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Washington, 2 jun (EFEUSA).- La gobernadora de la Reserva Federal (Fed) Lael Brainard advirtió hoy de que la reciente ralentización de la economía de Estados Unidos en el primer trimestre puede no ser tan transitoria como se pensaba.

En un discurso sobre política monetaria en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, la gobernadora apuntó también que las perspectivas de rebote podrían ser “optimistas”, lo que agrega dudas a la posible subida de tipos de interés en los próximos meses.

“Los datos están presentando un imagen mixta (…), puede haber razones para no ignorar por completo los recientes indicadores”, aseguró Brainard.

La gobernadora, que forma parte del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed que decide la política monetaria del país, ofreció una visión cautelosa del proceso de normalización en el que se encuentra embarcado el banco central.

La charla se produce a apenas dos semanas de una nueva reunión de la Fed en la que emitirá su tradicional comunicado, con la expectación en los mercados de ver señales sobre la posible fecha del alza de tipos, actualmente entre el 0 % y el 0,25 %, algo que parece haberse retrasado tras los tibios datos económicos recientes.

En un principio, se esperaba junio o septiembre como posibles fechas, pero ahora los analistas prevén que pueda retrasarse hasta finales de año.

Especialmente relevante fue el dato del producto interior bruto (PIB), cuya segunda estimación situó a la economía de EEUU en contracción del 0,7 % en el primer trimestre del año, y arroja incertidumbre sobre una recuperación que se consideraba sólida.

“Es de valorar una espera vigilante mientras indicadores adicionales ayudan a clarificar el empuje subyacente de la economía”, dijo Brainard, que hasta hace un año ocupó el cargo de subsecretaria de Asuntos Internacionales del Tesoro.

De hecho, agregó, “no sería la primera vez que esta recuperación ha avanzado a trompicones” y parece que “el avance se ha mostrado relativamente susceptible a sucesivos vientos de cara”.

Entre ellos, señaló que podría haber habido demasiado “optimismo” acerca de las “implicaciones negativas para la demanda agregada de la significativa apreciación del dólar y el gran declive en el precio del petróleo”.

Desde el pasado mes de junio, el dólar se ha apreciado más de un 10 % respecto al yen y al euro, lo que ha supuesto un freno para el sector exportador estadounidense, y el sector energético ha mostrado en los últimos meses un continuado proceso de desinversión a causa de los bajos precios internacionales de crudo. EFEUSA