sus hijos y los dibujos que suelen adornar las paredes de sus cubículos. Fascinante resulta constatar que en ese grupo se encontraba el abogado que investigaba un posible lavado de dinero de billonarios rusos a través de la organización Trump.

Por su parte, los voceros de la Casa Blanca dicen lo que siempre han dicho: Todo es mentira, puras patrañas de los demócratas resentidos por su fracaso electoral.

Hasta hoy se sabe que son 8 las investigaciones que se realizan en torno a las sospechas que rodean al Presidente. Pero él sigue adelante con sus planes para acelerar las deportaciones, mis números tienen que ser superiores o los de Obama, también ha hecho una de sus prioridades eliminar el progama federal 21 st. Century Community Learning Center, este programa provee 132 millones de dólares a California para actividades extracurriculares en zonas no privilegiadas. Los estudiantes reciben asesoría, clases extras, excursiones, mientras sus padres trabajan. El argumento de la administración Trump: ¨No se sabe si estos programas son realmente efectivos.¨ Si nadie se lo impide, estos programas serán eliminados a partir del 1 ro. de Octubre. Son órdenes del Presidente que se cumplen y al final no pasa nada.