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La gente hace una pausa en un monumento creado para las víctimas del tiroteo en masa en Las Vegas, Nev., El martes, 3 de octubre de 2017. Un pistolero abrió fuego en un concierto de música al aire libre el domingo. Fue el tiroteo más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos, con decenas de muertos y cientos de heridos.
La gente hace una pausa en un monumento creado para las víctimas del tiroteo en masa en Las Vegas, Nev., El martes, 3 de octubre de 2017. Un pistolero abrió fuego en un concierto de música al aire libre el domingo. Fue el tiroteo más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos, con decenas de muertos y cientos de heridos.
Raúl Martínez-Sandoval is a graphic designer for Excelsior, La Prensa and SCNG.
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La última matanza, sucedida ahora en Las Vegas, vuelve a sacar a colación un problema sobre el cual, EE.UU. se niega a tomar acciones prudentes. Me refiero específicamente a la venta de armas sin control alguno.

“No es momento de hablar de control de armas…”

Sarah Huckabee Sanders, la representante del presidente actual, ante la prensa mencionó que este no era momento para hablar sobre el control de armas. Sin embargo, pensaríamos, no hay tiempo más pertinente que el presente para que ese diálogo se lleve a cabo.

Y no es simple lógica por asociación. La lógica moral que recae sobre el tema hace la discusión ineludible. Y es que se habla de la peor masacre sucedida en suelo americano en las últimas décadas.

Se podría decir que es lo mínimo que se debe a las 59 víctimas fatales de este tiroteo, y a los más de 500 heridos. Es una justa retribución hacia las víctimas de pasados tiroteos y a sus familias.

Y es que, definitivamente podemos decir que el gobierno falló en su papel de prevenir que el fatal evento sucediera. Falló al no producir una legislación prudente.

Y es que mientras que esto no ocurra, todos estamos expuestos. Es un peligro latente. Lo peor del caso, es que futuros daños serán anulados si nuestros legisladores (en su mayoría republicanos), no toman al toro por los cuernos y deciden poner fin a esta situación, cosa que se niegan a hacer.

Un arsenal disponible en la web

El hecho de que alguien haya sido capaz de comprar todo un arsenal de armas de alto calibre, rifles semiautomáticos, gran cantidad de parque, todo sin razón aparente, es algo que debería ponerle la carne de gallina a cualquiera. Un simple cambio que requiriera a cualquiera que quisiera de hacerse de un arma, presentar una evaluación psicológica, un historial limpio, y un registro de armas poseídas, reduciría las enormemente las probabilidades de que algo así volviera a suceder.

Aunque el problema mayor es que en el presente, cualquiera puede comprar armas en Internet sin tener que someterse a chequeo alguno, gracias a una laguna legal en los códigos actuales, la cual permite a cualquiera comprar armas desensambladas, ya que estas no requieren un número de serie, y por ende, su venta no puede ser rastreada. Estas son las llamadas “armas fantasmas”.

Stephen Paddock, el culpable de esta última masacre, poseía un arsenal capaz de armar a un batallón y bien pudo hacerse de su armamento apoyándose en dicho vacío legal.

Es absurdo que nuestro gobierno piense que este tipo de prácticas es defendible.

Es totalmente surreal que este se niegue a dialogar sobre el asunto dadas las circunstancias.

Es inmoral su falta de respuesta y acción.

El asesino… ¿un demente?

En general, existe poca información sobre los motivos de Paddock para cometer semejante atrocidad. Y si bien se podría decir que solo un desequilibrado mental podría llevar a cabo dicha monstruosidad, el hecho es que no existen registros de enfermedad mental alguna por parte del asesino.

Los testimonios de aquellos que lo conocían, solo apuntan a que era alguien desasociado, bastante privado y que no se comunicaba con sus vecinos. Su misma novia, la cual fue increpada recientemente, niega que haya habido señales de que el asesino estuviera planeando hacer lo que hizo.

Por otro lado, Trump, se ha adelantado a señalar al criminal como “enfermo mental” al autor de la masacre. Nadie habla en los altos niveles de posibles nexos con el terrorismo. Si se ha mencionado del todo, ha sido de forma indirecta, restando importancia a la probabilidad.

La diferencia en este caso, es que el asesino es de raza blanca, según se conoce hasta ahora.

Si fuera islámico, hispano, negro, o de cualquier otra raza; lo más probable sería que la palabra “terrorismo” saltaría de inmediato en los noticieros.

Pero eso es harina de otro costal. Sin embargo, no se puede negar lo peculiar del asunto.

En general, este evento no hace más que sumar a la insatisfacción de una mayoría que exige que exista un control armamentista con sentido común en el país.

Mándenos sus comentarios a: rmsandoval@live.com

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