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Miami, 16 feb (EFEUSA).- A pesar de que, como indocumentados, no pueden acudir a las urnas, los “soñadores” han demostrado en esta contienda electoral su capital político para influir en la campaña e impulsar el voto latino.

“Nadie creyó que nosotros teníamos poder político hasta que salimos de las sombras”, explicó a Efe la “soñadora” Erika Andiola, ahora directora de prensa latina del precandidato demócrata Bernie Sanders.

Hace unos ocho años estos jóvenes activistas, que fueron traídos de niños por sus padres, iniciaron el movimiento nacional de los “dreamers”, y hoy influyen en las decisiones de la comunidad inmigrante, dentro y fuera de las campañas.

Andiola, de 28 años, aclaró que su trabajo con Sanders es “una herramienta” dentro de la lucha migratoria que los “soñadores” libran desde 2008.

“Todavía hay un movimiento que no necesariamente está atado a un candidato; compañeros que siguen enfocados en la lucha de inmigración, que van a asegurarse de que todos los candidatos están en el lado correcto de la conversación”, expresó la mexicana.

En el mismo sentido se expresó Lorrella Praeli, enlace entre la aspirante demócrata Hillary Clinton y los hispanos, al considerar su nuevo trabajo como “un paso natural que va de la mano de la lucha migratoria”.

La exactivista de United We Dream explicó a Efe que para ese grupo una de las metas es “desarrollar el liderazgo de los ‘dreamers’ para hacerlos parte de instituciones cruciales para avanzar en el cambio dentro de la comunidad inmigrante”.

Esta peruana, de 27 años, manifestó que al ser indocumentados, los “soñadores” aportan una “perspectiva única” a las campañas.

Para Jonathan Fried, director del grupo pro inmigrantes WeCount!, resulta interesante que los demócratas han buscado esos líderes “bien talentosos y bien sofisticados políticamente”.

“Que trabajen con ellos debe ser un factor para que muchos votantes milenios, progresistas, proinmigrantes… tomen un poco más en serio estas campañas”, aseguró Fried.

“Yo no puedo votar, pero puedo ejercer mi voz como una persona que creció en este país”, dijo Andiola al recalcar que “casi la mitad” de los 27 millones de electores hispanos son menores de 35 años.

La mexicana sigue sin tener resuelta su situación migratoria de manera definitiva, al igual que la mayoría de los “soñadores”, pero reconoce el poder del voto hispano.

“Somos un electorado bien joven, pero necesitamos empoderarlos desde ahora, y no nada más que se sientan que los están conquistando para ganar su voto”, advirtió.

El poder de los “soñadores” también ha sido palpable en sus muestras públicas de apoyo o rechazo a aspirantes como ocurrió en la presentación de la candidatura de Jeb Bush en Miami, donde aparecieron de la nada con pancartas que pedían al republicano la posibilidad de la ciudadanía.

Y como cualquier diario tradicional o político, prominentes líderes de los “soñadores” hacen público a través de las redes sociales su apoyo a ciertos candidatos.

Astrid Silva, reconocida “soñadora” de Nevada, divulgó su apoyo a Clinton a pocos días de que se celebren este sábado los caucus (asambleas populares) demócratas en ese estado.

Silva, de 27 años, explicó que teme la deportación de su padre y el ascenso del aspirante republicano Donald Trump, que ha mostrado la postura más extrema de ese partido contra los inmigrantes.

Hija de un jardinero mexicano, la activista sabe del poder del voto hispano en Nevada, donde representan el 17,2 % del electorado.

La historia familiar de los “soñadores” ha centrado su lucha por una reforma migratoria y, mientras llega, claman por el cese a las deportaciones que los libre del miedo de la separación.

“Yo viví indocumentada 14 años, cargo siempre conmigo la historia de mi comunidad”, explicó Praelli, quien ahora está casada con un ciudadano estadounidense.

“Algo que siempre ha sido muy bonito desde el principio del movimiento de los ‘dreamers’ es que no sólo luchan por ellos, sino por sus padres”, manifestó Fried.

La directora de prensa latina de Sanders, quien públicamente ha peleado contra la deportación de su madre, señaló a Efe que aún teme que la separen de ella, porque ambas tienen un estatus temporal en el país.

La activista hace parte de unos 700.000 “soñadores” que se acogieron a DACA, un alivio temporal decretado por el presidente Barack Obama en 2012 tras la presión del movimiento migratorio, entre ellos los “soñadores”.

“Andiola habla sin pelos en la lengua, habla como nosotros. Lo que queremos es una reforma migratoria como sea”, manifestó Jorge Tume, un joven indocumentado “orgulloso” de la representación que han logrado sus compañeras en las campañas. EFEUSA