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Esculturas blancas y gordas, Bernadí provoca en EE.UU la “erección” del ojo

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Washington, 23 oct (EFEUSA).- Las esculturas blancas y gordas del artista español Bernardí Roig desembarcan en la capital con la intención de provocar la “erección” del ojo y arrebatar al público la “sensación anestesiada” de percibir el arte como una rutina.

“Propongo un esfuerzo para que el público deje su mirada en casa y vuelva a mirar de nuevo. Mirar sin la memoria de mirar para evitar que el ojo se acomode a la imagen”, explicó Roig en una entrevista con Efe en vísperas de la inauguración, este sábado, se su exposición en Washington.

Sus imágenes de hombres gordos, calvos, aburridos y sin pasión estarán expuestas hasta el 8 de marzo de 2015 en la Phillips Collection, uno de los museos privados más importantes del mundo.

Desafiante, el artista acude a la capital del país para cuestionar la relación del público burgués con los museos y mostrarle, a través de figuras distribuidas dentro y fuera del edificio, su incapacidad de comprender lo que ve.

Precisamente, colocar las figuras en contextos diferentes a los habituales, como el balcón o la escalera central del museo, pretende “intensificar el vacío”, al mismo tiempo que mantener “una relación enigmática” con el espacio.

Todas las esculturas, salvo “The White Cage”, han sido mostradas en otras exposiciones, como en el Museo Ca’Pesaro coincidiendo con la Bienal de Venecia de 2009, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) o en el Kunstmuseum de Bonn (Alemania).

Sin embargo, han sido expuestas en tensión con espacios diferentes en la Phillips Collection, que por primera vez ha invitado a un español a su programa “Intersecciones”, dedicado a explorar los cruces entre las nuevas y viejas prácticas artísticas.

La “intersección” de Roig plantea dos direcciones. La primera profundiza en el diálogo entre la arquitectura y la circulación de los espacios para “crear una tensión” entre las figuras y los elementos arquitectónicos del edificio.

Esta dirección colisiona con la relación del público burgués con los museos, perspectiva que el artista aborda a través de una selección de litografías de la serie “Les Bons Bourgeois” (“Los buenos burgueses”), del pintor francés Honoré Daumier.

“Daumier nos habla de un público que se mantiene a la defensiva de algo que le interesa pero de lo que desconfía, curioso pero a la vez distante y escéptico”, relata Roig, quien cree que el público “burgués” actual sigue queriendo formar parte de una cultura que “le parodia y le excluye” al mismo tiempo.

Este tipo de contradicciones también sobresalen en el título de la exposición, “NO/Escape”, que indaga en la imposibilidad de escapar y el deseo de huir.

“Nuestras miserias y el miedo nos aplastan, nos debilitan y nos mantienen en la jaula, que a la vez es prisión y lugar confortable, porque dentro de ella estamos a salvo. Pero el espacio es pequeño y nos oprime. Entonces queremos salir”, argumenta el artista.

La doble idea sobre la existencia se plasma en el color blanco de las figuras, que según explica Roig, “intentan ser más ausencias que presencias, más ligeras que pesadas y buscan más la frontalidad que la espacialidad”.

En esta búsqueda es fundamental la iluminación con diferentes tipos de bombillas, que “intensifica la ausencia, amplifica el espacio perceptivo y hace que el límite de la obra sea el límite del lugar que la contiene”, según el autor.

Al ser preguntado sobre si se considera un artista barroco, como afirma buena parte de la crítica, el artista nativo de Mallorca reconoce que prefiere “el exceso a la contención expresiva”, pero considera estos calificativos como “simplificaciones”.

“Uno es minimalista cuando se levanta, pop para el aperitivo, barroco para la siesta o surrealista cuando duerme; sobre todo, cuando duerme”, destacó Roig, quien cree que de lo que se trata es de “hacer imágenes”.

“Las empezamos a hacer hace treinta mil años en las paredes de las cuevas y no hemos dejado de hacerlas. Será por algo, ¿no?”, plantea el escultor, que siempre trata de que sus esculturas se acerquen más a la pintura.

Blancos y gordos, los hombres de Roig muestran que “la realidad no es suficiente”, porque, según el autor, existe la sensación de que falta algo o que, de lo que se ha dicho, todavía no ha sido dicho lo suficiente. EFEUSA