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Piojo Herrera
Piojo Herrera
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Nosotros los mexicanos aprovechamos las llamadas fechas FIFA para jugar algunos partidos amistosos, no precisamente ante rivales de jerarquía. El “Tuca”, en su momento, mencionó que, para él esos partidos son “moleros”.

Realmente no le entendí. Tendría que haberse explicado mejor, porque para nosotros los mexicanos, el mole es riquísimo. Ojalá explique a lo que se quería referir, pero supongo que será porque no se sacan muchas conclusiones favorables. Más bien sirven para sacar conclusiones desfavorables.

Las favorables son las que se pueden sacar observando a integrantes nuevos que han hecho méritos para ser llamados, y rejuvenecer o ir buscando sustitutos de algunos que se van haciendo a un lado, ya sea por su edad u otras razones.

Y lo desfavorable es que en partidos de estas características, aunque sean amistosos, hay algunas selecciones que no lo toman precisamente para eso, y entonces hay entradas fuertes o alevosas en algunos casos, que pueden lastimar o lesionar a cualquier jugador, y creo que hay que cuidar mucho la integridad física de todos los jugadores, no solamente mexicanos, sino de cualquier nacionalidad.

Porque a veces en estos partidos, que no tienen mucha trascendencia, entran los clásicos piques, como le llamamos en el argot futbolístico; nos “calentamos” y ahí es cuando pueden surgir desagradables situaciones.

Por supuesto que no es agradable ver entradas alevosas, fuertes y malintencionadas en un partido de fútbol, pero tampoco es agradable estar viendo pleitos y comportamientos callejeros, que no dan una buena imagen.

Y tampoco podemos pedirle peras al olmo, porque la imagen que ha estado dando la selección, de un tiempo a la fecha, no es la mejor en nuestra historia. Más bien estamos muy por debajo de lo que merecemos en cuanto a la calidad y el talento de los jugadores que poseemos en México y los que juegan en el extranjero.

Pero en este caso, se confirma una vez más que la selección nacional, en cuanto a dirigentes se refiere, tenemos lo que merecemos. Y por eso, si no se ha acertado en buenas decisiones y en buenas gestiones, tampoco nos vamos a poner a exigir más de lo que tenemos. Ojalá que tengamos en un futuro tanto a los dirigentes (especialmente en la presidencia de la Federación) y en la dirección deportiva de la selección a los dirigentes que necesitamos, para que podamos tener el nivel que somos capaces de mostrar.

Sería interesante, por ejemplo, preguntarles a los jugadores que estuvieron en el Mundial pasado, cuáles fueron sus ingresos económicos, tanto a nivel publicitario como deportivo, para medir en qué porcentaje se repartieron los ingresos que recibieron los federativos por la Copa del Mundo.

Y no se olvida que México estuvo a punto de quedarse sin Mundial. Si los jugadores dejan esa responsabilidad en manos de los dirigentes, hubiera sido el peor fracaso en la historia del fútbol mexicano.

Y ahora se siguen mostrando una cantidad de indecisiones, porque ahora no saben qué hacer con el contrato raro que tiene Miguel Herrera. Estoy notando claramente que, en lugar de protegerlo, lo quieren quemar, ya sea con la Copa América o la Copa Oro. Pero que lo quieren quemar, de eso estoy convencido.

Si realmente le quieren dar importancia a uno de los torneos, lo normal sería que como en la etapa del “Chepo” de la Torre, pongan en la Copa América a un entrenador, y según los “genios” le están dando más importancia a la Copa Oro, pues ahí es donde debe ir Miguel Herrera.

Y me parece indignante que si no se gana la Copa Oro, la responsabilidad y culpa sea sólo del entrenador. Y si no se llega a la semifinal de la Copa América, sea culpa y responsabilidad del entrenador.

Más bien, yo diría que como no se están tomando las decisiones correctas y porque las gestiones que se han estado haciendo, no son las indicadas, lo que debería suceder, en lugar de querer “quemar” al entrenador y al cuerpo técnico de la Selección (y algunos jugadores), se debería de ir “quemando” a aquellos dirigentes que de poco le sirven al fútbol mexicano.

¡Que te lo digo yo!