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Oscar Vázquez: De indocumentado a genio de la robótica, y de ahí a Hollywood

  • En la película "Spare Parts", un actor caracteriza a Oscar...

    En la película "Spare Parts", un actor caracteriza a Oscar Vázquez.

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    Oscar Vázquez (3ro. izq.) lideró al equipo que ganó el concurso de robótica en contra de las universidades más prestigiosas del país. Su equipo ganó el 1er sitio.

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El Paso (TX), 26 feb (EFEUSA).- La curiosidad y el empeño llevaron al hispano Óscar Vázquez a pasar de ser un indocumentado más en este país a ser considerado un genio de la robótica, en una aventura que captó la atención de Hollywood y fue llevada al cine.

La película “Spare Parts”, estrenada el mes pasado en Estados Unidos, está basada en la historia real de cuatro estudiantes mexicanos e indocumentados, entre ellos Vázquez, que en 2004 ganaron un concurso de robótica persiguiendo su ‘sueño americano’.

Óscar Vázquez, precursor del proyecto que obtuvo el premio en el concurso de robótica, creció en un pueblito rodeado de indígenas y montañas, en el norte de México, antes de internarse a Estados Unidos de la mano de su madre y ayudado por un “pollero”.

“Me vine de Temosachi a Estados Unidos cuando tenía 12 años, luego fui a la secundaria y a la preparatoria”, dijo a Efe Óscar Vázquez, de 28 años, vía telefónica desde su casa en Glendive (Montana).

Cuando decidió llevar a cabo el invento, el mexicano cursaba la secundaria en Phoenix, Arizona.

Como era consciente de que su condición de indocumentado le impediría formar parte del Ejército de EE.UU., que era su verdadera vocación, convenció a Cristian Árcega, Lorenzo Santillán y Luis Aranda para fabricar un robot submarino y con ello intentar labrarse un futuro mejor en un país que no los había visto nacer.

Con su proyecto, los cuatro alumnos de secundaria ganaron un concurso nacional de robótica submarina superando a estudiantes de algunos de los mejores colegios y universidades del país.

“En ese tiempo no había muchas cosas que hacer, cuando me enteré de un programa de robótica, que siempre me había gustado, y eso me llamó la atención”, afirmó.

El joven, nacido en la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua, fronterizo con Nuevo México y Texas, dice que mientras otros equipos concursantes utilizaron herramientas y materiales de primera calidad para construir sus robots, ellos emplearon materiales cotidianos, tales como tubos de PVC.

En total gastaron 800 dólares que recaudaron para construir su robot, al que llamaron “Stinky” (apestoso en español). El nombre se lo dieron por el fuerte olor a pegamento que despedía la estructura hecha con tubos de PVC.

“Lo difícil era que no teníamos experiencia. Era un robot submarino que tenía muchos objetivos, como manipular objetos, tomar agua y químicos, y también podía medir distancias”, agregó.

La revista Wired, especializada en reportar cómo las tecnologías emergentes afectan la economía, la política y la cultura de los estadounidenses, publicó un artículo del logro de los estudiantes indocumentados y eso les dio notoriedad.

“Se enviaron comunicados de prensa a muchas revistas para que vinieran a conocer más sobre nuestra historia y fue cuando la revista Wired escribió lo que hicimos”, mencionó.

El cineasta Michael Peña se interesó en la historia y se contactó con ellos para realizar un documental llamado “Underwater Dreams” (Sueños bajo el agua), que narra la odisea de los estudiantes mexicanos para lograr la fabricación del robot.

Vázquez continuó en la búsqueda de su “sueño americano” y pese a ser indocumentado superó las dificultades y pudo matricularse en la Universidad Estatal de Arizona.

Con becas privadas y trabajos adicionales dentro del plantel, el joven se graduó de Ingeniería.

En 2009, luego de graduarse y con elevadas espectativas por el éxito de su proyecto tecnológico, Óscar decidió volver a cruzar la frontera con México y solicitar en Ciudad Juárez en el Consulado de Estados Unidos una visa de trabajo y un permiso de residencia, para regularizar su situación en este país.

Como ambos documentos le fueron negados, tuvo que permanecer cerca de un año en territorio mexicano, separado de su esposa y su hija, hasta que el senador demócrata Dick Durbin se enteró de sus dificultades e intervino a su favor.

En agosto de 2010, Vázquez regresó a Estados Unidos, pero esta vez por un puerto de entrada de El Paso, Texas.

“Desde que estuve en el programa de robótica la vida me cambió porque me dio la oportunidad de volver a este país”, dijo el mexicano, cuyo caso ha seguido recibiendo la atención de la prensa internacional.

Ese mismo año, Oscar cumplió su objetivo de unirse al Ejército, donde llegó a ser sargento.

A mediados de enero de 2015, de la mano de Jamie Lee Curtis, Marisa Tomei y George López, y dirigida por Sean McNamara, se estrenó la película basada en la historia de Vázquez y sus compañeros, que en los próximos meses se estrenará en Latinoamérica bajo el título de “La vida robot”.

El filme plasma las dificultades que afrontaban estos adolescentes, que mientras deseaban convertirse en estadounidenses vivían con el miedo de ser deportados en cualquier momento.

“El propósito de la historia es que los jóvenes se inspiren y no pierdan sus esperanzas”, agregó el mexicano, quien dice que muchos estudiantes “soñadores” se sienten motivados después de platicar con él.