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Los Ángeles, 13 feb (EFEUSA).- El Día de los Enamorados representa para muchas parejas una muestra más de las diferencias que hay entre las expectativas que hombres y mujeres tienen en sus relaciones, lo que, a menudo, lleva a disputas y malos entendidos.

“Como siempre, en cualquier tipo de relación, no sólo afectiva sino de negocios, política o social, hay que tratar de centrarse más en los intereses comunes que en las diferencias”, comentó a Efe Niza Rodríguez, psicóloga educativa experta en relaciones familiares.

La diferencia de psicología y de los niveles de sensibilidad entre hombres y mujeres es tan importante que se tiene en cuenta incluso en las relaciones comerciales.

En un artículo publicado en la revista de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, el profesor y experto en negociación, Alejandro Zamprile, señaló que “hay que entender que los hombres y las mujeres somos diferentes; las reacciones, las formas de afectividad e, incluso, la forma en que nos comunicamos es distinta”.

Esas diferencias, contrastadas en el libro “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, escrito por Jhon Gray y que se convirtió en el libro de no ficción más vendido hasta 1997 de la Editorial HarperCollins, son las que hacen que no siempre sea fácil mantener la relación de pareja en un plano positivo.

“La mujer podría estar hablando de 15 pequeñas cosas que le han sucedido. Aunque ella quiere ser comprendida, él está descartando estas cuestiones como menos importantes que otros problemas mayores, como planear negocios para aumentar su ingreso y mejorar la calidad de vida de los dos”, describe Gray en su libro.

“La distinta forma en la manera de comunicarse, aunque no es absoluta ni se cumple rigurosamente, puede traer, en general, dificultades en la relación”, acotó Rodríguez.

“Mientras él quiere ir al punto en cosas esenciales, ella necesita hablar de los pequeños problemas que están afectando su vida diaria y, si ambos no hacen un esfuerzo para escucharse mutuamente, la calidad del intercambio se deteriora”, detalló.

En este aspecto, el sacerdote Joan Marqués Suriñach, autor de “El valor de los defectos ajenos” ofrece algunas reglas de oro: “no peleen los dos al mismo tiempo. No grite el uno al otro, a no ser que la casa se esté hundiendo. Si uno de los dos quiere ganar en la discusión, deje que lo haga el otro”.

Otras recomendaciones ofrecidas por Marqués Suriñach incluyen criticar por amor y no por resentimiento, no restregar los errores pasados, ser indulgente especialmente con el cónyuge y reconocer cuando se ha cometido una equivocación, pidiendo perdón.

Para el Dr. David Isaacs, experto internacional en relaciones de pareja y educación familiar, es esencial que exista un acuerdo en los temas fundamentales del hogar, respetando las diferencia personales.

“Si existe un acuerdo en los asuntos fundamentales o se está luchando para llegar a un acuerdo, el estilo personal de cada cónyuge da riqueza al matrimonio”, afirma Isaacs en su artículo titulado la comunicación y la toma de decisiones en el matrimonio.

De esta forma, las diferencias personales, en lugar de debilitar la relación, la enriquecen con el aporte de cada uno. “No buscamos una uniformidad en el comportamiento de los cónyuges, sino una interpretación personal de una misma realidad”, explica Isaacs.

Si se tiene una buena comunicación en la relación de pareja, las diferencias en las expectativas personales de cada uno podrán ser más fácilmente atendidas.

“En general, la mujer tiende a buscar seguridad, estabilidad y cariño entre otras cosas importantes y a tener un sentido más práctico de la realidad “, dijo Rodríguez.

“Por el contrario, el hombre tiende a ser más emprendedor y arriesgado -aunque más soñador e idealista- y busca encontrar en el hogar un sitio de descanso para sus luchas”, agregó.

La psicóloga consideró que las diferencias en la visión de la vida entre el hombre y la mujer son importantes, pero resaltó que no se puede encasillar a nadie en una tipología masculina o femenina.

“El matrimonio debe ser la búsqueda de una complementación mutua, con raíces más profundas que la simple afectividad”, aseveró.

Aunque para una mujer “puede ser imperdonable” que un hombre olvide la fecha de su cumpleaños, su aniversario o el Día de los Enamorados, en la relación de pareja deben existir nexos verdaderamente sólidos para enfrentar la vida.

“El ‘enamoramiento’ o incluso la atracción física tienden a debilitarse con el tiempo, mientras, por el contrario, la decisión libre de amar a una persona se puede fortalecer día a día”, concluyó Rodríguez. EFEUSA