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Los Ángeles, 14 sep (EFEUSA).- Hay cineastas a los que les persiguen las etiquetas. Spielberg es el rey Midas de Hollywood, Woody Allen es el genio neoyorquino y Tarantino es el maestro de la violencia posmoderna. Pero a Oliver Stone, que cumple este jueves 70 años, le acechan otros adjetivos: polémico, político, controvertido.

Nadar a contracorriente ha sido el santo y seña de la carrera de Stone (Nueva York, 1946) y no parece que vaya a cambiar de rumbo con “Snowden”, la cinta que se estrena esta semana y que narra la historia del exmiembro de la NSA que reveló los programas de vigilancia masiva de esa institución y provocó, de esta manera, un tremendo escándalo internacional.

La campaña de promoción de “Snowden” ha sido un espectáculo en sí misma. Así, fue muy comentada la participación del realizador en la Comic-Con de San Diego donde, con su vehemencia habitual, alertó de la falta de privacidad en la sociedad contemporánea y definió al videojuego Pokémon Go como “capitalismo de vigilancia”.

Además, en el preestreno que se llevará a cabo hoy en diferentes cines de Estados Unidos se proyectará la cinta seguida de un coloquio virtual entre Stone y Snowden, que intervendrá vía satélite desde su refugio en Rusia.

Lo cierto es que la figura de Snowden, traidor y espía para unos, héroe y defensor de la libertad para otros, le viene como anillo al dedo a un director experto en hurgar y desentrañar los recovecos del sistema y en mostrar los ángulos ciegos de la clase dirigente en Estados Unidos.

En este sentido, el actor Joseph Gordon-Levitt, cuya interpretación de Snowden ha sido unánimemente elogiada, apuntó en una reciente entrevista con Efe que Stone “es un gran patriota”.

“Hay quien apoya a su país independientemente de sus acciones y sin preguntarse por qué actúa de una u otra manera”, indicó el actor, sin alinearse con esa propuesta de pensamiento.

“Otros, como ocurre en un país libre y democrático como EE.UU., se hacen esas preguntas; para mí, eso es ser realmente un patriota”, añadió.

A la espera del veredicto del público, el largometraje cuenta con el visto bueno de Snowden, que en una reciente conversación con el diario económico Financial Times dijo que, respecto a las cuestiones políticas de su caso, el filme es “lo más cercano a la realidad” que puede lograr una película.

De cualquier manera, “Snowden” se añadirá a la larga lista de filmes con trasfondo político que se han convertido en la marca de la casa del potente y arriesgado cine de Stone.

Esta temática fue evidente en cintas centradas en presidentes estadounidenses como “JFK” (1991), “Nixon” (1995) y “W.” (2008), dedicada a George W. Bush, o en la serie documental “The Untold History of the United States” (2012-2013).

Sus reflexiones también empaparon algunos de sus proyectos más populares, como “Platoon” (1986) y “Born on the Fourth of July” (1989), sobre la guerra de Vietnam, o “Wall Street” (1987) y “Wall Street: Money Never Sleeps” (2010), en torno al despiadado imperio sin ley de las finanzas internacionales.

En el tibio ambiente liberal y progresista casi por inercia que caracteriza a Hollywood, Stone parece la oveja negra del rebaño, con opiniones políticas más contundentes y mucho más radicales que las de sus compañeros de profesión.

Desde esa perspectiva surgieron los documentales “Comandante” (2003) y “Looking for Fidel” (2004), acerca de Fidel Castro, o “South of the Border” (2009), una cinta de entrevistas con presidentes latinoamericanos como Hugo Chávez, Cristina Fernández o Rafael Correa.

Ganador de tres Óscar, dos como mejor director, por “Platoon” y “Born on the Fourth of July”, y uno al mejor guión adaptado, por “Midnight Express” (1978), Stone no está dispuesto a dar un respiro a sus críticos, ya que acaba de rodar otro proyecto que encenderá más de una discusión: un documental sobre el presidente ruso Vladímir Putin. EFEUSA