Los Ángeles, 24 jul (EFEUSA).- En su cuarto día de ayuno, los jóvenes de Los Ángeles que piden apoyo para los menores centroamericanos que entran ilegalmente al país por la frontera sur prometen que continuarán con acciones de apoyo a los inmigrantes.
“Seguiremos realizando actividades para ayudar a estos niños, haciendo campañas para recolectar ropa y zapatos, pues algunos de ellos todavía tienen los zapatos con que se vinieron de su país”, dijo hoy a Efe Yamilex Rustrian, uno de los siete jóvenes que iniciaron el ayuno.
Esta joven guatemalteca cruzó la frontera cuando tenía 7 años luego de que mataran a su padre en su país natal junto con su hermana menor, traídas por un coyote. “Igual a como están haciendo estos niños que están en los centros de detención”, explicó.
Rustrian, ahora de 18 años y quien acaba de terminar la preparatoria, vino al país para reunirse con su madre Annabella Aguirre, quien trabaja como limpiadora.
Los jóvenes que realizan el ayuno, todos hijos de miembros del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios Regional Oeste (SEIU-USWW en inglés), recibieron hoy la visita de dos decenas de trabajadoras sociales, que ofrecieron su ayuda y apoyo a los menores indocumentados que se encuentran detenidos tras cruzar la frontera con México.
“Estamos muy felices por la respuesta y la ayuda que nos han ofrecido estas 20 trabajadoras sociales: nos han prometido ir a la frontera y brindarle a los niños toda la ayuda que necesiten”, aseguró Rustrian.
Los jóvenes también recibieron la visita de un grupo de sindicalistas de SEIU y de activistas de Bakersfield, en el Valle Central de California, y de un grupo de jornaleros que amenizaron su ayuno con música regional mexicana interpretada por el grupo Los jornaleros del norte.
Tras destacar que entiende bien la traumática experiencia que han sufrido muchos de estos pequeños, la ahora activista guatemalteca y beneficiaria del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) pidió compasión para los menores centroamericanos.
“Muchos han venido a los Estados Unidos para alejarse de la violencia que viven en sus países. No podemos ser indiferentes, es una labor humanitaria, ellos son niños y no animales”, concluyó Rustrian. EFEUSA
