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CALIFORNIA: Huntington Park, una muestra de la transición entre viejas y nuevas formas de hacer comercio

  • Huntington Park, California.- Tienda de ajuares para quinceañeras y bodas.

    Huntington Park, California.- Tienda de ajuares para quinceañeras y bodas.

  • Huntington Park, California.- Aspecto de la Avenida Pacific donde del...

    Huntington Park, California.- Aspecto de la Avenida Pacific donde del 10 al 11 de Abril se realizará el Carnaval de Primavera organizado por la Cámara de Comercio local.

  • Huntington Park, California.- La Avenida Pacific es una muestra de...

    Huntington Park, California.- La Avenida Pacific es una muestra de viejas y nuevas formas de hacer negocio en la comunidad de inmigrantes latinos. En la gráfica, una de las paradas del transporte urbano.

  • Leticia Martínez, presidenta interina de la Cámara de Comercio de...

    Leticia Martínez, presidenta interina de la Cámara de Comercio de Huntington Park.

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En la Avenida Florence, dos hermanas atienden un carrito de fruta y una cubeta de cacahuates. La que vende cacahuates, también tiene un muestrario de estuches para teléfonos celulares y cinturones. Con una asombrosa habilidad, la frutera corta mangos petacones, sandía, coco, pepinos, piña y naranjas que coloca en una bolsita, por cinco dólares.

“Este no es mi trabajo. Mi trabajo es de noche”, dice cuando se le pregunta desde cuándo lo hace.

Huntington Park, donde se celebrará el Carnaval de Primavera del 10 al 12 de Abril para atraer visitantes de todo el Sur de California, es una ciudad que muestra las bondades y limitaciones del comercio hispano.

Como muchos otros residentes de Huntington Park, la frutera “estira la economía” para hacer que lo que entra, salga, sin muchas deudas.

Ella es parte del tejido social que han creado los inmigrantes. Ella tiene tal empatía con sus clientes que hasta juega con el doble sentido de la conversación.

“¿Cómo es que no quiere pepino, ni chile?-“, pregunta con una risilla a una señora.

Huntington Park es una ciudad que desafía la “nomenclatura” y que representa muchos de los cambios del Sur de California, la iniciativa, pero también la improvisación. Casi cualquier cosa se puede encontrar en la Avenida Florence, desde un costal de boxeo hasta una terapia biónica o la lectura de cartas, o las tiendas de cadena en la Plaza Alameda.

Sin embargo, algo diferente está ocurriendo en la Avenida Pacific, donde algunos comerciantes se quejan del exceso de permisos que está dando la ciudad a un mismo tipo de negocios.

“Uy, mire, solamente váyase caminando por aquí, y va a encontrar más de cien tiendas de quinceañeras y bodas”, dice Estela Cáceres, quien junto con su hermana Blanca, oriundas de Sonsonate, El Salvador, atiende “Majestic Bridal”.

Lo mismo opina Héctor Palacios, quien tiene un estudio fotográfico ahí cerca. Palacios cree que el alto costo de las rentas, los parqueaderos que solo se manejan con monedas y la conversión de los estacionamientos públicos de la ciudad en edificios para renta de seniors, han quitado mucha de la comodidad de los visitantes.

Sin embargo, Eddie Moscoso, quien tiene una tienda de accesorios para teléfonos celulares y otros artículos de bajo precio, asegura que en 14 años no ha tenido una mala temporada.

“Nunca he tenido un mal año”, dice, “yo aquí vendo mochilas, teléfonos, accesorios-“

Durante los eventos del carnaval, Moscoso saca unas mesas para ofrecer sus productos y asegura que no le va mal.

En tres diferentes días que se visitó la ciudad, era contrastante ver el bullicio de los consumidores en la Plaza Alameda, que se estacionaban gratuitamente frente a las tiendas Ross y Marshall, y la escasa entrada a las tiendas de la Pacific.

Un empleada de una tienda de playeras decoradas con símbolos de la cultura moderna (Monroe, Che, Nirvana, Chapo…) y deportivas lo puso de manera muy llana.

“Mire usted, cómo está ahorita. Usted Juzgue. Así ha estado”, dijo mirando la tienda sola. “Otras veces, mientras unos llegan a comprar, otros vienen a robar”.

En la tienda se anunciaban también la venta de boletos para el partido amistoso de la Selección Mexicana contra Ecuador.

“El problema es que muchos que compran los boletos dicen que ya no les alcanza para las playeras”, dijo la empleada a condición de no dar su nombre.

El comercio es extremoso. Mientras que hay pequeños comercios que venden lo mismo bolsas Calvin Klein y artículos de santería, hay otras que resienten que se den exceso de permisos a un solo tipo de negocios.

Estela Cáceres dice que esto ha hecho que se rebaje demasiado la mercancía a precios poco competitivos.

“Esto ya no da mucho”, dice, “el cliente se va a lo más bajo”.

Tanto Cáceres como Palacios han estado establecidos ahí por más de un cuarto de siglo, y recuerdan bien las mejores épocas del comercio.

Lo curioso es que Cáceres no se queja de la competencia, sino de la falta de diversidad. Cree por ejemplo que las tiendas de cadena de los nuevos centros comerciales de la Avenida Florence son benéficas.

“Claro que sí. Mucha gente que viene a esos centros luego podría venir a visitarnos”, dice.

Leticia Martínez, directora ejecutiva interina de l Cámara de Comercio, sabe de algunos de estos problemas.

Próximo a celebrarse el Carnaval de Primavera, cree que este evento y el que se realiza a principios de Octubre, “Sabor de México Lindo”, ayudan a traer clientes al comercio local y a mostrar las ventajas del consumo en Huntington Park.

Explica que el evento que va a cumplir 22 años surgió luego de los Disturbios de Los Angeles de Rodney King, y cuando Huntington Park se convirtió en la Ciudad No. 1 en el robo de autos.

“La gente ya no quería venir”, dice, “por eso organizamos estos festivales”.

El Carnaval de Primavera ocupa 9 cuadras sobre la Avenida Pacific, mientras que “Sabor México Lindo” se extiende por 12, y atrae alrededor de medio millón de visitantes, la mayoría hispanos, según la Cámara de Comercio.

Con puestos de comida, juegos mecánicos y artistas, el Carnaval de Primavera se anuncia como el “festival gratuito de tres días más grande de California”.

Leticia Martínez dice que el problema del estacionamiento “ha sido un tema de discusión por años. La Cámara de Comercio fuimos los primeros en plantearlo a la ciudad”.

Pero como es parte de un bono al que se comprometió la ciudad es difícil hacer un cambio.

Ella reconoce que tanto la Plaza Alameda como la Magnolia en South Gate han incrementado la competencia de los comerciantes.

Martínez considera que los resultados de los eventos han sido positivos.

“Los comercios que apenas abren aprovechan esos días para sacar su mercancía”, dice.

El costo para quienes quieran exponer va de 300 dólares a 3,000 por tres días, dependiendo si se trata de un vendedor pequeño o un puesto de comida.

Una de las primeras cosas que saltan a la vista en el comercio de Huntington Park es esa transición entre las viejas costumbres del comercio y la nueva ola de las cadenas.

Mientras que en otras ciudades los parquímetros funcionan con tarjetas, aquí se tiene que llevar monedas, y en el mismo edificio donde se alberga la Cámara de Comercio, hay un local de “estimulación biónica” y masaje donde se advierte “solo cash”.

Martínez asegura que se están realizando constantemente talleres para actualizar a los comerciantes.

Jose.fuentes@impactousa.com