Chicago (IL), 14 nov (EFEUSA).- El diseño del arquitecto colombiano Juan Gabriel Moreno de un edificio semejante a un bumerán para los estudiantes latinos de una universidad en Chicago le abrió el camino a proyectos mayores como su primer rascacielos.
“Durante muchos años fui conocido como un arquitecto premiado y dedicado a la realización de obras de calidad para la comunidad latina”, declaró Moreno en entrevista con Efe.
“Ahora, por primera vez, el mundo corporativo me llama por mi arquitectura y no me pregunta si soy latino”, agregó este colombiano de 49 años.
El estudio de diseño JGMA que fundó en 2010, en momentos en que la construcción enfrentaba su peor momento de los últimos 80 años en la región, estaba buscando la oportunidad de encarar proyectos de gran escala y lo consiguió.
La encomienda vino de la Universidad del Noroeste de Illinois (NEIU), una institución cuyos orígenes se remontan a 1860 y que en 1949 se convirtió en universidad pública.
Entre sus 12.000 estudiantes hay un gran porcentaje de latinos, para quienes fue creado en 1960 El Centro, uno de los tres campus satélites que tiene este universidad estatal en Chicago.
El Centro se expandió con el paso de los años y se alojó en sedes rentadas hasta que la universidad decidió invertir 27 millones de dólares en la construcción de un edificio en la zona de Avondale, junto a la autopista que conecta el centro de la ciudad con el aeropuerto internacional O’Hare.
“Cuando escuché que la universidad había comprado los terrenos y pensaba realizar una inversión de ese tipo para su población latina, no dudé en participar”, recordó Moreno.
Su equipo de 13 arquitectos comenzó a trabajar en el diseño y con “una inspiración que vino de lo más profundo” ideó un edificio curvo que parece un bumerán, de 63.000 pies cuadrados, tres pisos y cubierto con los colores de la universidad.
Por esa zona circulan diariamente 400.000 vehículos, cuyos conductores ven paneles solares amarillos cuando llegan de los suburbios al centro, o azules cuando terminan el día de trabajo y regresan a sus casas.
Sharon Hahs, presidenta de la universidad, declaró que se buscaba algo “maravilloso, dramático y con una visión de futuro, y lo logramos”.
“Es una celebración en todo sentido, que continuará atrayendo estudiantes en el futuro a todos nuestros campus”, agregó Hahs sobre la revolucionaria obra.
Según Moreno, El Centro es una celebración para todos los latinos, porque “nuestras culturas celebran la vida, y el edificio lo expresa”.
El próximo gran proyecto será un rascacielos, cuyos detalles no quiso adelantar, pero que llevará su marca en una ciudad que ha sido pionera en Estados Unidos en la construcción de ese tipo de edificios.
Moreno se define como “medio rolo y medio paisa”, porque sus padres son oriundos de Bogotá y de la ciudad de Medellín.
Cuando era muy pequeño su familia se mudó a California en busca del sueño americano, donde estudió arquitectura en el Politécnico Universitario de Pomona.
Luego se especializó durante un año y medio en Florencia (Italia) con los reconocidos fundadores del Superestudio de arquitectura, Christiano Toraldo di Francia y Gianni Pettena.
“Por esas cosas lindas de la vida”, expresó, fue llamado a Chicago en 1999 para hacerse cargo de un grupo de diseño.
“Me llamó la ciudad urbana, a la que amé a pesar del frío, y con cuya comunidad latina me involucré rápidamente tratando de inspirar y ayudar a sus estudiantes”, recordó.
Moreno considera que los latinos pueden ser “ejemplos y líderes”, y no solamente “minorías de minorías” y por esa razón decidió independizarse en 2010 “cansado de quejarme y dispuesto a cambiar la vida de la gente”.
Para ello, se rodeó de otros arquitectos talentosos con “una pasión increíble por esta carrera”, gente que a su entender trabaja más por el arte que por el dinero.
“Los arquitectos no somos ricos, lo que hacemos no tiene nada que ver con el dinero”, aseguró.
En 2013 Moreno fue reconocido por el presidente colombiano Juan Manuel Santos como uno de los “100 colombianos” más destacados, y declarado Profesional del Año entre los latinos de Chicago. EFEUSA