El juego creó la cultura. La actividad de entretenerse golpeando una piedra y conseguir una meta fue acaso una de las primeras actividades organizadas de un equipo que dieron paso a otras. Eso lo sabe bien Rafa Villaseñor, el coach del equipo de futbol (soccer) de la Paramount High School, quien observa a sus muchachos correr como venados y patear un balón con la precisión de un Leo Messi.
“Ja jaaa- Tenemos tan buenos jugadores que hasta podríamos hacer dos equipos”, dice. “Una de nuestras ventajas es que ellos juegan sin egoísmo. Tocan muy bien el balón, y desde antes, con sus familias es parte de su tradición”.
Es por eso, que en el equipo no hay un solo goleador, sino varios: Bryan Ortega, Oscar Canela y Christian Pérez.
Y también por eso, el equipo que está en los playoffs de la CIF tiene tres campeonatos regionales (2010, 2011 y 2012) y dos estatales (2010 y 2012).
“Por ejemplo, Bryan, que es un jugador muy rápido, no solamente mete goles sino que pone buenos pases a sus compañeros”, dice.
Nacido y crecido en Paramount, Villaseñor considera que el futbol es la puerta de entrada para otra interacción social donde se juntan varios grupos étnicos, y conviven familias de distintos orígenes.
“Mira, yo ahorita vivo en Orange, y veo cómo se juntan a jugar persas, iraníes, alemanes- de todo. Es el ‘Melting Pot’. Además de que este es un deporte para toda la vida”.
También es parte de la identidad.
“Mi padre vino a California a los 16 años a trabajar como bracero, y luego en la jardinería. Es de Degollado, Jalisco, le va a las Chivas y desde joven organizaba a sus equipos para jugar en Santa Ana o en Long Beach. Ahora, también mi hija Samantha juega futbol”.
Y así como en alguna zonas afluentes, donde por lo regular hay más casas con albercas, los deportes acuáticos suelen ser el fuerte de las escuela preparatorias, en Paramount, el apoyo que la ciudad da al futbol hace que los muchachos lleguen a la escuela bien entrenados.
El sentido de identidad que tiene Villaseñor hacia Paramount hace que aunque tenga que manejar 80 millas diarias desde Lake Forest, llega todos los días a su escuela, y, con frecuencia llega a visitar a Don Nacho, su padre.
“Yo a veces, como hoy, llego primero a tomarme un cafecito con mi padre, antes de venirme a la escuela. Y aquí hay como unos veinte maestros que también nos graduamos en esta escuela. Yo cuando empecé a trabajar, le dije al director: nomás no vaya a pensar mal cuando me vea que a alguna alumna le doy un beso, porque seguramente que se trata de mi sobrina- Ja Jaa”, dice bromeando.
Miembro de una familia de 7 hermanos y hermanas, Villaseñor, al igual que otro hermano fueron a la Universidad del Sur de California, y gracias a que sus padres se ocuparon de fomentarles el deporte y ver la educación como un asunto “religioso”, se siente cómodo integrando varias tradiciones culturales.
En la familia, no solamente les gusta el futbol soccer, sino también el futbol americano. La mayoría son seguidores de los Raiders, pero también hay primos que le van a los 49 ers. Sin embargo acepta que cada vez más los padres de familia se muestran más inclinados al soccer, por temor a las lesiones que conlleva la práctica del deporte de las tacleadas.
“Aquí ya se ve un declive. Los padres prefieren que sus hijos jueguen soccer. Yo creo que por esto, el futbol (soccer) va a ser más importante, aunque ahorita no hay tantas becas para ir a las universidades, como hay en el americano”.
“Este es un deporte para toda la vida”, dice al comentar la forma en que el soccer es acaso el único deporte que los adultos practican los fines de semana en los parques comunitarios.
Y aunque no se reduce a esto, en el futbol, los muchachos desarrollan el sentido de planeación, colaboración y obtención de resultados.
De cara al entrenamiento que se está dando sobre un campo sintético, Villaseñor dice que hay tres cosas que son básicas en el juego: integridad, juego en equipo y planeación estratégica.
“El tipo de juego que nosotros estamos haciendo es de toque rápido por abajo, porque en muchos de los equipos a los que nos enfrentamos traen jugadores más altos- Estos muchachos juegan como en familia. Bryan Ortega, que es el más rápido, tiene más pases a gol que goles”.
El equipo de la Paramount High School el pasado fin de semana había descansado por su mejor posición, y si todo va bien la próxima semana podría estarse encaminando hacia la final del 5 de Marzo.
“A nosotros, los únicos que nos podrían ganar somos nosotros mismos”, dice Villaseñor, “tenemos un buen equipo”.
Y el trabajo en equipo no se reduce a los jugadores, sino también al equipo de técnicos, en los que se incluye Edward García, Tony Flores, Luis Silva e Ignacio Villaseñor.
Con ellos ha hecho tan buen trabajo que la fama del equipo ha crecido al grado de que con frecuencia recibe correos electrónicos de muchachos de otras ciudades y escuelas que desearían tener una oportunidad de jugar aquí.
Pero él tiene claro lo que a final de cuentas es lo más importante.
“Mi meta es que ellos agarren becas para ir a las universidades, más que ganar campeonatos de divisiones”.
Rafa también sabe que hay cuestiones más difíciles de definir.
Como cuando se trata de recortar preferencias, en caso de que se enfrentaran el Galaxi contra el Guadalajara.
“Uuuhh- That’s tough”.