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San Juan, 14 mar (EFEUSA).- La Fundación Ricky Martin (FRM) y la Universidad de Puerto Rico (UPR), campus de Río Piedras, presentaron hoy el tercer estudio sobre la trata de personas en la isla que revela que el tipo de maltrato contra las mujeres es emocional o psicológico.

Según la investigación, “Violencia: género, trata”, dirigida por los sociólogos y catedráticos de la UPR César Rey y Luisa Hernández Angüeira, entre los años 2012 y 2015 se estudiaron 203 expedientes de mujeres que solicitaron servicios en cinco centros que atienden casos de violencia doméstica.

“Se trata de la vinculación de la violencia doméstica con el fenómeno de la trata de mujeres. Para estos efectos, empleamos un enfoque novel que permitió la comprensión de la trata en esta nueva área de trabajo de investigación. A partir de una revisión documental de expedientes, pudimos recopilar información valiosa sobre la vulnerabilidad de las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica.” expresó Rey, uno de los principales investigadores del estudio.

En 174 expedientes provistos por los centros de atención en San Juan, Arecibo, Utuado, Aibonito y Cayey a la Oficina de la Procuradora de la Mujeres, las mujeres revelaron que habían sido maltratadas emocional o psicológicamente.

Los cinco centros accedieron a participar del estudio, luego de que los investigadores les orientara sobre los objetivos, el recogido de datos, la confidencialidad en su manejo y la presentación de los resultados.

Así, los investigadores revisaron los expedientes entre los años 2012 y 2015 o de aquellos años que las trabajadoras sociales, empleadas de los centros seleccionaran de acuerdo a los objetivos del estudio.

El segundo caso de maltrato más frecuente en los expedientes fue el físico: en 156 de los informes.

Las categorías provistas en los expedientes fueron maltrato físico, psicológico-emocional, sexual, restricción de la libertad, amenaza y violencia a orden de protección, maltrato durante el embarazo y acecho.

La amenaza, así como la restricción de la libertad, eran técnicas de poder y control utilizadas frecuentes y simultáneamente con los otros tipos de maltrato reportados.

Las amenazas fueron reportadas en 134 casos y la restricción de la libertad en 105. Solamente se encontraron cuatro casos reportados en los que se indicó que el agresor violó la orden de protección.

Por otro lado, en 28 expedientes se encontró información que mencionaba que las mujeres fueron víctimas de maltrato durante el embarazo, sobretodo de tipo físico y emocional.

“Existe una falta de educación sobre el tema. No hay una conciencia. Hemos tenido un rechazo a la realidad de que aquí no existe y que este tipo de cosas no ocurre”, afirmó Rey tras la presentación hecha en la Facultad de Derecho de la UPR.

La trata de personas incluye la explotación de seres humanos para propósitos como prostitución, violencia sexual, pornografía infantil, pederastia, turismo sexual, matrimonios serviles, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas, servidumbre o extracción de órganos.

Los municipios de la región central, eje de esta investigación, se caracterizan porque lamentablemente esconden los más grandes procesos de estancamiento y deterioro en las condiciones de vida básicas de las personas y presentan el mayor nivel de pobreza, lo que afecta principalmente a las mujeres y niños.

Se calcula que en Puerto Rico, el 46,2 % de las personas viven bajo el nivel de pobreza, y el 62 % de las mujeres viven en condiciones todavía más precarias.

En los municipios de la región estudiada, estos niveles son más alarmantes, con más del 50 % de las personas bajo el nivel de pobreza.

El informe reveló que prevalece una alta incidencia de casos de violencia de género en la región central de la isla que coincide con la alta incidencia de casos de explotación reportados en la prensa de la isla.

Esto coincide con el hecho de que el centro de la isla es la parte más deprimida de la isla, por lo que se establece una relación entre la pobreza, la violencia de género y la trata de personas.

La pobreza, como se ha señalado en otros estudios, constituye una razón estructural para la trata y el tráfico.

Se observó además que una alta incidencia de mujeres víctimas de abuso sexual en su niñez son víctimas de violencia de género en su adultez. También se encontró que víctimas de violencia de género fueron víctimas de trata en su niñez.

Según la información examinada en los documentos, los investigadores encontraron que las edades de las supervivientes de violencia de género fluctuaban entre los 15 y 70 años.

El rango de edad más frecuente fue entre los 21 y 35 años.

Para la investigación se utilizó una hoja para recoger los datos sociodemográficos de las mujeres supervivientes, tales como su edad, nivel de escolaridad, pueblo de residencia, estado civil, profesión u ocupación, cantidad y edades de sus hijos, nacionalidad y condiciones de salud.

Estas inmigrantes trabajan -en su mayoría- como empleadas domésticas o cuidadoras, empleos precarios que también les convierten en presas fáciles para la trata y la explotación, de acuerdo al estudio.

En cuanto a la nacionalidad, la mayoría -105- fueron puertorriqueñas, 51 eran dominicanas, 11 eran de México, Colombia, Venezuela, Uruguay, Cuba, Trinidad y Tobago y Jordania.

También se recogió información sobre el agresor, tales como su edad, escolaridad, profesión u ocupación y nacionalidad.

Un total de 26 de los agresores se encontraban desempleados, mientras que el empleo más frecuente era la construcción, que encontrado en 22 de los documentos.

Finalmente, se encontró que 65 expedientes se mencionaba que los agresores tenían antecedentes penales. De esos, 31 habían violado la Ley 54 y 16 casos a la Ley de Sustancias Controladas.

De acuerdo con el estudio, la educación con perspectiva de género es una de las recomendaciones para combatir la trata humana en Puerto Rico. EFEUSA