Denver (CO), 2 ago (EFEUSA).- El condado Pueblo, en el sur de
Colorado, se beneficia ampliamente del impuesto a la venta de
marihuana recreativa, que le permite obtener fondos para becas
universitarias, reparar carreteras y completar otros proyectos, pero
también es uno de los más perjudicados por los cultivos ilegales.
Según un nuevo informe oficial difundido hoy, los ingresos
generados por la marihuana recreativa, que por ahora llegan a unos
500.000 dólares al año, han permitido durante los últimos dos años
mejorar la infraestructura local y ayudar a la comunidad.
Pero a la vez desde marzo pasado los alguaciles locales han
detectado unas 25 plantaciones no autorizadas de marihuana en áreas
residenciales, algunas importantes como una desmantelada la semana
pasada en una vivienda de la ciudad de Pueblo, donde se hallaron 140
plantas que en la calle valdrían medio millón de dólares.
“Cuando la gente de otras comunidades llega a Pueblo, lo primero
que ven son nuestras calles porque están manejando sobre ellas. En
este caso, es algo muy bueno que podamos usar los ingresos de la
venta legal de cannabis licenciado para mejorar la apariencia y la
calidad de vida de nuestra comunidad”, comentó el comisionado Sal
Pace al presentar el informe.
Y ese dinero, en este caso, un subsidio de 200.000 dólares, se
enfoca, explicó el funcionario, en las áreas del condado con mayor
número de dispensarios de marihuana.
“Hemos específicamente elegido a Pueblo West (para el subsidio de
reparación de calles) porque allí está la mayor concentración de
negocios de marihuana regulada y legal”, puntualizó Pace.
Según información pública, en la ciudad de Pueblo hay 25
dispensarios de marihuana, mientras que en Denver, la capital
estatal, operan unos 210 dispensarios de marihuana y casi 150 de los
mismos están dedicados exclusivamente a la marihuana recreativa.
En Colorado, la marihuana destinada a usos recreativos es legal
desde 2014 para mayores de 21 años.
En el condado Pueblo, según estadísticas del Buró del Censo,
residen unas 165.000 personas, de las cuales poco menos de la mitad
es de origen hispano. A su vez, en la localidad de Pueblo, con
110.000 residentes, los hispanos, muy pocos de ellos inmigrantes,
son la leve mayoría de los habitantes.
Para el comisionado Pace, el uso de los fondos obtenidos con la
marihuana para proyectos públicos es una de las mejores maneras de
mostrarle a la población en qué se gasta ese dinero.
Esos fondos, dijo, ya superan los 550.000 dólares anuales, una
importante cantidad para un condado en el que casi una de cada
cuatro personas vive en la pobreza y en donde los ingresos promedios
por familia son la mitad de los del conjunto de Colorado.
Este año los comisionados del condado Pueblo también aprobaron
destinar dinero de la marihuana a la Fundación Hispana para la
Educación de Pueblo (PHEF, en inglés) que, gracias a esos fondos,
este año otorgó 25 becas a estudiantes, la mayoría hispanos.
Si las proyecciones anticipadas por PHEF se concretasen, en unos
cuatro años los fondos para el programa de becas de esa organización
podrían llegar al millón de dólares, entre impuestos a la venta de
marihuana, donaciones adicionales y subsidios estatales.
Pero a pesar de los beneficios de la marihuana recreativa para
obras públicas y becas universitarias, tantos han sido los
incidentes de cultivo ilegal de plantas de marihuana en Pueblo que
un grupo de residentes, cansados de esa situación, logró que en las
elecciones de noviembre próximo se decida por voto popular si se
prohíbe o no la apertura de nuevos dispensarios en el área.
Los concejales de la ciudad de Pueblo están a favor de la
prohibición, mientras que los comisionados del condado están en
contra.
En una reciente reunión de la filial local de la Asociación de
Empleados Estatales y Municipales, Pace dijo que el dinero del
impuesto a la marihuana se usará para darles aumento de sueldos a
los empleados públicos y realizar aportes a los planes de jubilación
de esos empleados.
Mientras tanto, los vecinos siguen denunciando casos de cultivo
no autorizado de marihuana en casas de la zona. Por ejemplo, luego
de una denuncia anónima, la semana pasada los alguaciles de Pueblo
detuvieron a Franco Munch, de 36 años y recién llegado desde
Florida, que ahora está acusado de cultivo ilegal de más 30 plantas
de marihuana y de tener el propósito de manufacturar marihuana.
Según un comunicado del Departamento del Alguacil del condado
Pueblo, ya se registraron dos docenas de casos similares en la zona
en lo que va del año, la mayoría conectados con personas llegadas
desde Florida y otros conectados con carteles mexicanos.
“El dinero fácil atrae tanto a individuos como a carteles a esta
área, desde cubanos de Florida hasta rusos de Nueva York. Hemos
encontrado que luego transportan (la droga) a otros lugares del
país, con grandes ganancias”, dijo este lunes a los medios locales
el jefe David Lucero, de la oficina del alguacil del condado Pueblo.
Esas ganancias, indicó Lucero, llegan hasta los 10 millones de
dólares anuales por cada operación ilícita. EFE