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En medio de tantas noticias relacionadas con la cada día menos probable reforma de inmigración, la crisis de los niños indocumentados y el uso político de los mismos, la Florida pudiera ser un estado en el que se midieran significativamente las fuerzas en la lucha por el voto hispano, aunque con sus características diferentes a otras regiones.

Los principales grupos entre los hispanounidenses no votan de la misma manera ni con la misma intensidad. Los puertorriqueños están acostumbrados a votar masivamente en su Isla y en Estados Unidos. En Puerto Rico dividen localmente su voto entre los dos partidos principales de la Isla, pero en elecciones presidenciales se inclinan mayoritariamente a los demócratas, como los mexicoamericanos.

Estos últimos no concurren a las urnas en los mismos porcentajes. Entre otras razones porque, como los inmigrantes centroamericanos, muchos de ellos no son todavía ciudadanos. Los cubanoamericanos, hasta hace poco, votaban masivamente por los republicanos, situación que parece ir cambiando.

Se acaba de anunciar que en la Florida el aspirante demócrata y ex gobernador Charlie Crist ha seleccionado a Annette Tadeo, una hispanounidense de origen colombiano, como su compañera en la boleta.

Hace sólo unos meses, una situación parecida ocurrió en las filas republicanas cuando el gobernador Rick Scott escogió como vicegobernador al cubanoamericano Carlos López Cantera después de la renuncia de la titular Jennifer Carroll.

A pesar de que es necesario esperar por el proceso de elecciones primarias, casi todo indica que la combinación Crist/Tadeo se enfrentará a la de Scott/López Cantera.

Como es un año de comicios congresuales y estatales de a mitad de término, lo que suceda en Florida será analizado cuidadosamente a nivel nacional, ya que se trata de un estado que pudiera ser decisivo para la elección presidencial del 2016. Situación que no se presentaría en New York, California y Texas con su también gigantesca población hispana.

A menos que se produjera un verdadero terremoto político, los demócratas ganarían el voto para la Presidencia en los primeros dos estados y los republicanos en Texas.

El tema de inmigración y los niños indocumentados formará parte de la campaña, pero los detalles de la misma están por conocerse. Florida tiene características propias que deben ser tenidas en cuenta por los medios de comunicación y entre encuestadores y especialistas en campañas.

La demografía floridana se diferencia de la de otros estados. Hasta ahora el mayor grupo hispano ha sido el cubanoamericano, con gran fuerza en las primarias republicanas. En algunas elecciones presidenciales ese voto ha sido decisivo para determinar el resultado final, como aconteció en los polémicos comicios del 2000.

Este año y sobre todo en el 2016 se notará especialmente el impacto de miles de hispanos no cubanos que se están inscribiendo para votar y también el del votante cubano más joven o recién llegado.

Quizás mayor importancia tendría el voto puertorriqueño en el centro de la Florida, el cual pudiera cancelar las ventajas republicanas en la votación hispana, algo que hasta ahora ha diferenciado a este estado del resto de las regiones con alta concentración de hispanounidenses.

Si el vicegobernador López Cantera logra ayudar significativamente a Scott, la candidata Tadeo puede, por su parte, representar cierta ventaja para Crist. Ella pudiera atraer el voto colombiano y sudamericano, que ha ido aumentando, y su condición de hispana pudiera sentirse, como la de López Cantera, en buena parte del estado, especialmente en el centro de la Florida, donde pudiera decidirse la elección.

Cabe preguntarse si un candidato a vicegobernador contribuiría mucho a las cifras de votación de una candidatura. Tal cosa dependería en parte de su actuación durante la campaña y de su carisma personal.

Algunos señalan a favor de Scott la abundancia de fondos de campaña, el poder del cargo y la tendencia republicana a votar en mayor número que los demócratas en elecciones parciales.

De ser esta una elección que incluyera la Presidencia, la votación demócrata sería posiblemente algo mayor. Además, la popularidad del presidente Obama ha descendido y esto pudiera afectar a su partido, sobre todo entre los cubanoamericanos.

La presencia de dos hispanos aspirando al mismo tiempo al segundo cargo del estado será algo interesante para los observadores, pero el asunto va más allá de ese importante detalle histórico.

Las elecciones de noviembre pudieran servir para determinar, en un estado que oscila entre los dos partidos en elecciones presidenciales, si la cuestión inmigratoria, la política hacia la América Latina y otros asuntos inclinan la balanza en una u otra dirección, aunque sea en una prueba electoral algo diferente a la de otros estados.

EFEUSA

– Marcos Antonio Ramos es miembro de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

– Las Tribunas expresan la opinión de los autores, sin que EFE comparta necesariamente sus puntos de vista.