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  • Plácido Domingo dirigiendo

    Plácido Domingo dirigiendo

  • Plácido Domingo cerca de sus 75 años.

    Plácido Domingo cerca de sus 75 años.

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Va a cumplir 75 años pero sigue trabajando, dispuesto a no dejar nada en su particular tintero, el tenor Plácido Domingo va a celebrar su cumpleaños dirigiendo ópera y mostrando que la pasión y las ganas de agradar al público es lo que mueve su particular mundo.

Siempre al pie del cañón, con la música como bandera y con la voz como espada mágica que ha conquistado los públicos de los cinco continentes, Plácido Domingo cumple 75 años con el proyecto de que el día previo a su onomástica, 20 de enero, llevará la dirección musical, de la ópera “Sansón y Dalila”, de Saint-Saëns, en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia (España), una de las obras que más le ha gustado en su carrera profesional.

El tenor estadounidense Gregory Kunde (Sansón), la mezzosoprano armenia Varduhi Abrahamyan (Dalila) y el barítono francés André Heyboer (Sumo Sacerdote) conforman la terna protagonista de esta obra.

“Sansón y Dalila” es clave en la carrera del tenor, quien la protagonizó por primera vez en el año 1965 en la Ópera de Chautauqua (Estados Unidos). Posteriormente realizó interpretaciones y grabaciones de esta obra bajo la dirección de genios como Daniel Barenboim, Myung-Whun Chung y James Levine.

El “granado”, como le conocían desde pequeño en su familia por cantar la canción lírica “Ganada”, es consciente de la edad que tiene: “Sé que mi voz se puede acabar en cualquier momento”, comentó hace unos meses al diario español ABC, aunque también añadió: “Es fundamental el entusiasmo y la pasión. Es lo que me mueve”.

Ese entusiasmo nació con él en la madrileña calle de Ibiza y sus padres le concedieron los genes de la música, ya que ambos eran cantantes de zarzuela: Plácido Domingo y Pepita Embil, ella de origen vasco.

MÉXICO EN SU VIDA.

En la vida de Domingo México es un referente fundamental. Con tan solo ocho años se trasladó con sus padres a la capital de ese país donde ellos trabajaban en el teatro musical y él comenzó a estudiar en la Escuela Nacional de Artes y el Conservatorio Nacional de Música. Según confesaba en una entrevista con Efe: “Ya desde muy

pequeño me enamoré de México y de sus gentes”.

Efectivamente, porque con tan solo 17 años se casó con una pianista de esa nacionalidad, Ana María Guerra Cué, aunque su matrimonio duró unos cuantos meses, pero fruto de su relación nació en 1958 su primer hijo, José Plácido Domingo Guerra.

Tras esa decepción sentimental volvió a unir sus pasiones, el canto y el amor, contrayendo nupcias con la soprano natural de Veracruz, Marta Ornelas, en 1962.

En entrevista con Efe Domingo comentaba una anécdota al respecto: “Fue gracias a las rancheras como enamoré a Marta. Contrataba un mariachi y le cantaba algunas canciones de Jorge Negrete, no debajo de una reja, sino en un edificio de tres pisos. A los pocos minutos venía la policía porque los vecinos se quejaban, aunque como ya me conocían me decían los agentes: ‘Plácido date prisa que nos han llamado”.

La mujer que ha permanecido junto al genio del canto toda la vida le ha dado dos hijos: Plácido Jr. y Álvaro, que nacieron en 1965 y 1968 respectivamente.

También fue en México donde surgió en toda la amplitud su arte, porque fue en la ciudad de Guadalajara donde debutó, actuando como barítono, en el año 1959, hace casi sesenta años. Sus primeros pasos como tenor también los dio en esas tierras, concretamente en la localidad de Monterrey, ese mismo año, interpretando “La Traviata”.

Pero también se quedó con un terrible recuerdo de su querido México, cuando el terremoto de 1985 sobre la ciudad cobró la vida de sus tíos, un sobrino y un sobrino-nieto. La respuesta personal del astro fue descomunal y organizó e intervino en numerosos conciertos benéficos a favor de las víctimas del seísmo por todo el mundo y regaló cientos de miles de dólares para casas de familias sin recursos.

VIDA PROFESIONAL LARGA Y PLENA.

El reconocimiento internacional le llegaría en el año 1962 cuando estuvo trabajando durante más de dos años seguidos en la ópera nacional de Israel, concretamente en la Ópera de Tel Aviv.

Triunfador en todos los grandes centros operísticos mundiales, como el New York City Opera o el Metropolitan Opera, de la misma ciudad estadounidense, Plácido Domingo ha cantado en toda América, por toda Europa y bajo la batuta de los grandes astros de la dirección, como Herbert von Karajan, James Levine o Carlos Kleiber.

Para el tenor, las óperas clásicas han sido sus grandes hazañas profesiones, y ha interpretado y cantado casi 150 papeles de los autores clásicos como Wagner, Handel, Mozart o Verdi.

Ha cantado en español, inglés, alemán, italiano, francés y para eventos deportivos, de carácter benéfico, para los Juegos Olímpicos o, incluso, para el himno de su equipo de fútbol favorito y, en una ocasión, en Central Park, reunió a 400.000 personas y fue el primer español en aparecer en un capítulo de la serie “Los Simpson”, en 2007.

También ha grabado discos con canciones populares, rancheras, de temática pop y folk y ha intervenido en musicales, como “Los Miserables”, ha organizado concursos para jóvenes cantantes y está inscrito en el libro Guiness de los Récords desde el 30 de julio de 1991 cuando, tras interpretar “La Bohéme” en la Ópera de Viena, Plácido Domungo recibió una ovación de una hora y veinte minutos de duración, que surgió de manera improvisada.

Pero en su larga trayectoria el 7 de julio de 1990 fue una fecha clave porque fue cuando las tres voces más grandes del bel canto, Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo, se reunieron al unísono, por primera vez, con motivo del Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Italia, bajo la dirección de Zubin Metha.

La reunión fue debida al recital de clausura de ese evento deportivo en las termas romanas de Caracalla y significó el comienzo de una buena amistad y de un buen número de actuaciones conjuntas entre los tenores.

Su primera colaboración cristalizó un año más tarde, el 21 de febrero de 1991, con el concierto del tenor de Módena, Luciano Pavarotti, y el español Plácido Domingo, en la Opera Metropolitan de Nueva York; ese mismo año, “Los Tres Tenores” fueron galardonados con el Grammy de la Academia de Artes y Ciencias Discográficas norteamericana por su disco grabado en vivo en Italia.

A partir de ese momento se les conocería con el sobrenombre de “los tres grandes” o “los tres tenores”, y sus actuaciones se convirtieron en una cita asidua para los admiradores de la ópera clásica.

“Indiscutiblemente hemos creado un público nuevo. Este tipo de conciertos resuelve al menos el problema de la falta de interés por lo clásico, ya que el público sale del espectáculo con gran entusiasmo y ganas de conocer el mundo de la ópera”, afirmaba Domingo tras un multitudinario recital en Brasil.

Además de un triunfador en lo profesional, el español es Caballero Comendador del Imperio Británico, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Comandante de la Legión de Honor Francesa, tiene una docena de títulos “honoris causa” y una estatua de dos metros de alta en la capital de México, fundida a partir de llaves donadas.

Ahora, a sus “primeros” 75 años y tras padecer un cáncer de colon del que fue operado en 2010 en Nueva York y una embolia pulmonar en 2013, Plácido Domingo sigue siendo todo un personaje, una gran artista y, según quienes le han tratado directamente, una persona extraordinaria.