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San Juan, 20 jun (EFEUSA).- Ministros de Medioambiente de todo el mundo tratarán de fijar la semana próxima unos objetivos comunes al conjunto del planeta, algo muy complicado, pero “superimportante”, según Margarita Astrálaga, directora para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

“Lograr que todos los ministros del mundo acuerden al menos unas prioridades ambientales en la agenda global es superimportante”, explicó en una entrevista con Efe sobre la Primera Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), que comenzará el lunes en Nairobi, Kenia.

Según dijo esta bióloga colombiana que vive y trabaja en Panamá, donde se encuentra la sede regional del PNUMA, tener una agenda común termina resultando vital para “potenciar la cooperación Sur-Sur, la cooperación triangular, el intercambio de experiencias, la capacitación y una ayuda más focalizada de la cooperación internacional”.

El PNUMA se creó en 1972 con la misión de alentar la participación ciudadana en el cuidado del medioambiente, y “por cuatro décadas tan sólo unos cuantos países (58) eran miembros del Consejo Directivo”, así que, explicó, “ellos eran los que tomaban las decisiones en nombre de todos los países del mundo”.

Tras la reunión de Río de 2012, “se reconoció que de todas las dimensiones del desarrollo sostenible la más atrasada era la ambiental”, frente a la económica y la social, por lo que “se dejó en evidencia que era necesario fortalecer el PNUMA” y se entendió que “era necesaria su universalidad”.

“Así, después de 40 años, se decide que el PNUMA va a estar formado por una asamblea general a la que pertenezcan todos los ministros de Medioambiente del plantea, que todos puedan ser parte del proceso”, resumió.

De ahí que la reunión que comienza el lunes en Nairobi bajo el lema “Una vida digna para todos”, y a la que se espera que acudan 1.200 personas de 170 delegaciones nacionales y unos 80 ministros, sea “tan importante”.

“Por primera vez todos los países tienen una voz; los ministros de Medioambiente de cada país van a poder intervenir en la elaboración de la agenda global”, “no se va a decidir por ellos”, dijo. “Gracias a este fortalecimiento y nueva estructura, los foros regionales van a influir a nivel global”.

Para facilitar las negociaciones, cada región llegará con una lista de prioridades. La que representa Astrálaga integra a 588 millones de personas que viven en 33 países: todos los grandes de Latinoamérica, pero también 16 pequeños Estados insulares en desarrollo, que son particularmente vulnerables a los retos medioambientales y el cambio climático.

Ello explica que Naciones Unidas declarara 2014 el Año Internacional de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y que las celebraciones del Día Mundial del Medioambiente las organizara el pasado 5 de junio en Barbados, como ejemplo de ese tipo de países particularmente vulnerables y en primera línea de combate en la batalla contra el cambio climático.

“Nuestra región llega con la contaminación atmosférica como una de las principales preocupaciones, porque afecta a muchas grandes ciudades de América Latina”, explicó Astrálaga, quien, sin embargo, confía en que ésta sea también una inquietud de otras regiones y que, por lo tanto, pueda ser un punto en común en la agenda que se diseñe en Nairobi.

Igualmente, “la cuestión de los químicos es también para nosotros una prioridad, ya que somos una región muy ‘urbanizada’, donde el 80 % de la población vive en zonas urbanas”, así como el consumo y la producción sostenibles.

“El problema de la contaminación química obviamente es un problema gigantesco”, reconoció Astrálaga, que también hizo especial hincapié en las carencias en materia de educación: “De poco sirve que acordemos muchas cosas si luego nuestro mensaje no cala entre la población”, dijo.

En ese sentido, recordó cómo en una ocasión un niño de Málaga, ciudad española donde el agua no abunda, le dijo que no entendía por qué había que pagarla, que debería ser gratis porque era de todos.

“Seguramente lo oyó en casa. Esa familia debería saber, y transmitir a sus hijos, que el agua potable es escasa y que hay que transportarla, descontaminarla, llevarla a las viviendas, disponer de los residuos cuando se tira de la cadena (…) Con comentarios como ese uno se da cuenta de que algo no estamos haciendo bien”, apuntó.

Según explicó, “reconocemos las cuestiones medioambientales desde 1972 (año de creación del PNUMA), pero aún no hemos logrado cambiar la opinión de la gente; presentamos estudios, escenarios, advertencias (…) pero nuestra gente sigue sin entender por qué tiene que consumir menos o gastar menos agua”. EFEUSA