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Carlos Flores estudiante de economía en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)
Carlos Flores estudiante de economía en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)
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Denver (CO), 9 feb (EFEUSA).- El creciente número de hispanos que ingresa en las universidades, porcentualmente casi al mismo nivel que los anglosajones, no garantiza su éxito a menos que además se les ofrezca respaldo académico y financiero, según Katherine Valle, del Instituto de Políticas de Educación Superior (IHEP).

En su nuevo estudio, Valle expresa que “la buena noticia es que la cantidad de latinos que tras graduarse de la escuela secundaria inmediatamente se enrola en la universidad ha crecido significativamente en la última década, con porcentajes actuales equiparables a los de los estudiantes blancos”.

Según datos del Departamento de Educación federal presentados por Valle, poco más del 60 % de jóvenes latinos y blancos no hispanos cursa estudios universitarios o de educación superior de dos años.

En el caso de los latinos, eso significa 25 puntos porcentuales más que hace 30 años, pero, alertó, todavía hay mucho que mejorar.

“Desafortunadamente, muchos de los estudiantes que comienzan la universidad nunca la terminan”, enfatizó Valle, que explicó que esta situación se debe a que no se reconocen las “responsabilidades y barreras” que muchos estudiantes latinos enfrentan, especialmente en colegios comunitarios, llevan a “prolongar los estudios y, por eso, la fecha de graduación”.

Por ejemplo, casi dos de cada tres latinos universitarios trabaja de tiempo completo y poco más de la mitad de ellos son los primeros en su familia en llegar a la universidad.

A la vez, cuatro de cada diez latinos depende de subsidios federales para pagarse sus estudios y casi la tercera parte está a cargo de una familia. De hecho, uno de cada cinco latinos universitarios tiene hijos.

Este es el caso de Guadalupe Pérez, hija de mexicanos y ahora residente en un barrio hispano en el oeste de Denver (Colorado).

“Siempre quise ir a la universidad, pero cuando terminé la preparatoria me casé y poco después tuve mi primer hijo. De todos modos, me enrolé en una universidad pública, pero tuve que dejarlo porque era muy difícil para mí ser madre y alumna”, declaró a Efe Pérez, de 25 años.

“Y luego llegó mi segundo hijo, por lo que la universidad ya se volvió imposible. Mi esposo trabaja de pintor y, aunque trabaja mucho, no nos alcanza para todos los gastos, mucho menos para gastos universitarios”, agregó.

En agosto pasado, cuando su hijo menor comenzó a ir a preescolar, Pérez retomó su deseo de estudiar Administración de Empresas y logró inscribirse en una universidad privada y acreditada que le permite tomar sólo una o dos clases por semestre en horarios flexibles.

“Estudio cuando mis hijos están en clase y luego a la noche, cuando mi esposo los cuida. No sé cuánto tardaré en completar mi carrera, pero por lo menos ya comencé”, aseveró.

Según Valle, más de la mitad de los estudiantes universitarios latinos están en la misma situación que Pérez, es decir, abandonan sus estudios sin haber logrado un título o recibido un certificado. Y si completan sus estudios, les lleva el doble de tiempo que a otros estudiantes.

En su estudio, Valle afirma que todavía no se le presta la atención debida a las “barreras” para que los latinos completen sus estudios superiores, por lo que los alumnos hispanos no reciben la ayuda financiera y social necesarias una vez que están en la universidad.

De hecho, según la autora, esa preparación y ayuda debe comenzar antes de llegar a la universidad, ya que la disparidad académica entre estudiantes latinos y blancos no hispanos de escuelas secundarias no ha cambiado desde 2005 y oscila entre los 20 y los 22 puntos, según la materia evaluada.

Por eso, la mayoría de latinos que llega a la universidad necesita clases de nivelación.

Además, dijo, los latinos necesitan respaldo durante toda su carrera universitaria, tanto a nivel académico como en cuanto a alojamiento o vivienda, dos de las áreas de mayor inseguridad para los estudiantes hispanos.

A pesar de esas barreras, obtener un título universitario no solamente es posible, sino que “resulta imperativo”, enfatizó Abel Chávez, profesor de estudios ambientales y comunidades sostenibles en la Universidad Western State, en Gunnison, Colorado.

“Empezar y terminar una carrera de educación superior requiere mucho esfuerzo, por eso los estudios deben estar alineados con los intereses y con la visión y la misión personal del estudiante”, declaró Chávez a Efe.

“Tener un título significa darle una voz a la comunidad y generar recursos para nuestros hijos. Los latinos universitarios son pioneros para sus familias y para las futuras generaciones. Pero es nuestra responsabilidad hacer el trabajo transformativo”, concluyó. EFEUSA