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Nueva York, 10 dic (EFEUSA).- Las preocupaciones sobre la economía china y la cautela de la Reserva Federal han amargado un año bursátil que se presentaba bueno para Wall Street, en medio de fusiones empresariales que han alcanzado marcas históricas.

Wall Street se encamina a firmar uno de sus peores registros desde que estalló la crisis, tras meses de grandes vaivenes en la principal plaza financiera del mundo, donde sigue reinando la incertidumbre y no habrá más remedio que esperar al “sprint final” de diciembre para despejar las dudas.

El principal quebradero de cabeza de los operadores bursátiles ha sido el debate sobre los tipos de interés de Estados Unidos, que llevan en mínimos históricos desde hace casi una década para impulsar la recuperación y que la Reserva Federal aún no se ha decidido a subir.

Aunque la primera economía del mundo lleva tiempo dando muestras de estabilización y el país roza ya el pleno empleo, el objetivo de inflación fijado por la Fed sigue lejos y las dudas en otros motores económicos como China o la zona euro no ayudan.

Al final tocará esperar a la reunión que se celebrará el 15 y 16 de diciembre su Comité de Mercado Abierto, encargado de la política monetaria, para saber si finalmente la Fed se anima por fin a encarecer el precio del dinero.

Muchos inversores y analistas en Wall Street coinciden en que ha llegado la hora de cerrar el grifo del dinero fácil, y ahora solo confían en que la subida de las tasas de interés de referencia sea de forma muy gradual.

Una vez que se despejen las dudas en torno a los tipos, y con la llegada de 2016, la atención de los mercados volverá a dirigirse a Washington, pero esta vez no a la Reserva Federal sino a la Casa Blanca, en un año electoral en el que demócratas y republicanos se disputarán la presidencia.

Un año, el 2015, en el que se vivieron semanas de pánico en las bolsas mundiales durante el verano, cuando la desaceleración económica en China y el fantasma de una guerra de divisas tras la devaluación por sorpresa del yuan provocó desplomes históricos en Wall Street.

A finales de agosto, en un solo día el Dow Jones de Industriales llegó a despeñarse casi 600 puntos y el selectivo S&P 500 tuvo un agujero de más de 75 puntos, en lo que supuso la primera jornada de corrección en Nueva York en los últimos cuatro años.

Meses antes, los inversores en Nueva York protagonizaron también rachas de grandes altibajos por culpa de la crisis de Grecia y las negociaciones para la reestructuración de su deuda, y solo amainaron las aguas con el referéndum celebrado en julio.

Turbulencias que se convirtieron en la principal causa del dramático descenso de las salidas a bolsa en Wall Street, con apenas 161 OPVs hasta octubre y un volumen total de 26.300 millones, un 74 % menos que en las mismas fechas de 2014, según la consultora PwC.

Por contra, fue un gran año en el apartado de adquisiciones y fusiones, la principal vía de inversión de las grandes compañías, que han alcanzado un récord histórico de 2,03 billones de dólares, según los últimos datos disponibles de la consultora Dealogic.

Por segundo año consecutivo, el sector con más movimientos volvió a ser el sanitario, que tuvo como colofón final la fusión de Pfizer con la irlandesa Allergan en una operación por 160.000 millones de dólares que creará el mayor grupo farmacéutico del mundo.

Un año de inestabilidad al que también contribuyó la fuerte caída del precio del petróleo, que en el caso de barril de Texas arrancó en enero en torno a 52 dólares y a un mes de cerrar el curso se ha depreciado casi un 20 % y cotiza alrededor de 41 dólares. EFEUSA