Chicago (IL), 16 jul (EFEUSA).- Grupos de inmigrantes de Chicago presentaron hoy la caravana de autobuses que el próximo 2 de agosto viajará hacia Washington para participar en la campaña nacional #Not1 more (Ni una más), con el fin de pedir al presidente Barack Obama que detenga las deportaciones.
“Queremos que el presidente ponga sus palabras en acción”, dijo en conferencia de prensa la activista Rosi Carrasco, de la organización Undocumented Illinois, al recordar la promesa hecha por el presidente Obama de tomar acción administrativa por la falta de una reforma migratoria.
El presidente anunció este mes que actuará por su cuenta después de que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, le comunicara que no someterá a voto la reforma migratoria este año.
Desde varios puntos de Chicago saldrán el 1 de agosto cinco autobuses con activistas, indocumentados y familiares de deportados y en la capital se unirán al día siguiente a otros grupos como parte del Día de Acción Nacional.
En la conferencia de prensa realizada frente a las Oficinas de Inmigración y Aduanas (ICE), en el centro de Chicago, Carrasco instó a Obama a tomar esas medidas administrativas para aliviar la situación de los indocumentados.
“Tiene que ayudar a tantas familias como pueda y lo más pronto posible”, dijo la activista, para quien las medidas que se anuncian para el final del verano podrían ser un cambio fundamental para el gobierno.
“Obama tiene la oportunidad de dejar de ser el jefe de las deportaciones, y de convertirse en el presidente que ayudó a las familias inmigrantes a vivir con dignidad en este país”, afirmó.
María Sánchez, madre de Octavio Sánchez, que fue deportado el año pasado, describió sus razones de ir a Washington.
“En noviembre pasado vi el autobús que se llevó a mi hijo rumbo al aeropuerto para ser deportado y lo arrebató de su familia. El próximo mes me uniré a la caravana que irá a Washington porque no quiero que otras madres sufran el dolor y temor que yo viví”, expresó.
Por su parte, Genoveva Ramírez, que está en proceso de deportación, dijo que no quiere ser separada de su familia. “Qué van a hacer mis hijos y mis nietos, porque todos vivimos en este país”, declaró.
Lo mismo expresó en la misma conferencia de prensa Dina Albayero, quien solicitó la renovación de su visa humanitaria y vive con la incertidumbre de no saber cuál será la respuesta de inmigración.
“No me responden y no sé si me van a dejar seguir viviendo en el país”, indicó.
Carrasco señaló que el presidente Obama les advirtió que debían tener “expectativas realistas” sobre sus medidas administrativas.
“Lo único posible sería expandir la acción diferida que ha beneficiado a jóvenes indocumentados para que puedan permanecer en el país y trabajar. No sería realista que nuestras comunidades tengan que aceptar cambios mínimos que dejarían a muchos sin alivio”, agregó.
El congresista por Illinois, Luis Gutiérrez, informó recientemente que el Caucus Hispano en el Congreso recomendó al presidente un conjunto de opciones “amplias y profundas”, que no fueron detalladas.
En su opinión, Obama debería actuar con “rapidez y audacia” y apelar a órdenes ejecutivas para proteger a los padres de millones de niños nacidos en Estados Unidos, y de los jóvenes amparados por la acción diferida.
“No serían legalizados como ocurriría con la reforma migratoria, pero se les podría suspender la deportación y otorgar permiso de trabajo y número de seguro social para que puedan manejar y cuidar de sus familias”, dijo Gutiérrez en un acto realizado en la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR).EFEUSA