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La presidenta chilena, Michelle Bachelet (c), declama un poema durante la celebración del centenario del poeta Nicanor Parra hoy, viernes 5 de septiembre de 2014, en el Palacio de La Moneda de Santiago (Chile). Bachelet dio la partida al homenaje cuando declamó en La Moneda los versos que dicen "El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria,/ rodeada de árboles imaginarios,/ a la orilla de un río imaginario".
La presidenta chilena, Michelle Bachelet (c), declama un poema durante la celebración del centenario del poeta Nicanor Parra hoy, viernes 5 de septiembre de 2014, en el Palacio de La Moneda de Santiago (Chile). Bachelet dio la partida al homenaje cuando declamó en La Moneda los versos que dicen “El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria,/ rodeada de árboles imaginarios,/ a la orilla de un río imaginario”.
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Nueva York, 5 sep (EFEUSA).- Nueva York se sumó hoy a los homenajes en diferentes partes del mundo a Nicanor Parra, cuando se cumplen cien años del nacimiento del padre de la llamada “Antipoesía”, en una ciudad en la que el gran poeta chileno vivió algún tiempo y que forma parte de su desarrollo como escritor.

“Ha estado muchas veces en Nueva York, vivió aquí un tiempo y cada que venía escribía montones de cosas con el slang que escuchaba en la calle”, explicó hoy a Efe su nieta Isabel Soler Parra antes de celebrar el cumpleaños de su abuelo en el Instituto Cervantes, junto a su madre Catalina Parra.

Creador de la llamada “antipoesía”, que revolucionó el lenguaje de los versos desafiando la tradición con el más crudo lenguaje cotidiano, el autor de “Cancionero sin nombre” (1937), “Poemas y antipoemas” (1954) o “Artefactos” (1972) nació un día como hoy de 1914 a las afueras de Valparaíso.

“El hombre imaginario / vive en una mansión imaginaria / rodeada de árboles imaginarios / a la orilla de un río imaginario”. Con la lectura de estos primeros versos de “El hombre imaginario” arrancó el festejo en el que no faltó el cónsul chileno, Julio Fiol Zúñiga, además de familiares y amigos del poeta.

Su nieta recordó hoy las lecturas de su abuelo en la universidad de Columbia o en New York University (NYU), una ciudad en la que hizo grandes amistades y que, según Soler, “de alguna manera forma parte de su desarrollo como escritor” porque es un hombre que “adora” la cultura americana y un amante del inglés.

“Mi abuelo es indefinible, es la antidefinición, yo digo que es el antiabuelo, una persona que siempre rompe las barreras y que se maneja contigo de tú a tú”, afirma Soler, quien asegura que lo que más le gusta a Parra es “su soledad y su tranquilidad” y quedarse al margen de los festejos y homenajes porque eso “nunca le interesó”.

Su hija Catalina recordó a Efe que la familia Parra pasó muchas temporadas en Nueva York, una ciudad donde vivió e impartió clases. “Por eso nos parece totalmente natural que la celebración se esté haciendo aquí”, según Parra, quien asegura que el padre y el abuelo no difieren mucho del poeta y el hombre público.

Por la sede del Cervantes se acercaron también la profesora Marlene Gottlieb, experta en literatura latinoamericana de la Manhattan College, o la joven artista visual chilena Francisca Benítez, quien se encargó de hacer una lectura apasionada de “Defensa de Violeta” y “Yo pecador”.

En diversos círculos literarios consideran que Parra debería ser el tercer Premio Nobel chileno, después de Gabriela Mistral (1945) y Pablo Neruda (1971). Hasta 1996, Parra compaginó la poesía con la enseñanza dando clases de física y química a los alumnos de la Universidad de Chile

El grueso de la muestra que se puede ver en el Cervantes son unas fotografías del artista Marcelo Porta tomadas durante las últimas clases que impartió Parra en la universidad, así como una imagen de Patti Smith en la que se ve a la “madrina del punk” escribiendo en una pizarra un poema dedicado a Parra.

Hermano mayor de la mítica folclorista Violeta Parra y del músico Roberto Parra, Nicanor forma junto a Pablo Neruda y Vicente Huidobro el triángulo de los más grandes de la lírica chilena, ganador entre otros del Cervantes, el premio Juan Rulfo de poesía o el Premio Nacional de Literatura.

“Estamos celebrando al poeta, pero el poeta también es un hombre de carne y hueso, y además de las cosas buenas tiene sus pifias, un hombre con una personalidad increíble y muy congruente, un diablillo jugando constantemente con el lenguaje”, concluyó su nieta, que aún no ha podido hablar con él “porque se satura”. EFEUSA