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Obama “corrige la historia” con medallas a veteranos hispanos discriminados

El presidente estadounidense, Barack Obama (atrás), condecora con la Medalla de Honor al veterano Santiago Erevia en el Salón Este de la Casa Blanca en Washington DC (EE.UU.) hoy, martes 18 de marzo de 2014. Obama impuso hoy Medallas de Honor a 24 veteranos de guerra, 17 de ellos hispanos, por su "valor inimaginable" y para corregir una injusticia histórica, ya que no se les había dado antes por discriminación. Del grupo de 24 veteranos, la mayoría hispanos, pero también judíos o afroamericanos, solo tres han sobrevivido para ver este momento convertido en realidad: los combatientes de la Guerra de Vietnam Erevia, José Rodela y Melvin Morris.
El presidente estadounidense, Barack Obama (atrás), condecora con la Medalla de Honor al veterano Santiago Erevia en el Salón Este de la Casa Blanca en Washington DC (EE.UU.) hoy, martes 18 de marzo de 2014. Obama impuso hoy Medallas de Honor a 24 veteranos de guerra, 17 de ellos hispanos, por su “valor inimaginable” y para corregir una injusticia histórica, ya que no se les había dado antes por discriminación. Del grupo de 24 veteranos, la mayoría hispanos, pero también judíos o afroamericanos, solo tres han sobrevivido para ver este momento convertido en realidad: los combatientes de la Guerra de Vietnam Erevia, José Rodela y Melvin Morris.
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Washington, 18 mar (EFEUSA).- El presidente Barack Obama impuso hoy Medallas de Honor a 24 veteranos de guerra, 17 de ellos hispanos, por su “valor inimaginable” y para corregir una injusticia histórica, ya que no se les había dado antes por discriminación.

“Las vidas brillantes tras estas caras sonrientes de esas viejas fotografías reflejan toda la belleza y diversidad del país al que sirvieron”, destacó Obama en una ceremonia en la East Room de la Casa Blanca.

Del grupo de 24 veteranos, la mayoría hispanos, pero también judíos o afroamericanos, solo tres han sobrevivido para ver este momento convertido en realidad: los combatientes de la Guerra de Vietnam Santiago Erevia, José Rodela y Melvin Morris.

Erevia, de San Antonio (Texas), destruyó varios búnker enemigos y salvó a sus malheridos compañeros, mientras que Rodela consiguió reorganizar a su compañía, asumiendo el liderazgo y estableciendo líneas de defensa pese al intenso fuego enemigo.

“Estos son estadounidenses extraordinarios, soldados ejemplares”, que según el presidente mostraron un valor y patriotismo “inimaginables”.

Obama recordó que esta ceremonia, la mayor de un solo grupo de receptores de la Medalla de Honor desde la II Guerra Mundial, fue posible gracias a una orden del Congreso de 2002 para revisar los historiales de soldados que fueron discriminados por su raza, credo u origen.

En su opinión, esta ha sido una oportunidad “excepcional” para “corregir la historia” y asegurarse de que “aquellos que sirven al país y nuestra bandera reciben el agradecimiento que se merecen”.

Las acciones heroicas de estos hispanos, judíos y afroamericanos van desde los campos de batallas de Alemania durante la II Guerra Mundial, hasta las selvas de Vietnam , pasando por el inhóspito terreno y extremo clima de Corea del Norte.

Estos veteranos ya contaban con la Cruz al Servicio Distinguido, la segunda más importante condecoración militar en Estados Unidos, aunque una revisión ordenada por el Congreso determinó que eran merecedores del más alto honor.

“En lo peor de la batalla estas personas se negaron a rendirse y nos inspiran hoy con su fuerza, su voluntad y sus heroicos corazones”, aseguró Obama tras colocar la Medalla de Honor a los tres únicos exmilitares vivos y dar el galardón a los familiares de los otros 19.

Diez de los homenajeados dejaron su vida en el frente y uno de ellos, Joe Baldonado, aún sigue desaparecido en Corea del Norte, donde Estados Unidos ha intentado durante décadas reanudar operaciones de rescate de restos pese a las malas relaciones con Pyongyang.

De los homenajeados, dos nacieron en México (el sargento Jesús Durán y el soldado Pedro Cano) y cuatro en Puerto Rico (Félix, Conde-Falcón, Juan Negrón, Demensio Rivera y Miguel “Nando” Vera, que, pese a ello, se expusieron a la muerte o dieron la vida por Estados Unidos.

En diciembre de 1944, Cano eliminó él solo a 30 enemigos alemanes en dos días y acabó con varios soldados que los acosaban haciéndose el muerto y sorprendiéndoles con una granada, mientras que casi siete años después Negrón mantuvo a raya a norcoreanos durante toda una noche él solo, eliminando a 15 enemigos.

Otras historias como las de Joe Gandara, Salvador Lara o Manuel Mendoza, en la II Guerra Mundial; Víctor Espinoza, Eduardo Gómez, Mike Peña, en la Guerra de Corea, y Candelario García, Ardie Copas o Leonard Alvarado, no le van a la zaga pese a que sean relmente difícil de emular.

Obama opinó que demostraron un “coraje que desafía a la imaginación” al correr entre balas enemigas, asaltar tanques a cuerpo descubierto, cubrir con sus cuerpos a compañeros, contener al enemigo “mano a mano, en muchos casos hasta su último aliento”.

“Sus familias saben más que nadie que porque otros dieron su vida, hemos podido vivir las nuestras en libertad y perseguir nuestros sueños. Un legado nacido del sacrificio”, añadió Obama. EFEUSA