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Los Angeles, 30 dic (EFE).- Motivados por el deseo de cooperar en un evento de impacto mundial, familias hispanas colaboran activamente en el embellecimiento de las carrozas que el 1 de enero participarán en el Desfile de las Rosas en Pasadena (California).

“Año tras año he visto tanta gente que llegan con familias para decorar estas creaciones y cuando subo a la carroza con Sebastián (su ave mascota) veo a toda la gente que ha trabajado en los carros (conmigo)”, dijo a Efe Raúl Rodríguez, diseñador de carrozas.

“Para ellos es algo personal, porque han trabajado en algo para demostrarlo al mundo”, explicó el artista frente a la carroza de las aerolíneas de China, que es un ave Fénix sobre cinco linternas, en la que, con su pájaro Sebastián al hombro, desfilará el 1 de enero en el Desfile de las Rosas.

El Desfile de las Rosas del año 2009 en el bulevar Colorado de Pasadena se hará bajo el título “quitémonos el sombrero ante el entretenimiento”.

Con este tema en mente fueron diseñados los 46 vehículos enflorados que junto a 20 grupos ecuestres y 21 bandas musicales formarán un solo espectáculo.

El desfile de Pasadena se ha convertido en una tradición internacional en la mañana del primer día de cada año porque se transmite por televisión a múltiples países.

En Azusa (California), bajo el techo donde la empresa constructora Festival Artists construyó este año 6 carrozas, grupos de organizaciones no lucrativas, escuelas y familias enteras llegan con el fin de colaborar para terminar de decorarlas.

“Doy gracias a Dios por el talento que me dio; pero (doy más gracias a Dios) porque hallé un lugar donde puedo trabajar con tantos (colaboradores) para que juntos podamos hacer un mundo más lindo”, aseguró Rodríguez quien exhibirá 14 carrozas.

Al pie de una serie de estrellas de una de las secciones de la carroza denominada “quitémonos el sombrero a la música disco”, Antonio Matos, originario de Madrid (España), corta flores rojas de los tallos para pegarlas posteriormente en diferentes partes de las carrozas de acuerdo al color que el diseñador ha querido resaltar.

“Llevo 18 años viviendo aquí y desde hace 10 años colaboro porque por parte de mi mujer, que es estadounidense, tengo familiares que han trabajado haciendo carrozas”, explicó Matos.

“Y ahora que tengo dos niños los traigo a ellos, a sus primos, y como mi esposa es líder de los boys scouts también se trae a toda su tropa a colaborar”, agregó.

Las flores a las que Matos les puso pegamento fueron pegadas posteriormente en la carroza por sus hijos Lucas e Isabel.

Los carros alegóricos entran a concurso con la organización Desfile de las Rosas y la base principal del certamen es que los colores y las texturas de las figuras sobre los vehículos sean creados con flores, hojas, semillas o fibras naturales.

“Lo que a mi me gusta es el detalle artístico con que se trabaja, por ejemplo estuvimos pegando semilla de cebolla, que es una semilla muy pequeña de color negro”, señaló Matos.

“Y como me explicaron la primera vez que vine a trabajar es ese nivel de detalle que hace que las carrozas se vean tan preciosas y tan bonitas”, afirmó.

En otra sección del mismo vehículo, mientras pegaba margaritas amarillas sobre una estrella, el californiano Jehovanni Macías contó que su novia le inscribió como parte del grupo de ayuda comunitaria denominado “Girls Inc.”

“Esto es interesante, porque cualquier cosa que uno haga será visto por todo el mundo”, aseguró.

Entre ruidos de taladros, olores a pegamento y pintura, Miguel Alcaraz, gerente de producción de Festival Artists, destacó que los hispanos que trabajan en montar y adornar las carrozas arrastran también a sus familias.

“Esta es una experiencia única porque todos los años los temas son diferentes y los diseños son todos nuevos”, finalizó. EFE