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Joan Manuel Serrat fue el elegido este año por sus "logros artísticos y sociales, así como por sus contribuciones a la Cultura Iberoamericana".
Joan Manuel Serrat fue el elegido este año por sus “logros artísticos y sociales, así como por sus contribuciones a la Cultura Iberoamericana”.
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Madrid, 29 ene (EFE).- El consumo cultural de los latinos en Estados Unidos crece en paralelo al de su peso como población pero es el sector privado el que busca contenidos que se adecúen a su heterogeneidad como comunidad y no hay políticas públicas a nivel social o lingüístico que impulsen su integración o desarrollo.

Esa es la principal conclusión del estudio “Los latinos y las industrias culturales en español en Estados Unidos”, elaborado por Jéssica Retis, profesora de periodismo de la Universidad Estatal de California Northridge y por Ángel Badillo, profesor de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca (España).

“Los grupos latinos están creciendo más como consumidores que como ciudadanos, porque la mitad no puede votar y de los que sí pueden hacerlo, la mitad no están ni registrados”, explicó a Efe Retis tras presentar hoy este informe del Real Instituto Elcano, de Madrid.

Esa falta de participación en el proceso electoral se traduce en que sólo un 8 por ciento de los políticos elegidos en Estados Unidos son latinos, pese a que en el último censo la población hispana representaba ya el 17 por ciento con más de 50 millones de personas, y las previsiones es que llegue al 30 por ciento en 2050.

Además, el informe destaca otro dato y es que el poder adquisitivo de los latinos se elevaba en 2012 a 1.000 millones de dólares, que llegarán a 1.500 este año.

Pero solo las empresas privadas están aprovechando esta situación ante la falta de medidas eficaces por parte del Gobierno.

“El problema está en que en Estados Unidos a los hispanos se les considera como una única comunidad, sin tener en cuenta su enorme heterogeneidad”, explica Retis, de nacionalidad peruana y formada en Lima, México y Madrid.

La administración estadounidense agrupa a todos los latinos en una “categoría pan-étnica” sin tener en cuenta la enorme diversidad de nacionalidades, culturas, orígenes o edades.

Además no hay políticas lingüísticas ni educativas que tengan en cuenta esa diversidad ni que beneficien el bilingüismo, al que se llega tras una primera generación de inmigrantes que permanece con el español como primera lengua, una segunda que lo abandona en favor del inglés, y una tercera que lo recupera con la ayuda de los abuelos.

Y se trata de una comunidad joven -las juventudes latinas tienen una media de 27 años frente a los 37 de la población total-, con un gran peso en el consumo cultural. Por ejemplo, suponen el 32 por ciento de los espectadores de cine, un porcentaje que no se refleja en el número de directores, productores o autores cinematográficos, que apenas es del 2,3; 2,2 y 6 por ciento, respectivamente.

“No se está trabajando en el ascenso social a través del tema educativo”, ni se potencia la participación de los latinos en la cultura del entretenimiento en papeles que no sea estereotipos de mujeres hipersexualizadas o de hombres dominantes.

Tampoco hay líderes políticos con los que los inmigrantes puedan identificarse y no hay medios de comunicación en español que den importancia a esas audiencias transnacionales, explica Retis.

Los intentos de grandes medios de ofrecer información en español no han salido bien por no tener ese cuenta la diversidad de la comunidad latina, así que en los últimos años la tendencia es el desarrollo de diarios o emisoras de radio y televisión muy especializadas en grupos pequeños.

“No es lo mismo los grupos latinos del centro o los del suroeste, o los del sur de la costa este”.

Esa diversidad es la que empiezan a tener en cuenta algunos medios, entre los que el estudio cita a la Agencia Efe como una “de las instituciones con mayor impacto en la producción y distribución de producción periodística” que nutre de información a la mayor parte de los medios en español en EEUU.

Además recientemente se han producido estrategias de alianzas que buscan captar la atención de los crecientes grupos de jóvenes y adultos jóvenes latinos bilingües, como el acuerdo entre Univisión y ABC para crear un canal de cable con contenidos audiovisuales en inglés destinado al público hispano angloparlante.

Y Netflix anunció en abril de 2014 su primera producción de una serie en español sobre el mundo del fútbol en México, además de otra titulada “Narcos”, ambas para ser estrenadas en 2015.

En resumen, que el mercado cultural “hispano-unidense”, como lo denomina el informe, “sigue suponiendo un prometedor espacio de crecimiento para las industrias culturales en español de todo el mundo, pero sólo si se lo comprende en su complejidad y su heterogeneidad”. EFE